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El país, que es el mayor exportador mundial, registró en el primer trimestre de este año un sorprendente déficit comercial de 1,000 millones de dólares, pues si bien sus exportaciones ascendieron a 399,600 mdd (un 26.5%o más), las importaciones tuvieron un alza de 400,700 mdd (esto es, un aumento del 32.6%).
La economía china se afianza como la segunda en el mundo. En el primer trimestre de este año, el PIB creció 9.7% respecto del 2010. Este año, Pekín se ha fijado un objetivo de crecimiento del PIB del 8%.
Los precios han ascendido 5%, un punto por encima de los objetivos del Gobierno, que se ha fijado mantener la subida de precios por debajo del 4%. Las cifras macroeconómicas de la nación oriental han generado más y más expectación de los medios a medida que el país ha ido ascendiendo en el 'top ten' de las economías mundiales en la última década.
Asimismo, economistas prevén que el gigante asiático será en unos años la mayor economía del mundo; el Fondo Monetario Internacional ha sugerido que podría convertirse en la economía número uno en el término de cinco años. Una proyección de The Economist, publicada en diciembre del 2010, pronostica que China se convertiría en número uno en 2019.
El ascenso de China cambiará el concepto de lo que significa ser una superpotencia. En el curso del siglo estadounidense, el mundo se acostumbró a la idea de que la mayor economía del mundo era también la nación más opulenta. La economía más grande del mundo albergaba a la gente más rica del mundo.
Trabajadoras en una maquiladora de Tijuana. Excepto esta, todas las fotos son de China.
A medida que China surge como una superpotencia económica, la conexión entre opulencia nacional y opulencia personal se quiebra. China es, al mismo tiempo, más rica y más pobre que el mundo occidental. Pese a las abundantes reservas del gobierno, el estadounidense promedio es aproximadamente diez veces más rico que el chino promedio.
La riqueza relativa de la sociedad norteamericana es una de las razones por las que China no se convertirá en el país más poderoso del mundo el día en que se convierta en la economía más grande.
Es probable que el dominio político de EE.UU. sobreviva a su supremacía económica. Es una nación que tiene una posición arraigada en los organismos globales: las Naciones Unidas, el FMI y el Banco Mundial tienen sus sedes en EE.UU. y la OTAN gira en torno al país del norte.
De acuerdo con una proyección a cinco años del Grupo Financiero Monex, cuando China sea el número uno, México ocupará el lugar de Italia como la décima economía.
Otros pronósticos de Monex: India será la tercera economía del mundo desplazando de ese lugar a Japón; Brasil tomará el séptimo lugar del Reino Unido y Rusia se afianzará en la sexta plaza.
De esta manera, las economías denominadas BRIC (Brasil, Rusia, India y China) más México compartirán cinco plazas de las diez con los países más desarrollados; este crecimiento no implica que los ciudadanos vean reflejados los logros económicos en su bienestar. Es probable que no.
El salario del trabajador chino aumentó 50% en apenas dos años... aunque no en todas las regiones. Las maquiladoras buscan países donde se pueda explotar mejor a los obreros. Es triste, pero, con tal de atraer la inversión extranjera, los empresarios de nuestra propia nación ven como una "ventaja" que en México los empleados estén dispuestos a recibir sueldos de hambre, porque así resultamos "más competitivos".
Los bajos salarios ciertamente atraen a las maquiladoras. Es conveniente que los trabajadores sean pobres. Aquí y en China.
Las redes internacionales de producción suelen decidir a dónde se llevan sus negocios tomando como factor principal los costos salariales y en función de ello definen su permanencia -o no- en ciertas zonas.
Las maquiladoras se han convertido en capitales permanentemente "golondrinos" que por el momento están regresando a México, especialmente al sureste, para lograr mayores beneficios económicos (p.ej., South Valley, en Tekax), porque aquí la paga es menor que en el norte.
Pero que no se alegren mucho los capitalistas mexicanos, pues la pobreza en China no se ha acabado.
Las exportaciones masivas llevaron a China a contar con la mayor reserva de divisas. No obstante, si en el exterior algunos analistas parten de esta base para elogiar las reformas económicas y el actual sistema político, muchos otros aún se preguntan por qué, en estas circunstancias, la extrema pobreza de 800 a 900 millones de habitantes de la provincia se perpetúa.
El Partido Comunista Chino (PCCh) intentó reformar económicamente al campo, pero sus intentos siempre han fallado. ¿Realmente es tan difícil cambiar la estructura económica en áreas rurales?
A partir de aquí, toman fuerza algunas especulaciones de que al PCCh, en realidad, no le conviene cambiar la situación de los campesinos.
¿Por qué quiere el Partido Comunista que la gente del interior sea pobre?
La pobreza del interior le permite principalmente al PCCh mantener el acceso a una gran masa de mano de obra barata, en la que se incluyen los trabajadores “migrantes” de las ciudades y conurbanos, y además asegura el control psicológico de los campesinos al mantenerlos económicamente dependientes del PCCh.
La mano de obra barata genera los precios bajos con los cuales los productos chinos han dominado los mercados mundiales –en particular el estadounidense y el europeo– atrayendo, a su vez, enormes inyecciones de inversión extranjera.
Ingresos “por debajo del promedio”. Este es el resultado de la política económica parcial del régimen, que mantiene en la extrema pobreza a los agricultores en áreas rurales, y en la pobreza o por debajo de la media a los trabajadores promedio en las ciudades. Aquellos que se enriquecen son una pequeña minoría.
A todo esto, es una tradición histórica en China que los campesinos se rebelen y derroquen a las clases dirigentes corruptas. Por esta razón, el PCCh ha ejercido mucha fuerza en controlar a los campesinos, manteniéndolos en lo más bajo de la escala social, garantizándose que no tengan la fuerza o el valor para rebelarse.
¿Y cómo se mantiene a los agricultores tan pobres? Un método esencial es el control de precios en los productos agrícolas. No importa cuán duro trabajen los campesinos, sus ingresos permanecen bajos, ya que no pueden vender sus productos a precio de mercado, o al menos a un estándar que les permita tener ingresos decentes.
Incluso mucha gente en las ciudades, como trabajadores de fábricas y de servicio, son relativamente pobres. En la provincia de Guangdong, muchos trabajadores ganan menos del equivalente a 120 dólares al mes. En áreas aparentemente bien desarrolladas como la ciudad de Shenzhen, los ingresos promedio son sólo de 200 dólares al mes.
Esto mantiene a China con un mercado de trabajo muy barato que proporciona el auge económico que pretenden los líderes comunistas. Demasiada es la gente que teme sucumbir en la pobreza, así que mientras haya una pequeña oportunidad de ganar apenas algo de dinero, trabajarán muy duro para obtenerlo.
Igual que en México, esto crea una condición que favorece a los inversionistas extranjeros. En las últimas décadas, China se ha ido convirtiendo en la fábrica de explotación de trabajadores del mundo: sueldos bajos o irrisorios, jornadas largas, pobres condiciones laborales, ningún beneficio social, contaminación ambiental y basura. Este es el “paraíso” que el régimen chino ha hecho para los inversores extranjeros.
Entonces, con la inversión extranjera, el PIB de China subió como un cohete, y el sistema chino pasó a ser un “modelo” para el mundo. Muchos expertos incluso se han aventurado a decir: “¡China ha hecho milagros!”. ¿Sabrán ellos cómo? Es que no hay ningún otro país en el mundo que podría aguantar un mercado de trabajo tan barato (excepto México). Desde otro ángulo, debido a los bajos precios, los agricultores tampoco están muy predispuestos a trabajar la tierra. El PCCh no puede dejar que los precios aumenten porque la mayoría de la gente en las ciudades también está al borde de la pobreza. Si la canasta familiar sube, el PCCh tendrá que proporcionar asistencia a la gente de las ciudades, lo cual causaría más inflación. Así que la situación está fuera de control.
¿Y qué ajustes ha hecho el régimen? En años recientes, ha reducido o no ha exigido impuestos agrícolas, a modo de subsidio. Aunque muchos agricultores fueron animados por esta política, en realidad, el subsidio se ajusta a la necesidad del PCCh de apaciguar a los agricultores y mantenerlos pobres pero en funcionamiento.
En cambio, en otros mercados, el PCCh aumenta los precios a voluntad para mantener altos ingresos, como en el inmobiliario, el de comunicación, petróleo, aviación, transporte, energía y sectores de recursos acuíferos. Los ejecutivos que dirigen las empresas monopólicas controladas por el PCCh habitualmente tienen fuertes lazos con los altos funcionarios del Partido Comunista.
Pero bueno, desde una perspectiva optimista, China es una oportunidad para México y para el mundo. En los próximos 25 años se constituirá en el mercado más grande del mundo…..y compran de todo. Tenemos que alentar a nuestros exportadores a que volteen hacia China.
(Fuentes: ABC, Gideon Rachman, Huberto Juárez Núñez, Fu Ming)