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CARTAGENA DE INDIAS, Colombia, 6 de julio.- Jaime García Márquez vio a su hermano “Gabito” -cómo llaman él y el resto de la familia a Gabriel García Márquez- hace más dos años y medio en México; desde entonces no lo ha visto, pero mantienen, como siempre, una comunicación muy intensa a través del teléfono. El Premio Nobel de Literatura 1982 lo llama casi todos los días para preguntarle cosas. Jaime “le refresca la memoria”.
Ayer en Cartagena de Indias, donde “Gabo” mantiene una casa familiar, el hermano del Premio Nobel aseguró que “Gabito” está muy bien en lo físico y lo motriz, pero que desde hace mucho tiempo padece demencia senil, una enfermedad que ha sufrido toda la familia.
Gabriel García Márquez en una de sus más recientes apariciones.
“Lo que él tiene son algunos conflictos de la memoria; en la familia todos sufrimos demencia senil, yo ya también comienzo a tener algunos problemitas y por lo tanto él ya tiene los estragos pero se le adelantaron debido a su cáncer linfático que en el 99 lo puso en una situación casi de muerte y la quimioterapia que utilizaron le salvó la vida pero también le acabó muchas neuroanas, muchas defensas y muchas células y lo que hizo fue que se le aceleró ese proceso”, comentó Jaime García Márquez.
Durante la conferencia magistral “Una visión familiar sobre Gabriel García Márquez”, que más bien se convirtió en una charla con los expedicionarios de la Ruta Quetzal BBVA 2012 que se realiza en Colombia con apoyo de la Fundación BBVA Bancomer, el hermano de “Gabo” dijo que esa enfermedad debería estar comenzando ahora que tiene 85 años, no hace tiempo como fue; pero con todo “todavía lo tenemos, podemos hablar con él con mucha alegría y con mucho entusiasmo como siempre ha sido”.
Motivado por las preguntas de 10 de los 225 expedicionarios, entre ellos los mexicanos Susana Itzel Hernández Guerrero y Eduardo Jonatan Ricardo González, que quisieron saber de su juventud y de su quehacer literario, Jaime García Márquez dijo que la noticia sobre la salud de su hermano “por diferentes razones la han tenido un poco tras bambalina, pero no se trata de que haya nada grave que no se pueda saber, se trata simplemente de que es su vida y él siempre ha procurado protegerla, siempre ha dicho que hay una vida pública y una vida privada a la que no podemos entrar”.
Dijo además que ese es el hecho real pero que desde hace algún tiempo hay muchos comentarios, algunos muy fuertes y llenos de morbo y puso un ejemplo: “Dicen que ya no puede hablar. A veces da la sensación de que quisieran que se muriera, como si la muerte de él fuera una gran noticia. Lo que podemos pedir es que eso no ocurra, que se demore mucho tiempo”.
En el jardín del Museo de la Inquisición, donde los expedicionarios escucharon atentos al hermano de “Gabo”, Milena Ferder Volonteri, la rutera originaria de República Dominicana, movió las fibras más íntimas de Jaime; la chica quiso saber cómo se sentía de ser el hermano del Premio Nobel; Jaime aseguró que esa pregunta ya se la han hecho cientos de veces pero que hasta ahora respondería con sinceridad.
“A veces quisiera no ser hermano de él sino hablar con un poco más de libertad; a veces siento que la gente piensa que para mí es una obsesión Gabriel García Márquez, no es pero sí me gustaría que lo fuera… es una relación muy extraña, me siento muy satisfecho, tengo una información que no me da placer pero la tengo que contar porque ya no me puedo controlar”, contestó.
Entonces Jaime García Márquez se sinceró y contó lo que le salía del corazón. Comentó que casi todas las tardes “Gabo” le habla a Cartagena, se lo comunica la secretaria, le llama porque necesita que alguien le refresque la memoria, porque necesita mantener mente activa.
“A mí me ha tocado esa misión, afortunada y a la vez muy dolorosa, a veces lloro, porque siento que se me escapa de las manos pero tengo que asumirlo, lo asumo porque si tengo el privilegio de hablar con él lo tengo que pagar de alguna manera, lo pago con dolor y un dolor que al final me deja una satisfacción muy grande”, confesó García Márquez.
Patricia Rivera, monitora de apoyo y admiradora del autor de Cien años de soledad, no pudo evitar el llanto, su gesto se torció y derramó un par de lágrimas. “Que su hermano nos permita saber parte de la situación de salud en la que se encuentra ‘Gabo’ pues es triste, sentí el dolor de su hermano y eso me conmovió bastante”.
Ese hermano que es tres años más joven que el Nobel, habló con los expedicionarios de la infancia y la adolescencia de Grabriel García Márquez, de sus primeros escritos, de su vida en Cartagena y de su obsesión por saber de la familia y por hacer una literatura bien hecha. Habló también de los dos textos que, se sabe, ha delineado el escritor o trabajado varias versiones, pero que no ha querido publicar: La tigra y En agosto nos vemos.
Jaime García Márquez, quien se desempeña como vicepresidente del Consejo de Administración y director de Relaciones Institucionales de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano, creada por Gabriel García Márquez, aseguró que su hermano sigue siendo “un tipo alegre, contento, pregunta bastante y siempre tiene una obsesión: ¿Cómo está la familia?”. (YANET AGUILAR SOSA / EL UNIVERSAL)