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Pidieron el recuento de «Voto x voto» y se les concedió. Más de la mitad de las urnas fueron abiertas y contadas de nuevo, por segunda vez. Después de este monstruoso ejercicio, ¿cuál fue el resultado?
Usted dirá: «Seguro que se encontraron muchos más votos a favor de quien siempre pide que se haga el conteo voto x voto». Pues piense de nuevo.
Después del conteo voto por voto, resulta que:
¿Qué conclusiones podemos sacar? La primera, con buena voluntad, es que mientras más votos tienes a favor de alguien, más te equivocas. ¿No?
Pues eso sería falso: habría más votos reencontrados a favor de López que de Vázques, ¿no?
Pero no fue así. Todo parece indicar que si los escrutadores trataron de sellar sus equivocaciones considerando sus preferencias personales, los menos honestos habrían sido los que escondieron más votos de quien no les caía bien. Por lo tanto, diríamos que las casillas más «honestas» tendrían que ser esas que, sin perredistas adentro, «solo» le quitaron 18,000 votos al candidato no preferido.
Estaríamos obligados a tener que reconocer que los menos honestos fueron los escrutadores con preferencias que no son ni PRI ni PAN, dado que estos son los que tenían más votos escondidos.
Sin embargo, estas solo son conjeturas. Usted, lector, puede hacer las suyas propias. Buenas noches. FJFLdeM