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CIUDAD DE MEXICO, D.F., 8 de mayo.- Consejo para jardineros y jardineras: en tu jardín, ubica tu planta de albahaca al lado del chile. Pero al hinojo ubícalo lejos. Según la cadena BBC, investigadores de la Universidad de Western, Australia, descubrieron que las plantas se comunican entre sí. Y que, como pasa con las personas, hay buenos y malos vecinos. Los australianos detectaron que la albahaca ayuda a crecer a las semillas de chile, mientras que el hinojo las inhibe.
"Lo que sí sabemos es que definitivamente las plantas están al tanto de quién está creciendo a su lado y de si es una planta favorable o no"...
Según los investigadores, las semillas de chile "percibieron" la presencia de un buen o mal vecino. Y para explicar el fenómeno, sugieren que tal vez las plantas se puedan comunicar mediante una vibración acústica. Eso sí, no constataron todavía que las plantas crezcan mejor si los humanos les cantamos.
Un vecindario vegetal amistoso favorece la germinación de las semillas, asegura una investigación que publicó la revista BMC Ecology.
Siempre se había dicho que las plantas responden positivamente a la música y a las palabras de sus dueños. Hay quien tiene por costumbre hablarlas mientras las riega. Lo cierto es que ningún estudio científico ha podido demostrar que esto es así, aunque sí ha habido avances en cómo las plantas se "comunican" entre ellas.
El último, el que da datos más precisos a asombrosos, es el que ha llevado a cabo Monica Gagliano, de la Universidad de Western Australia, que ha publicado sus resultados en la revista especializada BMC Ecology y cuyo estudio ha sido recogido por la BBC.
Así, la investigadora señala que las plantas son mucho más conscientes de lo que hay a su alrededor de lo que se pensaba hasta ahora y que tienen controladas a sus vecinas. Además, son capaces de discriminar cuáles son las buenas vecinas y cuáles no: "No sólo saben qué otras especies de plantas hay a su alrededor sino que además saben si son buenas o malas para su crecimiento y desarrollo".
Pero además, hablan entre ellas, y lo hacen mediante la emisión de sustancias químicas con las que se "alertan" las unas a las otras, o a través de la luz. Sin embargo, los investigadores liderados por Gagliano experimentaron con plantas que no son capaces de enviarse estas señales químicas: la albahaca, el chile y el hinojo.
Así, descubrieron que las semillas del chile percibieron la existencia de un mal vecino, y puesto que no lo pudieron hacer con la emisión de sustancias químicas, los investigadores han llegado a la conclusión de que pudieron comunicarse mediante una vibración acústica. Y esta información que las plantas comparten les afecta a la forma en que se produce su crecimiento.
Así, los resultados del estudio, según recoge la BBC, son claros: "Lo que sí sabemos es que definitivamente las plantas están al tanto de quién está creciendo a su lado y de si es una planta favorable o no. Es decir, una planta que de alguna manera favorece su crecimiento, lo apoya o incluso las protege de alguna peste que normalmente atacaría. De eso están al tanto, y modifican su crecimiento de acuerdo a eso. Sí sabemos que las plantas se están comunicando".
Investigadores de la U. de Australia descubrieron una nueva forma de comunicación entre las plantas, las cuales "hablarían" a través de vibraciones nanomecánicas (muy pequeñas para ser percibidas) celulares.
Un vecindario vegetal amistoso favorece la germinación de las semillas, asegura una investigación que publicó ayer la revista BMC Ecology.
Investigadores de la U. de Australia occidental descubrieron, además, una nueva forma de comunicación entre las plantas, las cuales "hablarían" a través de vibraciones nanomecánicas (muy pequeñas para ser percibidas) celulares, las que se suman a los contactos físicos y las señales químicas o lumínicas.
Los biólogos Mónica Gagliano y Michael Renton llegaron a las dos conclusiones anteriores tras cultivar semillas de ají -chile- (Capsicum annuum) en presencia o ausencia de otras plantas de la misma especie o de albahaca (Ocimum basilicum).
Determinaron que cuando no había una planta vecina las tasas de germinación fueron muy bajas, pero cuando las plantas las percibían y entraban en comunicación, las plántulas (plantas nuevas germinadas de las semillas) se multiplicaron.
Los investigadores quisieron saber qué ocurriría si las semillas se separaban de las plantas de albahaca con plástico negro, de modo que no podían ser influenciadas por ningún tipo de señal de luz o química. No obstante, las semillas germinaron como si todavía pudieran comunicarse con la albahaca. En el caso de las semillas y las plantas de ají completamente crecidas, la comunicación también se mantuvo con la barrera, aunque parcialmente.
Según la Dra. Gagliano, la comunicación se mantendría gracias a señales acústicas generadas mediante oscilaciones nanomecánicas al interior de la célula. "Nuestros resultados muestran que las plantas son capaces de influir positivamente en el crecimiento de las semillas por algún mecanismo de este tipo", dijo.
En contraste, la cercanía de malos vecinos, tales como el hinojo, evitarían o harían más lenta la germinación de las semillas a causa de sus sustancias químicas.(La Gaceta/Te Interesa/El Mercurio/El Universal)