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Rafael Gamboa Moguel, conocido activista yucateco, inconforme por las circunstancias que prevalecen en nuestra entidad en diferentes ámbitos, principalmente en lo concerniente a la cuestión del empleo, que fue uno de los renglones que más enfatizaron sería objeto de sus atenciones, las actuales administraciones de carácter estatal y municipal, decidió llevar a cabo una protesta pacífica y silenciosa, en el marco de la conmemoración local del día del trabajo, para patentizar su inconformidad a las autoridades en funciones, en los referidos ámbitos, pero al momento de expresar su postura en el acto en cuestión, fue objeto de agresiones y amenazas perpetradas en su perjuicio por esbirros de la pandilla en el poder, que exhibió nuevamente su verdadero rostro: el de la intolerancia.
El activista Rafael Gamboa Moguel, protestando pacíficamente por el orden de cosas prevaleciente en el estado
Gamboa Moguel, decidió realizar diversas adaptaciones a un triciclo de su propiedad, para colgar de una especie de travesaño una manta que decía "Angélica: somos más de treinta y cinco mil meridanos sin empleo. ¡Basta ya de mentiras!"y circular a bordo de su vehículo, confundiéndose con los contingentes que desfilarían en el marco de la conmemoración anual del día del trabajo.
Georgina Rosado pasa y saluda al manifestante
Buscando que el público se percatara de los motivos de su descontento, por un periodo de tiempo se detuvo para efecto de que los transeuntes y vigilantes pudieran dar lectura al texto de sus mantas y así estuvo, hasta que pasó por ahí la directora del Instituto de Equidad y Género del gobierno estatal, Georgina Rosado, que al parecer fue quien dió aviso para que se perpetrara la agresión, pues tras saludar al manifestante, hizo uso de su teléfono celular y pegó veloz carrera alejándose del sitio. Instantes después, un par de pelafustanes a bordo de la motocicleta placas 8FYK5, a los que no pudo reconocer debido a que llevaban puesto el casco protector, lo injuriaron, amenazaron y fotografiaron, motivo por el cual decidió moverse del sitio y recorrer la avenida para poder exhibir sus pancartas.
Georgina Rosado corre, momentos tras haber hecho una llamada por su teléfono celular, dando cuenta de la presencia del manifestante
El activista contaba con que las autoridades de carácter estatal y municipal lo vieran, para que pudieran darse cuenta cabal del malestar y desánimo que aqueja a la inmensa mayoría de la población del estado y pudieran percatarse de la gran decepción que a los ciudadanos causa la actuación de sus gobernantes.
Estos pelafustanes injuriaron, amenazaron y fotografiaron a Gamboa Moguel
Tras las amenazas e injurias de los motociclistas, decidió hacer caso omiso de los insultos, si bien no tuvo la ocurrencia de pensar que la cosa pasara a mayores y que los tripulantes de la motocicleta, pudieran avisar de su actividad y presencia a otros, por lo que se apostó a la altura de conocido hotel de esta ciudad, donde contaba con poder salir al paso de la comitiva oficial, para efecto de enseñar las mantas que portaba su triciclo, recorriendo de un extremo a otro, la avenida donde se realizaría la parada.
Así, decidió desplazarse con dirección al remate del paseo y pudo avanzar unas cuadras, pero tras dejar atrás el monumento a Justo Sierra, alrededor de unos cien metros después, lo alcanzaron varios individuos vestidos de negro, que jalonearon las mantas, arrancándolas a medias del travesaño practicado en el triciclo, pero logró pedalear y escabullirse de ellos.
Momento en que Rafael Gamboa es agredido por pelafustanes
Ante la catarata de insultos, golpes y amenazas que le lanzaron los pelafustanes, Gamboa Moguel decidió retirarse a su domicilio, pero a la altura de conocido supermercado ubicado en la confluencia de Montejo con la calle 54, otro grupo de gamberros, con idéntica indumentaria de color negro le dio alcance, volcándole el triciclo y arrancándole las mantas.
Gamboa les reclamó su proceder, manifestando que tenía derecho a expresar libremente sus ideas, pero recibió a cambio otra lluvia de injurias, amenazas y golpes. Ocupado en tratar de preservar su integridad física, Gamboa no se percató que uno de los rufianes se disponía a propinarle un golpe con una manopla de acero, pero si lo hizo Sergio Pérez Méndez, que de manera fortuita pasaba por allá.
El activista cae de su triciclo, víctima de la agresión de los esbirros del oficialismo
A la vista del cobarde intento de agresión, Pérez Méndez lanzó un grito que permitió a Gamboa agacharse y esquivar el alevoso ataque y correr hacia un lado, al tiempo que su providencial salvador increpaba a los pelafustanes, reprochándoles su intolerancia, su cobardía y preguntándoles que les habían hecho para conducirse con tanta saña. Los gamberros optaron por injuriar y perseguir a Pérez Méndez y esta distracción, permitió a Gamboa Moguel incorporar su triciclo y poner pies en polvorosa. Al advertir los agresores que este se daba a la fuga, se desentendieron de Pérez Méndez, que pudo escapar ileso. Varias personas observaron los sucesos con estupefacción, sin decidirse a intervenir. Según pudimos enterarnos, Pérez Méndez refirió que se reservaba el derecho de proceder legalmente por lo ocurrido.
Gamboa Moguel se retiró a su domicilio, sacudido severamente por los golpes recibidos, pero por fortuna sin lesiones que pusieran en peligro su integridad, había confirmado que el verdadero rostro del oficialismo en Yucatán es el de la intolerancia, que se traduce en agresiones y represión, para aquel que se atreva a disentir públicamente.