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WASHINGTON D.C., 21 de enero.-Para Barack Obama empieza este lunes una nueva contrarreloj, la de sus últimos cuatro años en la Casa Blanca. El presidente acaba de empezar su segundo mandato con menos emoción que hace cuatro años, pero cargado de muchos de los mismos problemas.
Se ha cumplido lo que él pronosticó en su primer discurso inaugural: "Los retos que afrontamos son reales, son serios, son muchos. Y no se resolverán fácilmente ni en poco tiempo", dijo el 20 de enero de 2009 en la escalinata occidental del Capitolio que se ha vuelto a llenar este lunes para celebrar a su presidente unas horas.
Después de la fiesta, a la nueva Administración le quedan los desafíos con los que probablemente también luchará el sucesor de Obama.
DEUDA
Evitar que Estados Unidos suspenda pagos es la tarea más inmediata del presidente. Los republicanos del Congreso han propuesto una votación esta semana para subir el techo legal de deuda sólo tres meses y el agujero fiscal que hay detrás será el problema más duradero para los sucesores de Obama. La deuda supera los 16.4 billones de dólares (unos 12.3 billones de euros), sobre todo por las guerras de la última década, los efectos de la recesión y los 10,000 baby-boomers que se jubilan cada día. Obama prometió un «gran acuerdo» sobre impuestos y recortes, pero su poca capacidad negociadora y la radicalización de una parte del partido republicano han derivado en una política de parches que no bastará para sanear las cuentas.
ARMAS
La mayoría del discurso inaugural de Obama de 2009 fue económico. Este año el control de armas le ha quitado protagonismo en su mensaje. La masacre de 20 niños y 6 adultos en una escuela Newtown aún hace humedecer los ojos del presidente. "Newtown fue el evento más fuerte desde el 11-S para la psique americana. Y Obama lo ha entendido... No quiere perder esta oportunidad para hacer cambios en el control de armas. Ha hecho un llamamiento muy personal", explica Michael Cornfield, profesor de la Universidad George Washington y asesor de campañas.
El grueso de la reforma de Obama para controlar a los compradores de armas y limitar la munición depende ahora del dividido Congreso. Cada año, las pistolas matan a unas 30,000 personas, pero a Obama aún le queda batalla por delante para convencer no sólo a los congresistas de ambos partidos, sino a la opinión pública. Desde la matanza de Newtown, unas 250,000 personas más se han unido a la Asociación Nacional del Rifle, que tiene más de cuatro millones de miembros. El 54% de los ciudadanos tiene una opinión «favorable» o «muy favorable» del grupo, según un sondeo de Gallup una semana después de la matanza de niños.
INMIGRACIÓN
Una de las promesas incumplidas de su primer mandato es una reforma permanente para los más de 11 de millones de personas que viven y trabajan en Estados Unidos sin papeles. La Casa Blanca ya trabaja en una nueva propuesta y asegura ahora que espera un acuerdo legislativo en el Congreso para junio. La ventaja que tiene Obama esta vez es la buena disposición de los republicanos, encabezados por Marco Rubio, el cubano-americano con aspiraciones presidenciales y cuyo partido no quiere repetir el fiasco de 2012. Mitt Romney sólo consiguió el 27% de los votos del electorado hispano, la minoría que más deprisa crece en el país.
PARO
La economía crece a un ritmo del 2%, un nivel lánguido para Estados Unidos y que no produce suficientes resultados para bajar el paro, que sigue en el 7.8%, un nivel alto para Estados Unidos. En noviembre, Obama fue reelegido con la tasa de desempleo más alta desde Franklin D. Roosevelt.
En diciembre, unas 153,000 personas encontraron trabajo, pero sólo para compensar el crecimiento de la población la economía tiene que generar 90,000 puestos cada mes. Las perspectivas para este año son mejores mientras la incertidumbre fiscal no provoque una recaída.
EUROCRISIS
Después del abismo fiscal, la inestabilidad en la zona euro es el principal peligro para Estados Unidos, cuyos bancos y mercados están igual de pendientes del Eurogrupo que la Casa Blanca.
Sin embargo, Obama ya ha aprendido que su presión poco puede hacer por los europeos, que desoyeron la mayoría de sus consejos y los del secretario del Tesoro, Tim Geithner, invitado a varias reuniones europeas. El presidente aun así seguirá apoyando a quienes son más partidarios de recortar el gasto público más despacio.
SIRIA
Obama se resiste a una intervención militar en Siria, ni siquiera imitando el modelo libio de empezar los bombardeos y después dejar el mando a los europeos en la OTAN. El presidente aseguró el año pasado que su «línea roja» sería el uso de armas químicas por parte del régimen de Assad, pero las primeras informaciones de que eso ya ha sucedido no han movido a la Administración. La elección del poco belicista republicano Chuck Hagel como secretario de Defensa apunta a que la idea de Obama es intervenir lo menos posible en conflictos fuera de casa. Su gran preocupación es ahora recortar el presupuesto del Pentágono.
LA PAZ
El presidente que dio el discurso en El Cairo en junio de 2009 prometiendo cambiar la percepción de Estados Unidos en el mundo musulmán no sólo no ha conseguido parar la violencia anti-americana, sino que se encuentra con un proceso de paz entre israelíes y palestinos aún más parado que cuando llegó. Cada año, Obama promete en la Asamblea General de Naciones Unidas intentar de nuevo acercar a las partes en Oriente Próximo. La paz entre palestinos e israelíes es clave también para la relación con Irán, contra el que seguirán las sanciones económicas.
AFGANISTÁN
La Administración aspira a que la mayoría de las tropas de Estados Unidos salgan de Afganistán en el próximo año. Una parte de los 66,000 soldados volverán a casa esta primavera y este verano en lugar de en otoño, como estaba previsto en principio. El Pentágono considera dejar, como mucho, entre 3000 y 9000 militares a partir de 2014.
En la impopular guerra que dura más de 11 años ya han muerto más de 2000 soldados de EE. UU. y más de 15,000 civiles afganos. La retirada tiene riesgos para el Gobierno de Kabul, que aún lucha contra los talibán, y para Estados Unidos, que este mes ha acelerado los bombardeos con aviones no tripulados en la frontera pakistaní en busca de cabecillas de Al Qaeda.
PACÍFICO
Desde que llegó a la Casa Blanca, Obama pretende mirar hacia Asia y el Pacífico en lugar de hacia Europa y Oriente Próximo. En los próximos cuatro años, la economía china puede superar a la estadounidense, pero Obama apenas ha tenido tiempo para trazar relaciones con Pekín. Aún tiene pendiente un encuentro con el nuevo líder chino, Xi Jinping. Con permiso de las distracciones en Oriente Próximo, buscará aliados en la zona.
"Estados Unidos siempre ha sido, y siempre será, una nación del Pacífico", dijo Obama ante el Parlamento australiano en noviembre de 2011. El envío de 2500 militares a una nueva base americana en el norte de Australia pretende ser sólo el comienzo de un nuevo eje.
EL DESAFÍO FANTASMA
En 1992, Bill Clinton dijo que se concentraría sólo para la economía, pero acabó interviniendo en Somalia, Haití, Bosnia, Irak y Kosovo. En la campaña de 2000, George W. Bush planeaba replegar fuerzas de las aventuras exteriores y el 11-S lo convirtió en «un presidente de guerra». Y cuando ya se había retratado en el exterior, una crisis interna le hundió más que cualquier guerra: el huracán 'Katrina'.
Lo inesperado, para bien y para mal, puede acabar con ocho años de planes.(EL MUNDO)