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CIUDAD DE MÉXICO, 6 de febrero.- El procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, retó a quienes pudieran tener una teoría distinta sobre la explosión ocurrida la semana pasada en el complejo administrativo de Petróleos Mexicanos (Pemex) a mostrarla y someterla a peritaje para encontrar la verdad.
Entrevistado por Adela Micha para Grupo Imagen Multimedia, el funcionario afirmó que “ahí están todas las vigas para que quien tenga otra teoría la sometamos a peritaje”.
Dijo estar convencido de que “yo tengo que encontrar la verdad, no tengo que sacar algo para convencer a alguien, pero encontrarla requiere de un tiempo, y lo voy a usar”.
Reiteró que “es evidente y contundente que no hubo explosivos de alta velocidad (artefactos); explicó que se trató de una explosión que se llama “difusa”, que es de menor velocidad.
El secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, y Jesús Murillo Karam, procurador general de la Repúblca.
Afirmó que después de realizados los peritajes “hicimos juntas para coincidir, y una vez terminado esto, todavía lo sometimos a consideración de algunos técnicos mexicanos del Instituto Politécnico Nacional, para confirmar esto que nos decían”.
Dijo que todos los técnicos coincidieron en ello, “ya que, de haber sido lo contrario, se habrían roto todos los vidrios y sólo se rompieron los de planta baja”.
Indicó que “peritos de todos los países y los nuestros, concluyeron que la característica clarísima es que fue por gas, aunque no hemos podido determinar el origen, tenemos varias posibilidades, pero se requieren otros peritajes”, aseveró.
Entre los expertos que participan en la investigación de Pemex no existen discrepancias y avalan el reporte preliminar de la PGR, donde se indicó que la causa de la explosión fue el gas acumulado, aseguró el rector de la UNAM, José Narro Robles.
Entrevistado después del homenaje que rindió la UNAM a Jorge Carpizo McGregor, el rector universitario señaló que los expertos de esa casa de estudios han tenido acceso a toda la información, así como a las instalaciones, de modo que avalan el resultado preliminar que dio a conocer el pasado lunes la PGR.
Especialistas de la UNAM consideraron que sí es creíble la tesis de la acumulación de gas en el sótano del edificio de Pemex dada a conocer por las autoridades federales; sin embargo, a reserva de los resultados que arrojen los peritajes en curso, los expertos estimaron que se deben dar a conocer planos y bitácoras de mantenimiento de las instalaciones de la paraestatal con el fin de comprender mejor lo ocurrido el pasado 31 de enero.
“Es necesario tener a la mano los planos constructivos, hidráulicos y sanitarios, eléctricos, y eventualmente si la hay, los croquis de la planta de tratamiento de aguas residuales del conjunto, posible origen del gas que originó la explosión”, dijo a Excélsior el físico Enrique García y García, especialista en diagnósticos eléctricos e hidráulicos, quien agregó que “ayudaría mucho conocer también las bitácoras de mantenimiento de las instalaciones”.
El experto en la relación agua-energía dijo que “algún plano debería mostrar la ubicación de la planta de tratamiento de aguas residuales, si es que existe, pues allí pudo generarse el gas.
La declaración de García y García coincide con el punto de vista de José A. Cavazos, especialista en prevención de incendios, quien en la edición de ayer dijo a este diario que el gas metano que emana de los drenajes de la Ciudad de México es un problema serio, pues puede provocar explosiones como la suscitada en Pemex y que dejó 37 muertos.
Al preguntarle si es posible acumular gases de manera intencional, sin que nadie se dé cuenta, en una zona como la de la explosión de Pemex, García y García responde: “En principio sí, pero para hacerlo de manera que nadie lo notara, sólo sería posible con personal ligado al mantenimiento de las instalaciones. No es cerrar una llave y abrir otra”.
Tras determinar que la explosión en el edificio B-2 de Petróleos Mexicanos se debió a una concentración de gas, ahora la PGR debe investigar si había una línea de suministro de gas natural en el edificio que haya tenido algún problema, o si había materia orgánica en descomposición, declaró Benjamín Ruiz Loyola, profesor de la Facultad de Química de la UNAM.
Entrevistado por Francisco Zea para Grupo Imagen Multimedia, el investigador explicó de qué manera participó la máxima casa de estudios en el peritaje sobre la explosión en el edificio B-2 en la torre de Petróleos Mexicanos (Pemex).
Ruiz Loyola dijo que la UNAM participó en dos niveles. Desde el punto de vista estructuralista, los investigadores participaron en la evaluación de daños y en ver cuál es el estado de las estructuras en el edificio siniestrado y en los aledaños. En otro nivel de actuación se evaluaron todos los procedimientos que se llevaron a cabo desde el punto de vista de la química, productos peligrosos y explosivos.
Comentó que desde el punto de vista estructural, se encontró que la explosión levantó las losas completas, no las fracturó, y las proyectó contra el siguiente piso y esto ocurrió por lo menos en los tres primeros pisos. “Esto habla de que la explosión no fue en un solo punto sino que fue una explosión que se difundió por una superficie, por un área completa”, añadió.
También se analizaron los residuos que se tomaron en la zona de la explosión para ver qué tipo de compuestos químicos se encontraban. Lo que no se encontró fue residuos que contuvieran nitrógeno y esto implica automáticamente que no se trata de un explosivo hecho por el hombre y que la causa fue una concentración de gas metano.
“Decimos una concentración porque si hubiera sido una fuga casi automáticamente hubiera existido un incendio mayor, es decir, hubiera existido por lo menos algo quemado parcialmente fuera del sótano donde se inició el problema”, puntualizó.
El investigador de la UNAM explicó que el gas metano es parte integral de lo que se conoce como gas natural. El gas natural que se entrega en casas no tiene ningún olor, por lo que se le añade un aromatizante llamado mercaptano para detectar rápidamente una fuga cuando existe.
Cuando se trata de gas natural no hay obligación de ponérselo y menos cuando es gas natural industrial. “El gas que usamos en casa es fundamentalmente propano y butano, el gas natural es metano”.
Explicó que cuando hay una mezcla de 95 por ciento de aire con 5 por ciento de metano se puede causar una explosión incluso espontánea, sin necesidad de aplicarle energía.
Por último, dijo que dentro de las líneas de investigación que debe seguir la PGR es si había una línea de suministro de gas natural que haya tenido algún problema, o si había materia orgánica en descomposición. (EXCELSIOR)