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EL CAIRO, 6 de febrero.- Las fuerzas de seguridad egipcias han detenido a cuatro sirios que arrojaron zapatos al presidente iraní, Mahmoud Ahmadineyad, cuando salía anoche de la mezquita de Al Husein, en El Cairo, informaron hoy fuentes policiales.
Las fuentes explicaron que uno de los detenidos llegó a alcanzar a Ahmadineyad con su zapato en la cabeza, mientras que los otros tres tiraron desde lejos su calzado contra el presidente iraní.
La oposición siria acusa a las autoridades iraníes de ofrecer apoyo moral y material al régimen de Bachar al Assad en el conflicto civil en ese país, que comenzó hace dos años.
Arrojar o mostrar el calzado es una de las mayores muestras de desprecio en el mundo árabe, y en el pasado ya se ha condenado a personas por hacerlo, como sucedió con el periodista iraquí Montazer al Zaidi, sentenciado a un año de prisión tras lanzarle sus zapatos en Bagdad al expresidente de EE. UU. George W. Bush, en 2008.
Las fuerzas de seguridad egipcias han interrogado también a los guardaespaldas que acompañaban al mandatario iraní durante su visita a la histórica mezquita, localizada en el barrio islámico de la ciudad.
Ahmadineyad llegó ayer a El Cairo para participar en la cumbre de la Organización para la Cooperación Islámica que se celebra hoy y mañana, en la primera visita de un presidente iraní a Egipto desde 1979.
"Si los dos pueblos están unidos en esta etapa de desarrollo ocuparán un lugar importante en el mundo, y la región y el mundo se beneficiarán", aseguró Ahmadineyad, en un intento de tender puentes con las autoridades egipcias.
El presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, llegó el martes a Egipto en una visita sin precedentes en la historia reciente de ambos países. El mandatario participará en una cumbre de la Organización para la Cooperación Islámica, que aúna a los Estados de confesión musulmana. (AP)
Sin embargo, el gran imán de la institución de Al Azhar, la más importante del islam suní, advirtió en una reunión con Ahmadineyad contra los supuestos intentos de propagar el chiísmo y contra la injerencia iraní en los asuntos de los países del Golfo Pérsico, especialmente Baréin.