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Artículo publicado por Ignacio Beteta V. en elsemanario.com.mx
Las mejores perspectivas macroeconómicas del país han atraído capitales del exterior que han aumentado la oferta de divisas, lo que tiene como consecuencia el abaratamiento del dólar. La pregunta es: ¿Qué valor podría registrar el peso frente al dólar sin que posteriormente se presente un ajuste brusco en la paridad? De acuerdo con los valores históricos del tipo de cambio real del peso frente al dólar, el rango crítico sería de 10.75 a 9.55 pesos. Es decir, si llegara a estos niveles, el abaratamiento de las importaciones y el encarecimiento de las exportaciones elevarían el déficit comercial con el exterior, de tal forma que sería inminente un ajuste brusco en la paridad cambiaria.
Las mejores expectativas de crecimiento de México, dada su estabilidad macroeconómica y promesas de reformas estructurales, han atraído capitales del exterior que buscan obtener mayores rendimientos debido a las mayores tasas de interés en México que en los países altamente desarrollados.
El ingreso de estos capitales ha favorecido la revaluación del peso frente al dólar en, prácticamente, un peso por dólar en diez meses, de mayo de 2012 a marzo de 2013, en que la cotización interbancaria pasó de 14.29 a 12.36 pesos por dólar, es decir, una disminución de 13.5% en su precio.
La modificación al tipo de cambio tiene grandes implicaciones para la economía del país. La revaluación del peso frente al dólar:
•Favorece el control de la inflación, al abaratarse el precio de las importaciones.
•Reduce el costo de la deuda contratada en moneda extranjera.
•Encarece las exportaciones.
•Propicia que se deteriore la balanza comercial, al elevarse las importaciones a mayor ritmo que las exportaciones.
Independientemente de que el ingreso de capitales y de créditos del extranjero, así como el uso de las reservas internacionales, puedan financiar el déficit comercial, es decir, que esos recursos sean utilizados para pagar la diferencia entre el valor de las importaciones y exportaciones, los mercados financieros presionan para que el tipo de cambio se ajuste cuando el déficit es elevado.
Existen dos indicadores que ayudan a determinar los desequilibrios del tipo de cambio:
•El tipo de cambio real.
•La balanza comercial.
El tipo de cambio real. La historia en nuestro país prueba que dicho ajuste en la paridad cambiaria surge cuando los precios en México se han encarecido, en términos de dólares, respecto del extranjero. La siguiente gráfica presenta el tipo de cambio real, que muestra cuánto más barato es México respecto del extranjero. Cuando el índice se reduce significa que México se encarece y es necesario devaluar al peso para que las importaciones disminuyan y se estimulen las exportaciones. Cuando dicho índice ha registrado valores entre 68 y 58 se observa que los mercados obligan a un ajuste brusco en el tipo de cambio.
La balanza comercial. Por otra parte, en la gráfica Balanza Comercial de México se observa que esos periodos de ajuste del tipo de cambio coinciden, en la mayoría de los casos, con un elevado déficit comercial, con un desfase de hasta un año.
La balanza comercial de México presenta prácticamente un valor de equilibrio para finales del año 2012. Aunque el análisis se debe complementar con la incorporación de la balanza en cuenta corriente, que considera los ingresos por turismo y divisas y el pago de intereses de la deuda externa, así como las obligaciones de pagos de capital de la deuda externa, los flujos de capitales del extranjero y el monto de las reservas internacionales, los datos que se presentan en las gráficas anteriores nos llevan prácticamente al mismo resultado.
Es imposible predecir el momento preciso de cambios en los mercados financieros. Sin embargo, sí es viable conocer sus tendencias. Con base en ello, se llevó a cabo una simulación, a partir del supuesto de que se mantenga el control de la inflación en México. En esta se observa que si el tipo de cambio real llega, de acuerdo con el índice utilizado, a menos de 68 (a lo que correspondería un tipo de cambio de 10.75 pesos por dólar) encarecería las exportaciones y abarataría las importaciones, al grado de generar un déficit en la balanza comercial. Esto obligaría a la corrección de la paridad cambiaria, efecto que se dejaría sentir en los mercados financieros, que presionarían para que se lleve a cabo ese ajuste. Tener un tipo de cambio flexible permite que los ajustes sean menos bruscos que si se optara por una paridad semifija o fija, como se tenía hasta 1994.
Parece una contradicción que el ingreso de capitales pueda generar males a la economía, los cuales se presentarían a través de una revaluación del peso. Las autoridades deben ser muy cautas en el manejo de la política económica, para evitar que los flujos de capital y la inversión, en general, generen inflación y lleven a revaluar el peso frente al dólar. Para ello, desde la perspectiva de que las reformas estructurales aumenten el nivel de inversiones y de crecimiento en el país, para minimizar la sobrevaluación del peso el gobierno tendría que considerar su participación en la compra de divisas y acumular reservas internacionales, así como reducir el déficit o inclusive generar un superávit fiscal, para reducir la demanda agregada y, consecuentemente, la presión sobre la inflación.