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MEXICO, D.F., 8 de agosto.- Los precios de bienes y servicios al consumidor tuvieron un descenso de 0.03 por ciento en promedio durante julio, la primera deflación que se presenta en el séptimo mes de un año en una década, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Con esto, la inflación anual se ubicó en 3.47 por ciento, como adelantó en la víspera el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, y se colocó dentro del objetivo anual del banco central de un crecimiento anual de los precios de 3 por ciento, más-menos un punto porcentual.
INEGI dice que disminuyó la inflación, pero la inflación subyacente, aquella para cuyo cálculo se eliminan los bienes y servicios más volátiles, tuvo un aumento mensual de 0.03%.
Sin embargo, dentro del promedio de promedios que constituye la medición inflacionaria, se observan grandes disparidades en la evolución de los precios.
La inflación subyacente, aquella para cuyo cálculo se eliminan los bienes y servicios más volátiles, tuvo un aumento mensual de 0.03 por ciento, por lo que su incremento respecto a julio del año pasado fue de 2.5 por ciento. Los rubros de mayor crecimiento anual son la educación, con un ascenso de 4.41 por ciento, y los alimentos procesados, con una elevación de 3.50 por ciento.
Por el lado del subíndice no subyacente, éste tuvo una caída mensual de 0.26 por ciento en el promedio de los productos y servicios que agrupa. El abaratamiento momentáneo fue resultado de un descenso de 2.31 por ciento en los pecios de las verduras y frutas, y una contracción de 1.08 por ciento en los de los productos pecuarios.
Los precios de los energéticos y tarifas autorizadas por distintos órdenes de Gobierno mostraron un aumento mensual de 0.53%.
Incluso, el INEGI apuntó que la cotización de la carne de pollo bajó 5.13 por ciento respecto a lo que se pagaba por ella en junio; mientras el huevo tuvo un descenso mensual de 2.46 por ciento.
Pero en términos anuales, el mismo subíndice no subyacente, en el que se incorporan los precios de los productos agropecuarios, los de los energéticos y las tarifas por servicios de gobierno, registró un incremento de 6.60 por ciento, casi el doble del correspondiente a la inflación general.
Este incremento de precios entre julio del 2012 y el mismo mes del 2013, fue resultado de una elevación anual de 4.42 por ciento en los precios de los productos agropecuarios, otra de 8.2 por ciento en los energéticos, y otra de 7.50 por ciento en los pagos por tarifas autorizadas por alguno de los tres niveles de Gobierno: municipal, estatal o federal.
Dentro del grupo de productos agropecuarios las verduras y frutas reportaron un decrecimiento anual de 6.61 por ciento de sus precios en promedio. En tanto que en los productos pecuarios se tuvo un incremento de 10.60 por ciento.
Dentro de ese promedio, la carestía de la carne de pollo se expresó en una elevación anual de 13.20 por ciento en su precio, mientras el huevo registró un incremento de 22.05 por ciento de julio de 2012 al mismo mes de 2013.
Por el lado de los energéticos, que en promedio tuvieron un aumento anual de 8.26 por ciento en julio, la elevación por producto da una imagen distinta de la carestía. La gasolina de bajo octanaje subió 11.87 por ciento y la de alto octanaje 10.97 por ciento; el gas LP se encareció 8.85 por ciento, mientras el natural lo hizo en 12.28, y la electricidad bajó 5.43 por ciento.
Y de las tarifas autorizadas por algún de los tres niveles de gobierno, que tuvieron un aumento anual promedio de 7.50 por ciento, los tres de mayor incremento fueron: los pagos por derechos de agua, con un encarecimiento de 6.87 por ciento; el transporte colectivo, que subió 11.39 por ciento y los trámites vehiculares, por los que en julio del 2013 se cobraba 46.81 por ciento más que un año antes. (La Jornada)