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Después de varios meses de investigación y de estudiar las evidencias proporcionadas por el juzgado séptimo de lo penal, los peritos en criminalística María de Lourdes Fernández Ancona y Francisco Pérez Roldán —contratados por la defensa— llegaron a la conclusión de que el lugar donde fue brutalmente asesinada Rosa María Arceo Ochoa, no fue debidamente preservado por la Procuraduría del Estado de Yucatán, lo que propició que se contaminara, con la consiguiente alteración de las evidencias.
El embalaje de las evidencias así como su cadena de custodia no fueron llevados a cabo de manera pertinente, como indican las normas. Por el contrario, las evidencias se alteraron intencionalmente. Los objetos del lugar de los hechos fueron alterados en su posición y quedó plenamente demostrado que los peritos de la Procuraduría, encabezados por el ex subprocurador Rafael Acosta Solís, actuaron sin el equipo de protección como guantes, botas y batas. Lo anterior, con la probable intención de inculpar a Wafé Kuri Torre como el autor del homicidio de su esposa y de exculpar al policía Carlos Rolando Escamilla Alpuche, señalado por Kuri Torre como el autor del intento de homicidio en su contra.
Las fibras de algodón alrededor del orificio de entrada de la bala de la playera que portaba Wafé se encuentran impregnadas de sangre y no muestran datos de quemadura, ni ahumamiento, ni fusión de los tejidos por el efecto del calor característicos en los disparos de contacto o a corta distancia. Además, la prueba de Walker resultó negativa en la playera de Wafé, lo cual apunta a que Wafé recibió un disparo a más de 70 centímetros de distancia. Wafe Kuri Torre "no se pudo realizar el disparo que casi acaba con su vida": fue la conclusión de los peritos en criminalística.
Otro hallazgo —en la playera que vestía Wafé y que llamó la atención— lo son las partículas de tejidos biológicos humanos que, al parecer, provienen del orificio de salida del proyectil, del tórax anterior, que segó la vida de Rosa María Arceo Ochoa. Lo anterior es muy factible: la salida del proyectil por el tórax anrterior de la hoy occisa, fractura una costilla, como fue descrito en la necropsia. El proyectil, al salir del cuerpo de Rosa María, debió arrastrar y dispersar varios pequeños fragmentos de los tejidos provenientes de la fractura que provocó en la costilla, alcanzando a salpicar la playera negra que portaba Wafé Kuri, debido a la cercanía en que estaba recostado en decubito dorsal (boca arriba), al lado derecho de ella.
Tomando en cuenta lo anterior, una posible teoría es que la bala que atravesó el cuerpo de Rosa María Arceo, cuando supuestamente le disparó el policía Carlos Rolando Escamilla Alpuche —como declara Wafé— es la misma bala que se introdujo en el cuerpo de Wafé Kuri Torre y que puso en peligro su vida. Esta teoría —con sustento y evidencia— no ha sido ni siquiera manejada como una probabilidad por las autoridades competentes.
Esta teoría también coincide con las salpicaduras hemáticas que se encontraron en la cabecera de la cama, del lado en que dormía Wafé Kuri y que fueron descritas por los peritos de la procuraduría del estado. Lo anterior, es indicativo de que la dirección del proyectil en vuelo fue de la hoy occisa hacia Wafé Kuri.
Todo ello confirma que Wafé Kuri Torre no fue quien disparó en contra de su esposa ni tampoco se disparó a sí mismo.
La prueba de rodizonato de sodio que supuestamente se le realizó a Wafé Kuri Torre el día que ingresó al hospital Star Médica, carece de validez, ya que no hay constancia pericial de que le fue realizada.
El resultado de la prueba supuestamente realizada a Kuri Torre fue positivo en dorso de mano derecha y negativo en palma de mano derecha así como negativo en dorso y palma de mano izquierda. Ello significa —y se concluye— que el resultado obtenido en las manos del procesado no se debe a disparo de arma, sino a cualquier otra situación contaminante.
Todas las pruebas realizadas por los peritos de la Procuraduría del Estado, los peritos del Estado de México y los peritos contratados por la defensa, que realizaron disparos con la Beretta .25 perteneciente al procesado, salieron positivos en la prueba de rodizonato de sodio tanto en dorso como en palma de la mano con la que dispararon.
La prueba de Walker tiene por objeto identificar sobre ropa la presencia de nitritos provenientes de la deflagración de la pólvora. De acuerdo a la distribución de los puntos rojos o anaranjados en el papel fotográfico, es posible calcular la distancia del disparo. En los disparos de apoyo o de boca de jarro —como el que la Procuraduría del Estado afirma que fue el de Wafé Kuri— la prenda presentaría un orificio en forma de cruz, cuyos bordes estarían necesariamente quemados y ennegrecidos. Este tipo de disparo deja, sobre la ropa, depósitos de pólvora combusta e incombusta que impone la positividad a la prueba de Walker. La positividad a la prueba de Walker se da hasta en disparos de menos de 70 centímetros.
En vista que la prueba de Walker realizada por los peritos de la Procuraduría del Estado salieron negativos en la playera que portaba Wafé Kuri Torre, se puede concluir que el disparo que recibió el procesado fue a distancia lejana, esto es, a más de 70 centímetros de su cuerpo, lo que invalida la acusación de la Procuraduría de que Wafé mató a su esposa y posteriormente se auto disparó.