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El canal 11 ha tenido una larga y difícil historia. Es una televisora que existe con fondos del estado mexicano, concretamente, del gobierno federal.
Beltrones, el líder priista de la cámara de senadores, se queja de que el gobierno de Felipe Calderón está "regresando al modelo del 'control político' de los medios de comunicación en su poder o de su propiedad.
"Control político", no fue la única expresión obvia que usó Manlio Fabio Beltrones. Se prolongó, en su intento de crítica racional, por definir una "agenda": que el gobierno federal, dijo Beltrones, "está buscando la manera de que en todo el país sólo se escuche 'su verdad'".
¿Es la "verdad del gobierno federal" diferente de la concordancia con la realidad? Es decir, ¿nos está el gobierno federal "cuenteando" a los mexicanos? ¿Nos están diciendo historias que no son, de verdad, concordantes con la realidad visible y medible por todos nosotros?
Es grave el intento de Manlio Fabio Beltrones. Lo que busca es perverso y debemos recordarle al líder del PRI en el senado lo que la historia de México registra.
Omitió aclarar en su recuento del "regreso al pasado", que ese pasado fue el diseñado, escrito, vivido e impuesto por su partido, el PRI, cuando los presidentes de México tenían poder absoluto sobre todos los sucesos de la nación. Y ellos, sí, omitían decirnos que estaban llevando al país a la quibra, que el Infonavit no estaba financiando viviendas, que el IMSS estaba en su mismo diseño, dirigido a la quiebra, que la CFE y Pémex estaban produciendo la energía más costosa del planeta, que el país estaba endeudado, que los pesos mexicanos no tenían respaldo alguno, que el gobierno tenía un déficit presupuesta que nos llevaría, al final de cada sexenio, a la quiebra total, a hacer de México el hazmereir universal.
Se le olvida al Sr. Manlio Fabio Beltrones que eso sí era "dar la historia muy subjetiva de un gobierno".
Hoy las cosas son totalmente diferentes. Exageradamente diferentes son, si queremos hacer comparaciones con pesos realmente significativos. Hoy, lo que dice el gobierno puede ser corroborado en los portales de transparencia que por ley debe mantener. Hoy, la economía no está en manos de la opinión del presidente, sino en manos de instituciones como el Banco de México —totalmente autónomo— y de otros organismos internacionales —como el Fondo Monetario Internacional— que se encargan de medir objetivamente el desempeño de lo que sucede en México.
Y esos organismos son los que dicen que este país sólo no crece porque las reformas que necesita han sido sistemáticamente obstaculizadas o detenidas, de plano, por el partidazo del senador Manlio Fabio Beltrones. Eso también lo omitió decir.
Aquí exponemos un video que narra el transcurrir de los años en torno al Canal 11. Los que alguna vez hemos visto lo que allí se dice, podemos atestiguar que está perfectamente concordante con la realidad. Pero esto no es asunto de nuestra opinión: usted, lector, lo puede corroborar personalmente
Beltrones, una vez más, se muestra cínico. ¿Cuándo nos darán una cara nueva?
También omitió Beltrones explicar que ese PRI suyo, anterior a Fox y Calderón, no sólo dominaba al canal 11, sino a todos los demás canales, reporteros, narradores, etc. A todos se les dictaba la línea y a todos se les vigilaba. Y así —recuerden a Memo Ochoa— se les retiraba ipso facto cuando osaban "cruzar la raya".
En Yucatán, por si Beltrones no lo sabe, su partido en una forma u otra —los detalles alguien los debe saber y sería muy agradable que los soltara— en Mérida, la de Yucatán, financia varios "medios": Milenio, La Verdad de Yucatán, Por Esto!, De Peso, amén de personal "maiceado" en otros medios. Y el gobierno de Yucatán controla en forma social, política, económica, jurídica y artística todito lo que se muestra en la televisora del canal 13, y, la verdad, las buenas lenguas lo pueden atestiguar, muy diferente a como se hizo entre 2001 y 2007 bajo el régimen de Patrón Laviada.
El ciudadano tiene derecho a saber la realidad de lo que sus gobiernos están haciendo. Todos los gobiernos tienen partidas presupuestales que tienen sólo ese objetivo: enterar a los ciudadanos lo que están haciendo, cómo lo están haciendo, etc. Y el ciudadano tiene, ahora —algo que jamás tuvo antes— la posibilidad de corroborar lo que masivamente su gobierno le quiera hacer creer.
Afortunadamente para los mexicanos, éste es hoy un país muy diferente a ese que intenta endilgarle Beltrones ¡quién sabe a quién! —tendría que ser a su propio partido, el PRI.