Sólo cuando no se vivió el drama político de los 90 y los 80, cuando no se vivió la caricatura de país en que vivíamos en los 70, 80 y 90 (primera mitad) puede uno tener esta intención de voto:

Según Mitofsky, ésta sería la intención de voto de los mexicanos al día 18 de octubre de 2010.

No tiene ningún sentido lo que esa gráfica nos muestra. Y, sin embargo, tiene todo el sentido del mundo considerando la pose mexicana “especial” en contra del PAN. La pose es algo que el sistema le ha vendido a la población. Ésta se lo ha “tragado” con asombrosa facilidad. La poción de mentiras mediáticas —de comentarios mediáticos para parecer que se está en lo “políticamente correcto”— han dado al traste con la imagen de lo que realmente ha sucedido.

Y lo que ha sucedido es muy sencillo. De ser un país de juguete, a partir de 2000, México comenzó el camino para convertirse en un país de verdad.

Muchas cosas a partir de 2000 son indicativas de ese progreso de México hacia convertirse en un “país de verdad”. Sólo algunos elementos que claramente indican esa tendencia son:

• El peso mexicano flota realísticamente con respecto a las demás monedas del mundo, lo cual hace que las súbitas devaluaciones de 2 dígitos sean ya “cosa del pasado”.
• El dinero mexicano es tan real, que el gobierno está obligado a cobrar impuestos. De lo contrario, entra en déficit.
• A pesar de ser México un país con gente de cultura anti fisco, se ha logrado mantener el gobierno sin déficit, con dinero suficiente para enfrentar los “imprevistos”: desastres naturales, crisis de salud, etc.
• Se ha hecho todo lo que debe hacerse para provocar que los energéticos se pongan en orden: la oposición se ha opuesto sistemáticamente a que se haga lo que realmente debe hacerse.
• Las participaciones a los estados jamás antes habían estado ni tan altas ni pagadas tan al día como lo son hoy.
• El respeto estricto a la ley de la materia ha hecho posible que más mexicanos cuenten con su casa propia en el menor tiempo: del Infonavit, 92% de todas las viviendas jamás construidas fueron levantadas y entregadas durante los últimos 10 años —bajo gobiernos del PAN— contra 8% durante los años, desde 1977, cuando ese instituto nació.
• Por primera vez el crimen organizado y el no organizado se combaten de frente, en vez de encontrar la manera de “tranzar” para que políticos y sector de “seguridad” tengan su tajada.
• Por primera vez en la historia política de México, los gobiernos estatales y locales son todos ellos estrictamente respetados por las autoridades federales. Cada pueblito, cada estado, decide en forma democrática —o según sus “usos y costumbres”— cuáles serán las autoridades. Las participaciones federales están totalmente desconectadas del “color” político de las autoridades locales.
• Por primera vez en la historia de México, los medios masivos de información son 100% libres de la interferencia del gobierno federal o de los estatales o municipales de origen panista (puede ser que también perredista: habría que examinar las estadísticas).

Por estos puntos y otros más que ahora se escapan, México hoy es otro y lo es gracias a los gobiernos panistas que son “políticamente incorrectos” de describir por lo menos con la estricta verdad de lo que hayan logrado. Lo “correcto” es denostarlos, hablar del presidente lo más mal que se pueda.

En el pasado había que ser “muy valiente” como comunicador para decir algo que sonara a crítica —aunque tuviera fundamento— para hablar mal del gobierno. Ferriz De Con criticó a Ernesto Zedillo en forma fuerte por varias mañanas de 1995. Una mañana Ernesto Zedillo, sin avisar, se presentó al programa y le expresó a Pedro Ferriz De Con que allí estaba para responder personalmente a las críticas. Ese día Pedro Ferriz De Con comenzó a tener una visión diferente. Hoy conserva esa manera diferente de ver las cosas. Él no habla para que “parezca valiente”, sino para inyectar sensatez pura y simple a los que escuchan su estación de radio.

De los gobiernos priistas muchos medios hablan “bien”. ¿Son genuinas las notas? Un estudio cuidadoso nos muestra que no lo son. Son casi inserciones pagadas. Existen medios afines al gobierno panista, claro, muy pocos. El PRI ahora está furioso porque estos medios están recibiendo inserciones de anuncios —totalmente legales— pagadas. No son muchos, pero son medios auditados, con impresiones y circulación que sustentan perfectamente su uso para hacer circular los mensajes que, efectivamente, tienen algo real para informar —a diferencia de los que antes hacían los gobiernos del PRI que, finalmente, resultaban totalmente falsos.