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Desfile de personajes con supuestas historias de enfermedades buscan hacer su agosto en colonias del norte de Mérida, advierte una de las afectadas.
La estrategia es la misma en todos los casos: una mujer delgada de unos 50 años de edad llega por la noche a la puerta identificándose como vecina de la calle anterior y pidiendo que le compren los dibujos que realiza porque su hija está muy enferma y necesita llevarla al doctor.
Su convincente forma de hablar y la sinceridad con la que parece relatar su problema hace que sus "vecinas" le entreguen, sin pensarlo, el dinero que solicita por sus dibujos religiosos, unos $60 pesos, que en ocasiones se convierten en $100 pesos porque "no tiene cambio".
Dibujo que MRB compró a la mujer que se hizo pasar como vecina en $100 pesos.
En entrevista con Artículo 7, MRB del fraccionamiento Monte Bello, una de las defraudadas por la supuesta vecina, alertó a los residentes de San Ramón, Altabrisa, Montes de Amé y otras colonias del norte para no caer en el engaño de la mujer.
—La ayudé porque soy madre y sé lo que significa tener a tu hija enferma, por eso es decepcionante ver cómo esta mujer se aprovechó de mi buena voluntad para mentir.
Advirtió que amigas, conocidas e incluso familiares, le han comentado sobre la visita por la noche, a sus casas, de una mujer que les cuenta la misma historia que a ella y que se identifica como "vecina".
Sin embargo, lo que más preocupa a MRB es que, una de las amigas de su madre —que dejó pasar a la mujer a su predio— fue víctima de un robo: al abrir la puerta para dejarla pasar, dos hombres armados bajaron de una camioneta negra y entraron al domicilio.
—Tengo entendido que se llevaron dinero de la señora.
Dijo que, a pesar del hecho, no hay denuncias áun. La gente no confía en la resolución del caso.
—Sabemos que, una de las personas a las que intentó engañar, grabo su imagen a través de un cámara de seguridad. Pronto se le va a denunciar.
Mencionó que recientemente vio, a las puertas de su domicilio, una camioneta negra con gente desconocida. Le llamó la atención pues la calle en la que vive no hay muchos vecinos, además de que se conocen entre ellos.
Lamentó la existencia de gente que se aprovecha de la buena fe que todavía queda para defraudar.
Señaló que la calle donde vive se ha convertido en el lugar ideal para que gente con todo tipo de historias pase a pedir dinero.
—Varias veces vino una mujer que decía tener sida y que pedía dinero para comer, porque no tenía. Al ver que la ayudábamos, venía cada semana. En otra ocasión, un hombre vino pidiendo dinero para su hijo que tenía cáncer y que estaba en el hospital de la Amistad Corea-México.
A esa persona no le dimos dinero, pero mi esposo fue al hospital para saber cómo podíamos ayudar al niño; resultó que los médicos sí lo habían atendido, pero hace dos años y no por cáncer si no por una enfermedad de la piel.
Dijo que ni la vigilancia policíaca evita que se dé ese tipo de situación, ya que, según le comentó la mujer que decía tener sida, si los ven pidiendo dinero de casa en casa, "los policías los obligaban a darles la mitad de lo que recaudan".
Finalmente, hizo un llamado a las personas para que no se dejen engañar por estos personajes, quienes, además de timarlos con supuestas enfermedades, pueden cometer delitos peores, como el robo. L.I.