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Entre la ineptitud de unos y la deshonestidad de otros, nuestro país, México, corre un grave peligro de caer en el caos total.
La nota ya llegó al portal de la presidencia de la república (http://goo.gl/0ujj), como si se tratara de un "triunfo" del esfuerzo del gobierno federal en la lucha contra la ilegalidad y el lavado de dinero.
Pero la realidad es que el suceso es tan falso como un billete de $2.71. Sucedió en el aeropuerto internacional de Mérida, Yucatán.
Ella es una mujer que trabaja en el negocio familiar de transferencias monetarias desde hace muchos años. Como puede demostrarlo con los documentos conducentes, cada año viaja dos veces a los Estados Unidos llevando consigo cantidades importantes de dólares: 50 o 60 mil, algunas veces más, algunas veces menos.
¿Por qué lleva estas cantidades de dólares en efectivo? Es decir, ¿por qué no las envía por la vía de transferencia bancaria? Es lo normal, lógico, decente, esperable. Entonces, ¿qué pensaremos? "¡Ah, seguro la mujer está metida en un negocio torcido!"
Y eso es seguramente -concediéndole que sea uno de los más honestos de México- lo que ha de haberse imaginado el oficial, agente o lo que sea, de la policía federal, quien provocó incluso la intervención del ejército para detener el paso de "la mujer" hacia Miami desde el aeropuerto de Mérida.
Resulta que esa mujer es la encargada de llevar, personalmente, alrededor de 2 veces al año, partidas de dólares en efectivo que tienen que ser transportados así porque presentan fallas. Éstas impiden que los billetes sean aceptados en las instituciones nacionales: roturas, pedazos inexistentes, demasiado viejos, pintados o tachados, etc.
Hoy es "noticia" del "triunfo" contra la ilegalidad el haber detenido a esta mujer -ya está libre-, haberle impedido transportarse a Miami con su cargamento de billetes fallados e, incluso, -porque eso también lo intentó el "agente federal"- haber acusado a la empleada aduanal de "estar coludida" con la "sospechosa".
Don Felipe Calderón, presidente, ¿ya revisó usted de quién está rodeado? Es decir, ¿no se tratará de enemigos de su régimen que están buscando, desde adentro de las propias instituciones federales, la manera de perjudicarlo a usted, a su partido y a México?
¿Qué hacemos, mexicanos? ¡Buen día! (Si es que podemos...)