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La primera junta de peritos —en la que discutieron los médicos forenses sobre sus diferentes dictámenes— fue favorable a Wafé Kuri Torre, declaró el abogado defensor Marco Cerón Ruiz, después de haber concluido, tras varias horas de haberse iniciado.
Después de casi 3 años del juicio que se le sigue a Kuri Torre —acusado por la Procuraduría del Estado de haber matado a su esposa Rosa María Arceo Ochoa— la defensa, encabezada por el Lic. Gabriel Abdala Berzunza, Marco Cerón Ruiz y el Lic. Gerardo Góngora Cervera —incorporado recientemente— consideraron que, en al menos cuatro discrepancias en los dictámenes de los peritos forenses que existían antes, ya no las hay.
En la diligencia, llevada a cabo en el juzgado séptimo penal bajo la conducción del juez abogado Jorge Andrés Vázquez Juan —en la que estuvo presente el padre de Rosita, Dr. Ernesto Arceo Mendicuti— se hizo constar que los peritos de la acusación se allanaron y aceptaron que los dictámenes de los peritos de la defensa eran correctos. "Así ya está establecido en el documento" —expresó Cerón Ruiz.
Junta de peritos médicos forenses en el juzgado séptimo penal en la que estuvieron presentes peritos de la defensa, Procuraduría de Yucatán, coadyuvancia y de la Procuraduría del Estado de México
En esta junta de peritos, los tres médicos forenses de la parte acusadora -dos de la Procuraduría de Yucatán y uno de la Procuraduría del Estado de México- fueron totalmente desvirtuados en lo fundamental.
Ellos han sostenido que Wafé con un disparo de contacto se quiso suicidar y el día de hoy, con argumentos de los peritos de la defensa y el dictamen del perito de la coadyuvancia se demostró lo contrario. Wafé no intentó suicidarse simplemente porque él no mató a su esposa.
Es por eso que la defensa ha sostenido que el disparo que recibió Wafé fue a más de 70 centímetros de distancia, fuera del alcance de las manos de Wafé. Por eso ha sostenido la presencia de un tercero involucrado en los hechos que lesionó a Wafé y asesinó a Rosa María Arceo. Wafé ha sostenido desde el primer día, que el policía Carlos Rolando Escamilla Alpuche fue quien disparó en su contra.
Wafé no tuvo quemadura en el orificio de entrada, por lo que el disparo tiene que haber sido desde una distancia relativamente larga.
Los dos peritos de la Procuraduría del Estado se mantuvieron en silencio durante toda la diligencia y el perito del Estado de México, Dr. Alberto Ortega Madrid, quien sostiene que el disparo de Wafé es de contacto y que él se quiso suicidar, fue totalmente desvirtuado cuando la defensa le preguntó: que diga desde el punto de vista médico forense, en base a qué sustentaba su opinión de que el disparo que lesionó a Kuri Torre fue de contacto. Ortega Madrid contestó que "la respuesta es del orden criminalístico". Con esta respuesta Ortega Madrid evadió la pregunta, reconociendo implícitamente que no es de su competencia. Simplemente se auto descalificó.
"Con esto los tres médicos de la parte acusadora han quedado desvirtuados", comentó Cerón Ruiz.
Otro punto importante que se aclaró, fue el de la trayectoria de la bala. El Doctor Álvaro Cruz May, perteneciente al Servicio Médico Forense de la Procuraduría del Estado, reconoció que el orificio de entrada de la bala que mató a Rosa María Arceo se encuentra ubicado en el lado izquierdo de la linea media de la espalda y no en el lado derecho como aparece en la necropsia. Fue un error de transcripción, recalcó Cruz May.
También el perito de la coadyuvancia, Hernández Chávez, manifestó estar de acuerdo con los peritos de la defensa con relación a la ausencia de partículas metálicas (esquirlas) en los estudios tomográficos y radiológicos efectuados al torax de Kuri Torre, lo cual significa que el disparo fue producido a larga distancia.
Por otro lado, es anatómicamente imposible sostener que Wafé se haya autodisparado con la mano derecha, dado que la trayectoria de la bala fue del lado izquierdo del tórax y hacia el derecho. Para que ello hubiera sido posible, el arco de movilidad de la muñeca tendría que ser de casi 180°, lo cual es imposible en la anatomía humana.
Foto 1. Wafé en el hospital después de ser operado. La bala que recibió tuvo una trayectoria de izquierda a derecha.
Foto 2. Prueba realizada por el semanario Artículo 7 en la que se representa la trayectoria que hubiera tenido la bala en un intento de suicidio. La flecha verde indicaría la trayectoria de haberse disparado. Se aprecia que el máximo grado de flexión de la muñeca es de 90 grados. Para lograr la trayectoria que hubo en Wafé, necesariamente la muñeca tendría que flexionarse en cerca de 180 grados, lo cual no es posible en el ser humano.
Foto 3. Posición inverosímil en un intento de suicidio.
Otro punto de suma importancia es que se concluyó que Rosa María llegó con vida al hospital, en estado agónico. Por ello, la hora del fallecimiento fue alrededor de las siete de la mañana con un tiempo de sobrevida de media hora. Ello da al traste con la teoría de la Procuraduría de que Wafé planeó todo: disparó a su esposa y, antes de llamar para pedir auxilio, armó un teatro cortando cables, rompiendo las ventanas y moviendo cosas para fingir un asalto.
Las únicas dos discrepancias que quedaron son intrascendentes porque versan en que si el Dr. José Luis Araujo hizo bien o mal en hacer o no hacer la nota postoperatoria, según los peritos del Estado de México.
La realidad es que sí se hizo la nota postoperatoria; está en el expediente; pero los peritos del Estado de México consideran que no lo está. Sin embargo, el que esté o no esté no hace a Wafé ni culpable ni inocente. En su caso sería responsabilidad del doctor. Pero insistimos en que sí se encuentra el documento, nada más que no se le pone el título de "nota postoperatoria".
La otra discrepancia que sigue habiendo es en relativa al corazón de Wafé: ¿fue o no fue lesionado? El perito del Estado de México, Alberto Ortega Madrid, en base a un ecocardiograma realizado después de la cirugía que le salvó la vida a Kuri Torre, sostiene que no hubo lesión cardíaca. Sin embargo, el perito de la coadyuvancia, Rubén Hernández Chávez, manifestó que otras pruebas, como el estudio de enzimas cardíacas, demostraron la presencia de lesión cardíaca. Cabe destacar que el perito de la coadyuvancia es parte acusadora, por lo que es notorio que entre ellos haya discrepancias. También comentó Cerón Ruiz que, para efectos de culpabilidad o inocencia de Wafé, no tiene mayor trascendencia.
Cerón Ruiz comentó que la trascendencia de este resultado, es que el conjunto de la acusación de la Procuraduría del Estado está sostenido en el dicho de sus peritos. Si tres de ellos en este momento ya no están robusteciendo esa acusación, continúa debilitándose la misma.
En el momento de dictar una sentencia, cuando la Procuraduría sostenga que hay un homicidio, tiene que fundarlo y motivarlo. Esa forma de fundarlo es precisamente en los dictámenes periciales que, en el caso de medicina forense, no sólo ya quedaron débiles sino prácticamente desvirtuados.
Aún más, el dicho del médico forense es el sostén que tiene el criminalista para emitir su opinión. Si el dicho del médico forense ya se desvirtuó, la acusación del criminalista y, en consecuencia, la acusación en general, ha quedado insostenible.
Para concluir, Cerón Ruiz comentó que aún faltan otras juntas de peritos de otras áreas pero considera que, con la de hoy, la Procuraduría del Estado recibió un duro revés.