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Trascendió que en la Dirección de Desarrollo Social del Ayuntamiento de Mérida, a cargo del Lic. Rubén de Jesús Valdez Ceh, las personas a las que se considera vinculadas a la administración anterior, se les da el peor de los tratos, poniéndolas a realizar trabajos rudos y desgastantes y haciéndolos quedarse una o dos horas después de su jornada laboral para complementar las tareas que otros de sus compañeros dejaron inconclusas.
Fue posible enterarse que estas tácticas de desgaste y de guerra de baja intensidad, consisten en no tenerlos con una asignación laboral fija, sino que van rotándolos por diversas áreas, buscando provocar un estallido temperamental que justifique un eventual despido.
Supimos que son enviados a realizar encuestas respecto a la iluminación o construcción de banquetas, bajo el sol, caminando largas distancias, pues existe en el ayuntamiento una acentuada escasez de vehículos y gasolina que afecta hasta a los jefes, inclusive. Además, cuando se les envía a organizar algún evento que requiere armado con antelación a la actividad oficial, no se les otorgan, ya no digamos viáticos, sino tan siquiera sandwiches o refrescos que repongan el esfuerzo y desgaste físicos subsecuentes.
Nos comentaron que el personal más afectado es el que cobra por honorarios. A éstos se les adeuda aproximadamente un mes de sueldo. Se les paga de manera irregular, sin mencionar que se encuentran en medio de total incertidumbre laboral. No firman contrato hace cerca de dos meses, motivo por el que temen ser dados de baja con el menor pretexto.
Los jefes, esos sí —trascendió— se dan "la gran vida": comen frecuentemente con cargo al erario público y a partir de la categoría de Jefe de Departamento para arriba, incrementaron en esta administración sus percepciones en $10 mil mensuales por encima de lo que devengaban sus homólogos en la administración anterior.
Pudimos saber que de 2 meses a la fecha, la plantilla laboral de Desarrollo Social se incrementó en cerca de 100 personas. A diferencia de la administración anterior, entran directo a nómina, colocándolos más próximos a obtener una base en cualquier momento. La verdad, la base laboral de trabajadores está muy arrepentida de haber confiado en el PRI. Se han dado cuenta del error cometido. La "base" es objeto de tratos que jamás imaginaron recibir en la administración anterior. Se quejan "entre dientes" de la explotación de que son objeto. Están molestos.
"Muchos nos sentimos espiados y sin poder probarlo; nos enteramos que los priistas conocen detalles de nuestra vida personal, no muy conocidos, que nos hace sentir que nos siguen la pista a muy corta distancia".
Declararon estar obligados a hacer toda clase de actividades que nada tienen qué ver con el trabajo, como las jornadas de activación física en la que se hacen aerobics colectivos, en las que, de no participar, uno se expone a ser despedido. Ya se ha despedido a gente por este motivo. En el departamento de deportes, se ha despedido a mucha gente por no plegarse al "nuevo estilo".
No nos queda más que aguantar en silencio y hacer lo que nos ordenan si queremos conservar nuestro trabajo; debemos cumplir como siempre lo hemos hecho e intentar no vernos involucrados en chismes en los que insidiosamente buscan involucrarnos.