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En sesión del congreso, que sirvió para que a través de sus satélites se impusiera el mayoriteo y se designara a sus allegados, Rolando Zapata Bello tomó control absoluto del Tribunal Superior de Justicia, al imponer a Santiago Altamirano Escalante, Ingrid Priego Cárdenas, José Rubén Ruiz Ramírez Y Leticia Cobá Magaña, en una muestra más de la más consumada práctica priista: el madruguete.
Los nuevos magistrados del tribunal superior de justicia, impuestos por el mayoriteo priista
Una vez más, la sesión inició con tres cuartos de hora de retraso. Al advertir la presencia del ex procurador Sergio Priego Medina, en compañía de toda su familia, quedó claro el primero de los nombres de quienes serían mayoriteados como magistrados del Tribunal Superior de Justicia, impulsados por el padrinazgo del diputado federal priista Rolando Zapata Bello.
La sesión nuevamente se reveló completamente anodina, hasta llegar al punto de la designación de los magistrados del tribunal superior de justicia, tres de los cuales serían nombrados, merced haberse concedido la jubilación a sus antecesores.
Cuando se mencionó que la propuesta para el cargo era de Santiago Altamirano Escalante, actual secretario del ayuntamiento de Mérida, el diputado panista Renán Barrera, subió a la tribuna para denunciar que desconocían los nombres de quienes serían propuestos para ocupar estos cargos y deploró la falta de sensibilidad y oficio político del gobierno estatal, para imponer a sus allegados, en vez de lograr acuerdos.
Para no dejar dudas y terminar de confirmar quien era el promotor de la llegada de Altamirano Escalante a la magistratura, fue Carlos Pavón Flores, otro de los operadores rolandistas, el encargado de hacer el elogio del aspirante, hablando encomiásticamente de el.
A final de cuentas, al llevarse el asunto a votación, se impuso el mayoriteo: los priistas y el verde, se plegaron dóciles a las indicaciones de sus amos y sorprendentemente, la fracción perredista, apoyó la propuesta. Solo los seis votos panistas fueron en contra.
Seguidamente, David Ramírez, el operador por excelencia del trabajo sucio priista, subió a la tribuna y tras saludar a los alumnos de Ciencias Políticas de la Universidad Mesoamericana de San Agustín, indicó que por su conducto y con el consenso de las bancadas del PRI, del verde y del PRD, proponía para magistrados titulares del tribunal superior de justicia a Ingrid Priego Cárdenas, José Rubén Ruiz Ramírez y Leticia Cobá Magaña, dando lectura a sus currículas, lo mismo que a las de los propuestos como magistrados suplentes.
Cabe mencionar que Priego Cárdenas y Ruiz Ramírez igualmente son vinculados políticamente a Zapata Bello, en tanto que se dice que Cobá Magaña, aquella juez de consigna que mantuvo ilegalmente privado de su libertad a Armando Medina Millet, llegó a la magistratura, a propuesta de conocida familia siriolibanesa, que solicitó la plaza a la gobernadora.
Fue posible enterarnos de boca de varios empleados del tribunal superior que se comunicaron con este reportero, que había profunda indignación por la designación de Ana Elena Alpizar Achurra, como magistrada suplente, pues se habla que dentro de seis meses cuando se jubile la magistrada Migdalia Rodríguez Arcovedo, ella será quien ocupe su lugar indebidamente, pues carece de trayectoria en la judicatura.
Ante la anómala situación de Santiago Altamirano, que compartía a la vez la calidad de secretario de la comuna y de magistrado, la maestra Cruz Nucamendi explicó que de acuerdo con la Ley de Gobierno de los Municipios, ningún funcionario puede tener dos cargos al mismo tiempo, por lo que el congreso del estado estaba violando la ley al tomarle protesta a un regidor como magistrado del Tribunal Superior de Justicia. Solicitó que quedara en claro que aún cuando el regidor, que ostentaba el cargo de secretario de la Comuna, solicitara licencia al Ayuntamiento de Mérida, ésta tenía que pasar por el cabildo para su aprobación, lo cual no se había realizado, por lo que se estaba violando la ley al tomar protesta a un regidor en el cargo de magistrado, precisó la diputada panista.
La legisladora apuntó que el regidor debió solicitar su licencia y esta ser aprobada para que pudiera rendir protesta con el cargo de magistrado del Tribunal Superior de Justicia.
Manifestó que no podía creer que estuviéramos viviendo estas cosas, que eran muestra del PRI más arcaico y dictatorial que se había vivido y constituía muestra del peor PRI por el que había pasado México.
Por supuesto, el mayoriteo se impuso y con ello, el poder judicial ha pasado a ser otro coto de poder más de Rolando Zapata