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Ante alrededor de mil quinientos ciudadanos libres, que tras escuchar los principales hechos acontecidos durante su gobierno, la abuchearon, increparon y manifestaron su indignación y descontento, Ivonne Ortega fue declarada culpable en el juicio popular que el Frente Cívico Familiar organizó con la intención de propiciar la reflexión en el seno de la ciudadanía de esta ciudad y el estado.
Las manos se elevaron al señalar a Ivonne Ortega como culpable
Ante el juez, comparecieron diversos personajes representativos de este régimen, que dieron a conocer los principales sucedidos, característicos de este régimen, que arguyeron a favor o en contra, según lo que fuera lo inherente a sus características y personalidad.
Tras la repentina decisión del ayuntamiento de Mérida de negar el acceso a la celebración del proceso popular a la titular del ejecutivo en la plaza grande, un millar y medio de entusiastas meridanos, se apersonaron al callejón del congreso para dar al traste con la intención de frustrar la celebración del evento, pues desde el momento que se supo de la negativa municipal, desde redes sociales como facebook y twitter y desde la prensa libre, la noticia se dió a conocer, neutralizando la intención oficialista.
Participantes en el juicio popular a Ivonne Ortega
Con los meridanos de todas las edades, clases sociales y géneros, se dejaron caer igualmente, orejas de diversos organismos de seguridad vinculados al gobierno del estado, que realizaron una exhaustiva cobertura del evento, dando cuenta de los organizadores y asistentes más destacados. Al parecer, aunque el oficialismo niegue representatividad a estos eventos, le generan siempre preocupación intensa.
Los orejas del gobierno del estado en plena labor
Instaurado el procedimiento, ante el juez de instrucción comparecieron diversos personajes: desde el campesino que aportó sus puntos de vista sobre el abandono en que se encuentra el sector agrario, otrora objeto de las atenciones de la mal llamada nueva mayoría y sujeto supuestamente de las atenciones de numerosos programas gubernamentales, hasta la superasesora del gobierno del estado, ajonjolí de todos los moles y beneficiaria evidente del favoritismo gubernamental, defendiendo a ultranza los hechos y dichos de su jefa, hasta el funcionario de Cultur, que aseguraba que las cuentas de la dependencia eran transparentes y se habían manejado los conciertos con escrupulosa honestidad y transparencia, señalando por ejemplo, que los terrenos de Chichén Itzá se adquirieron a precio ínfimo.
La fiscal presentando al juez a una de las beneficiarias del programa cobijar
Asimismo, comparecieron personajes como el empresario Casas, favorecido notoriamente por el gobierno en funciones para la construcción de viviendas en el marco de los programas gubernamentales y la señora Justa Paz, que lo hizo en un féretro, pues era una de las beneficiarias del programa cobijar.
Tras los argumentos de la defensa y la fiscalía, el juez solicitó al público presente su veredicto sobre la actuación de la gobernadora, preguntando si había cumplido satisfactoriamente sus funciones, por lo que requirió alzaran la mano quienes estuvieran a favor de absolverla y que hicieran lo propio, los que estuvieran por declararla culpable: miles de manos se elevaron (hasta los orejas alzaron la mano sintiéndose seguros de confundirse en la multitud) y la gente gritó: ¡Fuera, fuera! dejando muy claramente expresada su condena y su repudio al régimen actual.
El callejón del congreso lució abarrotado
El juez dictó la sentencia, condenando a Ivonne Ortega a confinarse en su despacho a trabajar e impidiéndole estar cerca de los reflectores y abordar un avión para dejar el estado. La justicia había hablado. Vox pópuli, vox dei.