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Ayer, la marcha de estudiantes y profesores chilenos culminó con incidentes protagonizados por unos 200 encapuchados que se enfrentaron con los policías cuando intentaban llegar a la conocida avenida Alameda, de Santiago, mientras unas 100,000 personas recorrían las calles para exigir al Gobierno de Sebastián Piñera una reforma educativa.
Los estudiantes de secundaria y universitarios reclaman una mejor educación. (EFE)
Las manifestaciones iniciaron a las 10:30 frente a la Universidad de Santiago de Chile (Usach) hasta llegar al parque Almagro.
En esta oportunidad, la Confederación de Estudiantes de Chile (CONFECH) y el Colegio de Profesores contaron con el apoyo de importantes gremios como la Federación de Trabajadores del Cobre. Según cifras de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH) y algunos medios locales, unas 100,000 personas participaron, aunque los Carabineros cifran en 50,000 los asistentes.
Los manifestantes gritaban consignas, mostraban pancartas y hasta hicieron bailes improvisados en su afán por exigir a Piñera la tan anhelada reforma que garantice una educación pública de calidad desprendida de cualquier interés privado. El carácter pacífico se mantuvo en todo momento hasta su llegada al parque Almagro.
"Yo creo que es un momento bastante complejo, yo creo que nadie quiere perder el año. Hoy día creo que el gobierno es el responsable de poder zanjar este conflicto", dijo Camilo Ballesteros, presidente de la Federación de Estudiantes Universidad de Santiago de Chile (FEUSACH).
Los estudiantes llevan dos meses de protestas activas.
Esta es la cuarta marcha multitudinaria que se realiza en menos de tres meses y, al igual que las anteriores, acabó con incidentes que habrían dejado al menos cuatro heridos a causa de los gases lacrimógenos. Los responsables de los disturbios fueron un grupo de encapuchados que se enfrentaron con la policía en los alrededores de la avenida Alameda. Santiago se convirtió una vez más en el escenario de una batalla campal.
La televisión chilena mostró imágenes de desconocidos incendiando un coche en Paseo Bulnes.
El ministro chileno del Interior, Rodrigo Hinzpeter, ha asegurado que la marcha culminó tal y como lo habían previsto y pidió a las asociaciones de estudiantes y profesores asumir su responsabilidad sobre estos nuevos hechos de violencia.
"Lamentablemente se ha producido el resultado que pensamos que se iba a producir, a pesar de todos las medidas que se tomaron", ha expresado en una conferencia desde el palacio de La Moneda, sede del Ejecutivo chileno.