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BERLÍN, Alemania.- El número de afectados por ingerir unos tragos ofrecidos por un desconocido en Berlín la semana pasada ascendió a 10, informaron hoy autoridades alemanas.
Una mujer de 31 años y su acompañante denunciaron este lunes que se sintieron mal tras tomar el miércoles pasado en un mercado navideño un aguardiente que contenía una sustancia tóxica.
Con estos dos últimos casos se eleva a 10 el número de víctimas. Seis mujeres y dos hombres ingirieron bebidas envenenadas en tres mercadillos navideños en la capital alemana y varios tuvieron que ser hospitalizados.
La Policía, que sigue buscando al responsable, advirtió que el "envenenador" se acerca a las personas con la excusa de que acaba de ser padre y quiere celebrarlo.
Acto seguido ofrece un trago. A veces, "para ganarse la confianza de las personas", según indicó la policía, aparece disfrazado de Papá Noel. Se trata de un detalle que no facilita la búsqueda debido a la alta concentración de estos disfraces en las ferias.
Los primeros análisis han determinado que el hombre envenena las pequeñas botellas o los vasitos en los que ofrece alcohol con una substancia parecida al éxtasis líquido, que altera las percepciones y hasta puede llevar a la pérdida del conocimiento.
La Policía declaró: "por razones tácticas de la investigación no vamos a decir exactamente en qué consiste esta substancia".
Las víctimas denunciaron dolores de cabeza, calambres, náuseas y vacíos de memoria, pero no todas acudieron al hospital para tratarse.
Aunque no siempre aparece disfrazado de Papá Noel, la policía cree que se trata de un solo responsable: "A pesar de que el pasado sábado llevara un disfraz, su descripción coincide con la de otros afectados", dijo una portavoz policial.
También una chica de 15 años cayó en la trampa del envenenador y aceptó el sábado, frente al centro comercial Alexa de Alexanderplatz, un aguardiente ofrecido en un vasito de plástico.
Otros casos tuvieron lugar en los días anteriores en el mercado navideño de Kaiser-Wilhelm-Gedächtniskirche, en Charlottenburg, y frente al palacio de la ópera Opernpalais, en el barrio de Mitte.
Las víctimas describieron al responsable como un hombre rubio con pelo corto, altura de un metro ochenta y con la cara redonda. Siempre trae consigo una mochila negra.
La Policía recomendó no aceptar tragos ofrecidos por desconocidos en los numerosos mercados de Navidad que aparecieron ya hace unos 10 días en todas las plazas de la capital alemana.