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PARÍS, Francia.- Católicos tradicionalistas contrarios a la obra de teatro 'Golgota Picnic', del hispano-argentino Rodrigo García, por un lado, y defensores de la libertad de creación contrarios al "orden moral", por el otro, se manifestaron el domingo en París.
Unos 2000 católicos tradicionalistas, según la Policía; más de 3000, según los organizadores, marcharon hasta el teatro del Rond-Point, en el centro de París, donde se representa la cuestionada obra. Por su parte, a la misma hora, en el Barrio Latino de la capital francesa, 250 personas convocadas por una veintena de organizaciones se reunieron para protestar contra el "orden moral" y la censura.
Católicos protestan contra escenas sangrientas de la Crucifixión que se exhiben en 'Gólgota picnic'.
Los católicos tradicionalistas, con una pancarta que rezaba "Francia es cristiana y debe seguir siéndolo", denunciaron la "cristofobia" y reafirmaron su fe en Jesucristo blasfemado, según ellos, por la pieza de Rodrigo García.
"Ese espectáculo constituye una injuria a Cristo. Las escenas y los diálogos son visceralmente anticristianos, sórdidos, perversos y humillantes. Los evangelios son presentados en forma grosera", declaró Alain Escada, uno de los organizadores de la manifestación.
Por su parte, los que defendían el derecho de creación se manifestaron con un cartel que decía "No a la censura, todos por la cultura". Ambas manifestaciones se desarrollaron sin incidentes. Los católicos conservadores franceses están en pie de guerra contra 'Golgota Picnic', que se estrenó el jueves pasado bajo estricta protección policial.
García, de 47 años, ha afirmado que 'Golgota Picnic' nació de su interés literario por la Biblia, con su 'fabuloso' despliegue de imaginación, de demonios y ángeles, y también de sus recuerdos de su infancia católica, de su miedo del pecado, del infierno, del castigo divino.
Esta no es la primera vez que los integristas intentan ejercer una censura, señaló en una reciente entrevista con la AFP el historiador Christian Delporte, que recordó el incendio en 1988 de un cine parisino que proyectaba 'La última tentación de Cristo' de Martin Scorsese.