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En la Feria Feria Internacional del Libro Guadalajara 2011, Stefan Kiesbye, autor de la novela Al lado vivía una niña, habló sobre el género de la novela policiaca joven en Alemania.
El escritor Guillermo Quijas, editor de Almadía, coincidió en que la novela negra es un género que no diferencia entre el bien y el mal, ya que habla de la dureza que tiene el hombre para cambiar algo en el entorno y pone en evidencia la decadencia de las situaciones de la vida diaria.
El escritor que reside en Los Ángeles sostuvo que su novela no es sobre violencia, sino sobre la libertad y la lucha interna de los niños por encontrar su moral. “La sociedad puede ser muy violenta y eso genera una gran presión en ellos, entonces necesitan de más violencia para sentir que se liberan de eso. Para los niños puede ser necesaria para escaparse de algo”.
Al lado vivía una niña es una historia contada por Moritz, un adolescente de trece años que habla sobre dos bandas de jóvenes que viven en Esge, un pueblo industrial imaginario en la Alemania de la posguerra, y que se enfrentan sin piedad en un mundo oscuro; en su búsqueda de sí mismos, encuentran una realidad que sus padres han querido ocultarles.
Stefan Kiesbye observó de cerca realidades parecidas en el norte de Alemania; sin embargo, la novela no es su historia personal. Él quiso escribir sobre su niñez, en la que vivió rodeado de restos de la Segunda Guerra Mundial y se sentía inseguro porque llegó a creer que todo lo que había ocurrido podía repetirse en cualquier momento.
Kiesbye pasó gran parte de su infancia leyendo los cuentos de los hermanos Grimm y, a su juicio, son la mayor influencia creativa para él.
Stefan Kiesbye recomendó a los jóvenes escritores no leer a sus contemporáneos, ya que se corre el riesgo de escribir sobre lo mismo. “Uno debe ver hacia atrás”, comentó el autor, a quien aún le inspira la obra de Ernest Hemingway (cierto; tiene una prosa lapidaria).
En cuanto a la trama de la novela, lo mejor es no decir nada para no estropearle la experiencia al lector, porque en cada breve capítulo va uno de sorpresa en sorpresa y se lee de una sentada.