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CHARLESTON, Carolina del Sur, EE. UU., 20 de enero.- Newt Gingrich se perfila como la gran alternativa conservadora para batir a Mitt Romney en Carolina del Sur. Pero anoche le tocó someterse a la venganza televisiva de Marianne: la mujer por la que abandonó a su primera esposa en 1980 y de la que se divorció después para contraer matrimonio con Callista Bisek.
Las dos hijas del candidato habían solicitado a los responsables del canal ABC News que pospusieran la emisión de la entrevista hasta después del fin de semana. Pero la cadena siguió adelante con su decisión y emitió la entrevista en el espacio nocturno Nightline. Marianne dijo que sigue creyendo en la honradez de Gingrich. Pero eso no le impidió contar los detalles de la ruptura de su matrimonio. 'Todo empezó con una llamada telefónica', explicó, 'yo estaba en casa de mi madre y me desveló que quería el divorcio. Le dije que había otra persona y se quedó callado. Cuando estaba fuera, Newt siempre me llamaba por las noches. Luego supe que ella siempre estaba en mi casa con él'.
Marianne recordó que su ex siempre quiso ser rico: 'Siempre hablamos que el dinero llegaría en cuanto dejara el Capitolio'. Para entonces Gingrich había iniciado los trámites del divorcio justo después de que los médicos le diagnosticaran a Marianne esclerosis múltiple. 'Newt lo sabía', dijo ésta en antena, 'el médico le dijo delante de mí que no debía someterme a situaciones estresantes'.
Los responsables de la ABC habían adelantado por la mañana el fragmento más comprometedor de la entrevista: el momento en el que Marianne acusaba a Gingrich de haberle propuesto seguir casado con ella mientras se acostaba con su amante. 'Le dije que llevábamos casados mucho tiempo y él me dijo: "Sí, pero tú me quieres sólo para ti y Callista dice que no le importa lo que haga". Me pedía que aceptara el hecho de que había alguien más en su vida. Yo le dije que eso no era un matrimonio'.
Newt Gingrich con su tercera esposa, Callista. Ya estaba casado con ella cuando se convirtió al catolicismo, hace dos años.
No es la primera vez que Marianne habla de su intimidad con Gingrich. En 2010 concedió una larga entrevista a la revista Squire en la que desveló muchos detalles sobre el tumultuoso final de su relación. Entonces dijo también que no creía que su ex estuviera capacitado para llegar a la Casa Blanca: "Es imposible. Hubo un tiempo en que pudo ser. Pero cuando uno cambia su historia demasiadas veces y la falsea porque no le gusta cómo es, pierde contacto con su naturaleza".
Al principio el candidato intentó mantenerse al margen de la polémica. Pero anoche aprovechó la entrevista de su esposa en el arranque del debate republicano de la CNN. El moderador, John King, abrió el programa preguntándole por las palabras de Marianne y Gingrich le respondió con una reprimenda descomunal: 'Esa historia es falsa y quienes me conocen lo saben. La naturaleza viciosa y negativa de la mayoría de los medios hace más difícil gobernar este país y atraer a gente decente a la política. Me enfada ver que un debate presidencial arranca con un asunto así. Todos aquí conocemos el dolor personal. Todos tenemos alguien cercano que ha pasado por momentos difíciles. Coger a una ex mujer y hacerle una entrevista dos días antes de unas primarias es tan despreciable como cualquier cosa que pueda imaginar. Mis hijas escribieron a ABC pidiendo que retiraran la entrevista y me sorprende que la CNN coja una basura así y la utilice para abrir un debate presidencial'.
Gingrich aparece siempre en sus mitines acompañado de su tercera esposa Callista, con la que contrajo matrimonio hace una década y con la que se convirtió al catolicismo hace un par de años. Quienes conocen a la pareja suelen decir que ella tiene una gran influencia en las decisiones del candidato y en sus intereses económicos. El entorno de Gingrich dimitió en bloque en junio del año pasado después de que el candidato insistiera en irse con ella de crucero por las islas griegas. El gusto por el lujo de Callista le dio también algún quebradero de cabeza a su esposo cuando salió a la luz que había contraído una deuda de cientos de miles de dólares con la joyería Tiffany's.