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Premeditación, alevosía, dolo y quién sabe si nocturnidad. Quizá también, teniendo en cuenta que la acción trataba de pasar desapercibida, aunque nada más lejos de conseguir el propósito inicial. Según han desvelado varios medios polacos, dos ciudadanos de los que aún se desconoce su identidad, pero que podrían proceder de la Selva Negra germana, habrían robado al menos tres cajas de documentos del campo de concentración nazi de Auschwitz-Birkenau, cercano al pueblo polaco de Przelecz Kowarski y uno de los centros de internamiento más tristemente conocidos de la Historia. Todo parece indicar que dicho material, que ya habría abandonado suelo polaco, contendría documentación de extrema valía para el museo histórico del campo, entre ellos, posibles pruebas para las investigaciones realizadas contra criminales nazis.
En Auschwitz se hallaron estos documentos dentro de una botella.
Nada más conocerse la sustracción de las cajas, el museo de Auschwitz ha pedido a la corte polaca la apertura de una investigación criminal con todas sus consecuencias para que se esclarezca lo sucedido, según ha desvelado M. Pawel Sawicki, portavoz del centro. 'El museo también ha informado al Instituto Polaco de la Memoria Nacional, que investiga los crímenes nazis y estalinistas', añade el portavoz. Según la prensa polaca, los dos ladrones no habrían trabajado solos, sino que un investigador les pudo facilitar información. No iban, pues, a ciegas, ya que portaban planos detallados sobre el lugar y se sirvieron de una retroexcavadora para localizar las cajas que deseaban sustraer del campo de concentración, uno de los más visitados.
Estudiosos del nazismo coinciden en señalar que es muy posible que queden esclarecedores documentos que aún no han visto la luz. Hace unos años se descubrió un álbum impresionante de un comandante de las SS con el título de 'Mis mejores años' que ilustraba su 'apacible' (y sangrienta y doble) vida, con imágenes de un viaje a Venecia o con su perro junto a un lago. Lo compró el Museo del Holocausto.
Según datos recientes, 1.4 millones de personas visitaron el Memorial de Auschwitz-Birkenau durante el año pasado, cifra récord que pone de manifiesto la extrema sensibilidad en el tema de la educación sobre el Holocausto. Los visitantes procedían en su mayoría de Polonia, aunque también acudieron de Gran Bretaña, Israel, Italia, Alemania, Francia y EE UU.