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"El origen de la desavenencia entre el Gobierno del Estado y yo tiene su origen de muchos años atrás. Una competencia generacional que se remonta a época de la universidad y después a la época cuando fui dirigente del PRI juvenil. Competencias normales en las que hay gente que va acumulado rencores y rencillas. En la política a veces se gana y a veces se pierde. La política es un ejercicio constante en el que las variables cambian, la opinión pública cambia, una verdad no es sólida y una mentira parece una verdad, situaciones en que el tiempo va acomodando todo, que lo que hoy no te dio para lograr algo, mañana se consolida la fuerza para que de una manera más natural lo logres. Hay gente que no entiende la política y que va acumulando odios y rencores, sobre todo cuando no les ha tocado ganar", comentó Ismael Peraza Valdez, postrado en una cama de la Clínica de Mérida, recuperándose de la golpiza que dio como resultado una fractura expuesta del antebrazo.
—Creo que es parte, aunque lo nieguen, de la realidad actual dentro del PRI —continuó Peraza Valdez—. Hoy en el PRI hay una generación capaz en algunos temas pero aún le falta madurar muchísimo en otros, sobre todo en la esfera humana. A través de la intriga, del canibalismo, del temor a la competencia, de la exclusión, de la intolerancia y ese tipo de vicios de la democracia y vicios de la política; a través de las antesalas y las cámaras del poder, el rumor y de la intriga, van excluyendo y sacando del escenario a gente con mucho trabajo en las bases, con mucho trabajo en la militancia, con buenas intenciones, con capacidades demostradas —y que son muchos los casos— y va un grupo consolidándose como el hegemónico o pretendiendo serlo, haciendo a un lado generaciones, haciendo a un lado cuadros, haciendo a un lado liderazgos de base y sociales. Eso es una realidad, aunque muchos traten de negarlo. No se puede tapar el sol con un dedo, aunque muchos se queden callados. La gran mayoría calla, la gran mayoría acepta, porque tienen trabajo o un sueldo, tienen la seguridad que eso da. Otros abandonan la lucha política y muy pocos que deciden enfrentarse a la situación y definirse. Ese es mi caso —puntualizó Peraza Valdez.
—En un momento determinado, viendo todo lo que sucedía en el entorno hacia mi grupo político y hacia mi persona, decidí deslindarme de ese proyecto. Allá está el origen de todo.
—Hay una competencia generacional entre grupos. El que lo niegue no es más que un mentiroso —manifestó con seguridad Peraza Valdez—. Sería una persona falsa si una persona negara que eso no existe dentro del PRI. Siempre ha existido; pero creo que nuestra generación lo tiene más. Me da mucha tristeza reconocer que dentro del PRI hay actitudes inmaduras, de celo excesivo, de falta de integración colectiva y, sobre todo, de compromiso con las cosas buenas. Tanto en el qué hacer político externo como en el qué hacer político interno.
¿Quiénes pertenecen a ese grupo hegemónico que mencionas?
—Muchos están en el gobierno. En su momento señalé que está el diputado federal Rolando Zapata Bello; está el secretario general de gobierno, Víctor Sánchez Álvarez; el que era presidente del PRI, Mauricio Sahuí; el consejero jurídico, Sergio Cuevas González. Los que estamos en política desde hace muchos años sabemos que todos ésos están en el mismo grupo. Hay otros que se han integrado: gente que está en los órganos electorales y gente que se encuentra en el sistema de justicia. Todo se ha dado en los últimos 3 años con este gobierno. Además, hay otras posiciones en el gabinete.
—Hay otro grupo que se formó en el gobierno de Víctor Cervera Pacheco. En él están: Gaspar Quintal Parra, Víctor Cervera Hernández y otros que colaboran con ellos.
—La punta del iceberg de mi alejamiento del partido fue cuando renuncié a la Representación del Gobierno del Estado en la Ciudad de México —comentó Peraza Valdez.
—Yo fui un aspirante a la diputación federal por el cuarto distrito. Tenía con qué para serlo. Había ganado el quinto distrito local que tradicionalmente fue un bastión del PAN. Di una campanada política para muchos. Para mí fue el haber hecho bien las cosas.
—Con el ánimo de esa victoria seguimos trabajando para un proyecto con mucha ilusión, hasta que vino la forma en que se designaron los candidatos a diputaciones federales, cuando a nosotros nos excluyeron. En mi caso, al que metieron a competir por el distrito 4, fue a Rolando Zapata.
—Nosotros nos integramos a la campaña y dimos un respaldo total a los candidatos de los cinco distritos. Teníamos el compromiso del partido de abrir espacios para la gente que colaboraba conmigo. Hubieron pláticas y compromisos y hay testimonio de eso.
—Al llegar 2010 vimos que nos estaban excluyendo totalmente, ningún representante o líder de mi corriente estaba quedando como candidato a diputado local o como regidor por la alcaldía de Mérida. Vimos una barrera en el que prácticamente se excluía a todo mi equipo político.
—Es por apoyar a mi gente que decido renunciar a la Representación Estatal y regresar al Estado a tomar mi principal encargo, que es el de diputado local; es cuando se da el rompimiento con el "grupo gobernante".
¿Cuáles fueron las reacciones del grupo gobernante?
—Hubieron rumores y comentarios: que allá terminaría mi carrera política, que no podían aceptar el que haya renunciado a la representación estatal, que era un paso trágico y algún funcionario de alto nivel comentó de forma irresponsable que me daba por desaparecido.
¿Llegaste a renunciar a la fracción parlamentaria del PRI?
—No. Yo decidí dejar de participar con la fracción parlamentaria. Dejé de estar en las previas y en los análisis por la sencilla razón de que no dijeran que yo estoy filtrando información. Cosa muy característica en esta legislatura en la que 3 o 4 diputados del PRI se dedicaron perversamente a filtrar información.
¿Cómo es o fue tu relación con los diputados de tu partido?
—Yo siempre procuré que sea respetuosa. Busqué saludarlos siempre. Obviamente, la relación con algunos cambió drásticamente.
—A los pocos días de regresar empecé a tener una marcación personal —denunció Peraza Valdez—. No es nada nuevo y es una práctica común de nuestra política mexicana.
—A mí no me asustó ni me preocupó. Yo no avalo esas prácticas; pero es una costumbre de la política mexicana. Sabemos que el aparato del estado tiene su área de gobernación. El gobierno federal su secretaría de gobernación, su Procuraduría y su Cisen y los estados su secretaría general de gobierno, su secretaría de seguridad pública, su Procuraduría, el famoso C4, todos coordinados con el gabinete de seguridad de inteligencia política y la Secretaría General de Gobierno. Eso no es ningún secreto para nadie, ni para periodistas, ni para políticos, enfatizó Peraza Valdez.
—Empecé a tener estas guardias que me seguían a todos lados. Hay muchos testigos que me decían: "nos está siguiendo un Stratus o un Tsuru". Yo decía: "no te preocupes, están haciendo su trabajo".
—El objetivo es que informaran con quién me reunía, a dónde iba. Algo que para mí es incorrecto, pero lo entiendo.
¿Te llegaron a amenazar directamente?
—Me decían "cuídese usted, vea a donde va". A mis colaboradores les decían: "dígale al diputado que se cuide". Eso fue en varias ocasiones —comentó Peraza Valdez.
—Los que estamos en política sabemos que es la forma con la que te ablandan y asustan a tus colaboradores. Tenía colaboradores que por el miedo se fueron a trabajar a otro lugar.
—Decidí no denunciar ante Derechos Humanos para que no haya más encono —comentó Peraza Valdez.
—He vivido con la marcación personal desde finales de diciembre. En alguna ocasión, cuando veía que estaba demasiado cercana y estaba yendo al cine o a cenar con amigos o colaboradores me acercaba y les decía que, por favor, era mi vida privada. Así en dos ocasiones me bajé y platiqué con ellos y me decían: "diputado, disculpe usted, pero es nuestro trabajo, no pretendemos molestarlo, comprenda usted". Yo sólo les pedía que lo hicieran a una distancia prudente y no tan cercana.
—Sí me tocaron judiciales que se paraban enfrente de mi negocio con actitudes intimidatorias, tomando fotos, viéndome feo como señalándome.
—No entiendo qué pasó el miércoles de la semana pasada. Yo soy una persona que cree en las premoniciones —dijo Peraza Valdez.
—Cuando a veces me siento agobiado, prefiero no salir de la casa. Me ha pasado que pienso en algo como que se me va a perder la cartera y a las pocas horas se me pierde la cartera. Varias veces me ha pasado y yo creo en mis percepciones.
—Ese día —relata Peraza Valdez— estando encaminándome para el periférico, vi a los que me seguían en una actitud que no me pareció ni me gustó. Es por eso que decido regresar. Ya estando dentro de la ciudad, decido, como en otras ocasiones, bajarme a conversar con ellos y preguntarles qué pasaba. No me dio tiempo de nada: se bajaron con un tubo y un bate y fui brutalmente golpeado.
¿Cuál fue tu intensión al bajarte a hablar con ellos?
—Simplemente eso: hablar con ellos y apuntar las placas del vehículo. Fue una imprudencia de mi parte pero no creí que llegaran al ataque.
—Yo quería tomar una fotografía a la placa y decirles que no se me acerquen tanto.
—Ellos me increparon el que estuviera tomando fotos: "¿Por qué estás tomando fotos?", me preguntaron los agresores. Yo les contesté: "¿Por qué me están siguiendo?"
—Ellos me insultan y me dicen: "Diputadito, aquí te vas a quedar porque tenemos luz verde". Inmediatamente comenzó la agresión; fue muy rápido.
—Qué bueno que regresé a la ciudad porque tuve el auxilio de ciudadanos que pasaban por allá. Dos señores que me auxiliaron ya declararon ante los medios de comunicación y testificaron lo que vieron y lo que pasó.
—Hubieron jóvenes que intervinieron para ayudarme y con piedras intentaron ahuyentar a los agresores. Los agresores los amenazaron mostrando sus pistolas.
—La agresión no tardó más que aproximadamente 15 segundos. Fui esquivando los tubazos como pude. Pero al ver que con un golpe me querían dar en la cabeza, en un acto reflejo, que agradezco a Dios, metí el brazo y evité que me mataran. El brazo se partió y cuando los vecinos intervinieron tuve tiempo de correr a la esquina —relató Peraza Valdez.
—Con tal de que se desvirtúen los hechos me han acusado de ser agresivo y vándalo; yo lo rechazo tajantemente. También han querido presentar a 7 personas que detuvieron y quieren vincular con el PAN como mis agresores. Pero a ninguno de ellos reconozco como a alguno de mis agresores. Los que me agredieron son gente local —concluyó.