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Los días que están precediendo a la elección del domingo están cargados de mucha información que están dejando la sensación de una elección "rara" y en donde el silencio de una gobernadora —frecuentemente señalada como principal artífice de un triunfo fabricado con base en ilegalidades— es la constante. La intervención de la policía, ya no sabemos si pública o secreta, está dando mucho de qué hablar. En una carta dirigida a la gobernadora por parte de la candidata de Acción Nacional a la alcaldía de Mérida, se le cuestiona el papel de la policía estatal y de la Procuraduría del Estado, señalando a ambas instancias como brazos de represión. La respuesta a esos serios señalamientos es, hasta hoy, un gran silencio que en nada ayuda a pensar en una elección tranquila y legal.Está también el asunto de un diputado de extracción priísta que de manera clara y abierta no comulga con la gobernadora y que casualmente a días de la elección sufre una agresión física, supuestamente a manos de un grupo de seudo panistas que estaban preparando "reventar la elección", según las pesquisas de la cuestionada policía yucateca. De nueva cuenta un gran silencio por parte de la gobernadora.
Lo más reciente es el escándalo por un presunto desvío de recursos en la Secretaría de Fomento Agropecuario y Pesquero (Sfayp) a favor de gente cercana a la gobernadora, dado a conocer profusamente y con documentos de por medio, por un medio local de gran prestigio. Hasta la fecha tampoco ha habido algún pronunciamiento del Ejecutivo del Estado para este caso.
Por lo que toca al clima electoral yucateco —además del calor sofocante que la canícula nos está generando— se percibe una elección "caliente", pues es claro que el PRI está ratificando día a día lo que nos había anticipado: "que iba con todo por Mérida". Los hechos, sin embargo, nos están demostrando que ese "con todo" en realidad significaba, valiéndose de todo.
Y es que como se ha desarrollado esta elección, es claro que el PRI, con tal de obtener el triunfo, no se tentará el rojo corazó para recurrir a artimañas, para pagar cualquier precio y para pasar encima de quien intente impedírselo.
Sólo resta recordar que el destino de este proceso está tus manos, estimado lector; porque a la hora de sufragar no influyen terceros, sino únicamente tu voto razonado pensando en el mejor futuro para Yucatán.