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El gasto del PAN para su campaña en Mérida, fue de alrededor de $8.3 millones. Esta cantidad de dinero le sirvió para captar casi 135,000 votos. El costo por cada voto es, así, de $61.48.
El dispendio del PRI se calcula en alrededor de $50 millones. Con esta enorme erogación a su favor, este partido logró unos 147,000 votos —considerando que el Ipepac esté poblado de manos de ángeles emanados directamente del ala más santa y ética de los cielos— a un costo, cada uno, de $340.14.
Cada voto a favor del PRI tiene un costo 5.54 veces mayor que un voto a favor del PAN. Y esto no es nuevo: así ha sido tradicionalmente. La gente que vota por el PAN, no lo hace por la propaganda sino por algo mucho más profundo, responsable y delicado: es gente que analiza el presente, el pasado reciente, el pasado de más atrás y razona, con cuidado, hacia dónde queremos que el país llegue.
Las cifras expuestas no incluyen las "compras directas". No me parecería justo plasmar un dato tan difícil de comprobar. Los $50 millones, en cambio, son fácilmente detectables analizando el despliegue de propaganda que se vio por todos lados, no únicamente durante la campaña en sí, sino antes, durante la pre campaña. Muchos, por otra parte, dirán que mi cálculo de $50 millones es bajo. ¿Tuvo un costo especial la encuesta de "Milenio" del día de la elección? Esta encuesta marcó y selló un estado de ánimo y eso logró "algo".
Es muy fácil deducir el significado de los resultados de esta elección —siempre, repito, suponiendo que los votos reportados por el Ipepac sean los que realmente fueron emitidos en las mesas de votación.
Los yucatecos fueron tildados de "mentirosos" por los encuestadores. Tradicionalmente, no han podido detectar la realidad en las encuestas. ¿Por qué será? Basta echarle un vistazo a los acontecimientos duros vividos por disidentes del sistema de gobierno tipo PRI —control férreo de la policía, fabricación de expedientes, siembra de pruebas, destrozo de huesos de brazo— para entender esa actitud "mentirosa" ante los encuestadores. A ver ¿cómo es que no mienten en el sentido contrario? Así es: cómo es que la mentira siempre es decir que van a votar por el PRI más de los que realmente lo harán. Está claro que le tienen miedo al PRI: lo ven como un monstruo potente, que molesto o contrariado —debería usar otro adjetivo— tira golpes duros, bajos, fuertes y muy desagradables.
En cambio, ¿el PAN? El ciudadano ya sabe que con ésos no hay ningún problema. Puedes decirles lo que quieras, incluso negarlos en las encuestas. Es allí, escondidito en la mesita con su cortina que el ciudadano cruza los círculos azules a pesar de la propaganda negativa vigente constantemente en todos los medios.
El día 16 de mayo de 2010, mientras en Mérida, Yucatán, unos 147,000 ciudadanos eran presa directa de los últimos $340.14 invertidos en cada uno de ellos para votar por el PRI y así lo estaban haciendo, en España, el presidente Felipe Calderón Hinojosa, emanado del PAN, estaba ganando un premio internacional especial: Nueva Economía Forum 2009 al Desarrollo Económico y la Cohesión Social. Un premio que se le da como presidente por haber logrado salud económica dentro de una de las crisis más desastrosas de la historia reciente en todo el mundo.
La propaganda anti PAN a nivel nacional es a tal grado incisiva y demagógica, que logra influir la mente de millones de mexicanos, de esos con poco cuidado para discernir entre lo que es publicidad y lo que son realidades. Por cierto, muy pocas veces la publicidad del PAN ha sido eficiente, excepto cuando recurre a recordarles a los electores, en forma contundente, los desastres sociales, económicos y políticos que los gobiernos emanados del PRI le han causado a México. Entonces dicen que está haciendo "guerra sucia". Lo cual quiere decir, en el lenguaje mágico mexicano, que la "guerra limpia" es apostar a la mala memoria del electorado y esconderle, en forma sistemática, cualquier verdad que debería ser tomada en cuenta para juzgar a un bando y otro al momento de elegir.
En cambio, no le llaman "guerra sucia" a la campaña constante para convertir al gobierno en criminal en vez de apoyarlo y reconocer el esfuerzo muy delicado que está desarrollando para combatir la delincuencia organizada que decapita, embrutece con su droga, secuestra y tortura cotidianamente. ¿México "Mágico"?
En Mérida, 147,000 electores no pudieron discernir lo que realmente habría sido conveniente para nuestra ciudad. Sí, lo siento mucho, pero se equivocaron. Hace 3 años también se equivocaron, el 20 de mayo. 147,000 electores no supieron captar la diferencia entre el modo de gobernar de César Bojórquez —su calidad administrativa, su orden financiero, su puntualidad en pagos— con la oscuridad misteriosa del gobierno de Ivonne Ortega Pacheco, endeudándonos cada día más, atrasado constantemente en pagos a proveedores y con una rídiculamente baja productividad de obra en comparación con el sexenio anterior.
"Dios" estuvo dormido el 16 de mayo, porque el resultado de estas elecciones jamás habría podido ser la voz del Ente que habríamos de creer que tuvo la visión de diseñar y crear el universo: o sea que, aquello de que "la voz del pueblo es la voz de Dios"... ¡nada qué ver este 16 de mayo de 2010 en Yucatán! ¿Qué les decimos a los que no fueron a votar por abulia, aunque sí sabían qué era lo conveniente?
La voz del pueblo fue más bien la voz de la mercadotecnia, del dispendio publicitario, de la manipulación de la realidad, del engaño mediático sistemático.
Estoy suponiendo que mis socios en esta empresa periodística deben estar convencidos de una cosa: nuestro trabajo es más complejo y difícil de lo que creíamos. Pero éste es el camino y hay que intensificar el recorrido.