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Ante un Ipepac totalmente sometido a los caprichos y órdenes de la gobernadora del estado, Ivonne Ortega Pacheco, y un partido incapaz y carente de estructura electoral, se consumó el fraude electoral dando paso a una "cochielección".
Las tropelías del PRI-Gobierno dirigidas por el alquimista electoral, diputado federal Felipe Enríquez Hernández, se hicieron notar desde el primer día de las precampañas y se intensificaron en los siguientes dos meses de campaña. Exceso en el gasto de campaña, intimidación, coacción, represión, fabricación de expedientes judiciales para eliminar a opositores, uso de recursos públicos en la campaña, fueron algunos cuantos recursos utilizados con la intensión de aplastar al PAN. Las estimaciones que tenían era que el PRI ganaría por más de 20% de diferencia.
Se le llama "alquimista electoral" al que es capaz de convertir una derrota en una victoria electoral. Los alquimistas electorales rasuran los padrones y listados electorales para impedir el voto opositor, imponen funcionarios de casilla dispuestos al fraude, transmutan los votos en contra en votos a favor, hacen votar hasta a los muertos y desaparecen o anulan los votos de los que votaron por el partido opositor. Sólo personas bien preparadas son capaces de revertir estos métodos basados en la falta de visión de los vigilantes electorales.
El 16 de mayo salió la "ola roja" que fue la principal fuerza para ganar las elecciones de 2007 que llevó a Ivonne Ortega al gobierno del estado. Nada más que en esta ocasión se mostró un modelo desgastado y hasta cierto punto ineficiente. Sin embargo, con ella se lograron los votos suficientes para que ante el Ipepac se ganara la alcaldía de Mérida y 13 de las 15 diputaciones por mayoría relativa.
Una vez más se utilizó la estructura del sindicato del volante a cargo de Nerio Torres Ortiz para movilizar a grandes cantidades de personas y presionarlas a votar por el PRI. Desde el día anterior a la elección se puedo observar en el local del volante, ubicado en el anillo periférico, más de 2000 vehículos.
Si bien no se sabe que haya habido robo de urnas en la ciudad de Mérida, si se sabe de alteración de los votos para cambiar el resultado de la elección. La mapachería del PRI fue evidente.
Se le llama "Mapache" a quien por un procedimiento fraudulento roba urnas llenas de votos que supuestamente pertenecen a un candidato opositor, o sustrae, altera o introduce votos marcados por el mismo en las urnas para cambiar los resultados de una elección.
Hubieron evidencias de que se realizó la técnica fraudulenta llamada "Cadena" que consiste en reunir, en alguna "casa amiga" cercana a la casilla, a electores que han comprometido su voto. Al primer votante se le dan boletas previamente sustraídas del órgano electoral (Ipepac) y cruzadas por el partido requerido. Son las que va a depositar en las urnas. Las boletas que reciba las deja en blanco y las guarda entre sus ropas. Una vez que regresa el primer votante a la casa amiga, al segundo votante se le entregan las boletas que trajo el primero, pero ya cruzadas, instruyéndolo de introducirlas en las urnas y que a su regreso traiga consigo las que le dieron en blanco. Así sucesivamente van pasando todos hasta que termine el último.
Cuando no hubiera el primer juego de boletas, el primero se guarda en blanco sus boletas y se las ingenia para fingir que las depositó en las urnas y así empezar la cadena. En la elección del 16 de mayo hubieron casillas que al finalizar el conteo de votos tuvieron un par de boletas menos que el número registrado de votantes, lo que sugiere que se implementó esta operación.
El "Carrusel electoral" consiste en trasladar a un grupo de personas a votar y se les paga por ello. Es el voto múltiple que realiza un grupo de personas que usan varias credenciales de elector, ya sea que correspondan a nombres de ellas mismas o a los de individuos distintos reales o ficticios registrados en distintos distritos electorales.
Al no encontrar su nombre en una casilla cercana a su domicilio, el ciudadano se cansa y termina por no votar. Para ello se utiliza la técnica del "Ratón Loco" que consiste en obstaculizar el sufragio de un elector mediante la anotación errónea de las secciones electorales en la lista nominal con lo que se le dificulta la ubicación de casilla. El 16 de mayo, el Ipepac cambió la ubicación de una gran cantidad de casillas provocando que muchas personas, al acudir al lugar donde habitualmente han ido a votar y no encontrar la casilla optaron por no buscar la nueva ubicación y no votar.
El quebrar a cuidadores de casilla del PAN fue una práctica común. Por intimidación, amenazas o porque se les pagó, muchos representantes del PAN no acudieron a su casilla y no contó el partido con la vigilancia que garantizara la limpieza electoral. Los responsables de la estructura electoral y el presidente del comité municipal del PAN deberían dar la explicación —por tan garrafal fallo— que satisfaga a los miembros y simpatizantes del partido.
Durante el proceso electoral se vieron claros indicios de un Ipepac totalmente al servicio de Ivonne Ortega Pacheco y de sus camarillas. Un consejero presidente, Fernando Bolio Vales, que se sometió a las exigencias del PRI-Gobierno. Según comentarios que en algún momento él mismo realizó, se sabe que fue amenazado si no se alineaba y al mismo tiempo recibió ofrecimientos de asegurarle la vida con un futuro trabajo dentro del Poder Judicial como juez o magistrado, o de autorizarle una notaría pública. El tiempo nos mostrará la realidad.
El Ipepac fue tan burdo en su forma de operar y realizar su trabajo que la candidata, Beatriz Zavala Peniche, acudió a pedir garantías de equidad, imparcialidad e independencia en el proceso electoral. El trabajo del Instituto se caracterizó por su parcialidad en cuanto a sus resoluciones y acuerdos sobre las quejas y denuncias presentadas por los partidos políticos y candidatos.
Su mala actuación se reafirmó con el extravío de miles de boletas electorales para Mérida, Valladolid, Ticul y Xocchel, casualmente todos ganados por el PRI.
El Ipepac y su consejero presidente, Bolio Vales, se hicieron sordos, ciegos y mudos a las denuncias de los ciudadanos, candidatos y partidos políticos que no fueran del PRI. Se han presentado las pruebas suficientes que respaldan dichas quejas: videos, fotografías y fe de hechos notariales.
Denuncias como la realizada por el representante del PAN ante el Ipepac, Orlando Pérez Moguel, en la que se acusa al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud, Sección 67, de coaccionar a sus trabajadores para que asistan al cierre de campaña de Angélica Araujo y para la cual se llevó puntuación sindical o mejor dicho paso de lista. Por cierto, se utilizaron vehículos de la Secretaría de Salud para el traslado de trabajadores al cierre de campaña.
La historia juzgará más adelante.
Un claro caso que ejemplifica la forma en que el PRI ganó la elección en Mérida y en muchos municipios del interior del estado, se encuentra en lo sucedido en la casilla 317 básica, ubicada en la Escuela Peninsular (Roger's Hall). Los votos mayoritarios del PAN se los dieron al PRI y los del PRI se los dieron al PAN.
Por un "lamentable error involuntario" de la presidenta de la casilla, Landy Esther de Cáceres Álvarez, al redactar el acta de escrutinio y computo de la elección de regidores, se invirtió el resultado que corresponde al PAN y al PRI, asentando el número de votos que correspondían al PAN al PRI y viceversa. El Ipepac, que acudió ante la demanda de los ciudadanos, se negó a corregir el acta. Ante la negativa del Ipepac se solicita la intervención del notario público número 70, Fernando A. Castilla Patrón, para realizar una "fe de hechos" en la que se aclara lo sucedido y a efecto de que la misma acompañara a la documentación.
A pesar de la fe notarial en el caso de la casilla 317 básica, el Ipepac contabilizó los votos sin tomar en cuenta la fe notarial. Los resultados de esta casilla, para diputados, aún no están visible en el PREP. De forma dolosa no corrigieron el error. Ello se puede constatar en la página electrónica del propio Ipepac. Al PRI le sumaron los 159 votos obtenidos por el PAN y al PAN le dieron los 72 votos del PRI. Habría que preguntarle al "licenciado" Fernando Bolio Vales ¿cómo se puede competir de esta manera? Casos como éste están al por mayor.