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Con un discurso de poco más de 17 minutos y a dos meses de la elección intermedia para renovar el Congreso de los Estados Unidos, el presidente Barack Obama dio por terminada la guerra de Irak.
Después de siete años y medio de guerra, las cifras oficiales dicen que la misma le ha costado la vida a 4,400 militares americanos y a más de 100,000 iraquís. Asimismo, económicamente ha tenido un costo que ha dañado las finanzas del país más poderoso del mundo.
Dirigiéndose en cadena nacional —desde la Oficina Oval de la Casa Blanca— Obama dijo: "Esta noche quiero anunciar que la misión de combate de Estado Unidos en Irak ha llegado a su fin. La operación Libertad de Irak se ha terminado", para después señalar que ahora era responsabilidad de los iraquíes velar por la seguridad de su país.
"Fue mi promesa a los estadounidenses como candidato presidencial y se anunciará un plan que traerá todas las brigadas de combate fuera de Irak, al tiempo que se redoblarán esfuerzos para reforzar las fuerzas de seguridad iraquíes", indicó el presidente norteamericano.
No obstante, en un anuncio que se espera genere intenso debate político en los próximos días, señaló que la guerra y la violencia no han terminado ya que se enviarán más efectivos a Afganistán, misión que cambiaría a partir del próximo año.
En su discurso, el presidente Obama vinculó los problemas económicos con la guerra e hizo énfasis en lo que la misma ha costado a su país. "Debemos restaurar la economía y que veinte millones de estadounidenses que han perdido sus empleos vuelvan a trabajar, reforzar nuestra clase media... y para ello debemos dar educación a todos nuestros hijos para que puedan competir en una economía global. Y debemos hacer arrancar a las industrias para que creen empleos, terminar con nuestra dependencia del petróleo exterior y cultivar las ideas de nuestros emprendedores".
Para los críticos, el mensaje con fuerte contenido económico estuvo encaminado a buscar votantes, ya que la prioridad para los estadounidenses dejó de ser la guerra (como lo fue en las elecciones presidenciales) y ahora lo son los problemas como el desempleo y las cifras macroeconómicas desfavorables.