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Una decena de gobernadores priistas, entre ellos la yucateca Ivonne Ortega Pacheco, acordó en Estados Unidos trabajar ya con miras a la sucesión presidencial de 2012, pero con el compromiso de que su colega mexiquense, Enrique Peña Nieto, sea el candidato del PRI y eventualmente el próximo Presidente de la República.
Diversos medios nacionales dieron cuenta estos días de una reunión que se realizó a principios de mes en un rancho de McAllen, Texas, propiedad del ex gobernador de Coahuila, Enrique Martínez y Martínez. Los gobernadores peñistas hablaron de la necesidad de "Blindar a Peña Nieto y no exponerlo".
Durante el cónclave priísta se habló de las supuestas estrategias del Presidente Felipe Calderón para evitar el regreso del PRI a Los Pinos por conducto de Peña Nieto; así como de los posibles candidatos del PAN y el PRD a la Presidencia.
También se tomaron acuerdos que, incluso, contemplan posibles modificaciones constitucionales para posponer las elecciones de gobernador en el Estado de México —previstas para julio de 2011– y empatarlas con las presidenciales en 2012, a fin de evitar una posible alianza electoral PAN-PRD que pudiera arrebatarle al PRI esa importante entidad.
Entre los gobernadores asistentes a la reunión que encabezó el propio Peña Nieto en Texas, hay algunos en funciones y otros que pronto tomarán posesión. En la lista figuran: Eugenio Hernández, de Tamaulipas; Humberto Moreira Valdés, de Coahuila; Miguel Osorio Chong, Hidalgo; Ivonne Ortega Pacheco, Yucatán; Miguel Alonso Reyes, Zacatecas; Carlos Lozano de la Torre, Aguascalientes; Mariano González Zarur, Tlaxcala y Jorge Herrera Caldera, de Durango. Los acuerdos que ahí se sellaron son reconocidos como El Pacto de McAllen.
"El gobierno de Calderón va sobre Peña", se dijo en la reunión, en dos líneas de ataque: una política con la alianza PAN-PRD en los comicios mexiquenses para intentar descarrilarlo; y otra presupuestal, con estrategias para cerrarle a su administración llaves presupuestales que disminuyan el ritmo de la obra pública.
En el encuentro se mencionó una propuesta que hay en el Congreso local mexiquense para modificar la Constitución local y cambiar la fecha de la elección de gobernador, del próximo año al 2012 y empatarla con la elección presidencial. De ese modo, se dijo, se evitaría el impacto de una alianza opositora en la elección local.
De acuerdo con la información dada a conocer, los gobernadores priístas discutieron también sobre los posibles candidatos de otros partidos. Del PAN, por ejemplo, se dijo que ven a Calderón jugando en este momento con dos opciones de precandidatos: Ernesto Cordero, como el abanderado que puede lanzar el Presidente si la apuesta es por el tema de la estabilidad económica, o Francisco Blake, si desde Los Pinos apuestan al tema de la seguridad como oferta de campaña. Calderón vetará, dijeron, a Santiago Creel y a Josefina Vázquez Mota.
Cuando se habló del PRD y sus candidatos, los mandatarios del PRI mencionaron el nombre de Andrés Manuel López Obrador como "el candidato más fácil" para el priísmo, aunque también previeron que habrá "pleito seguro" entre el tabasqueño y Marcelo Ebrard por la candidatura.
Antes de terminar la reunión y de que se sellara "El pacto de McAllen", uno de los gobernadores priistas dijo que sabía de un juramento que había hecho Felipe Calderón sobre la tumba de su padre, Luis Calderón Vega hace unos meses: "que por ningún motivo él le iba a entregar el poder al PRI". Hay que prepararse para todo, dijo ese mandatario. La división del PRI, apuntó, debe evitarse a toda costa y la prioridad número uno que definió el grupo que nació en esa reunión fue: "blindar a Enrique Peña Nieto".
Además de los gobernadores, a la reunión de Texas también asistieron cinco invitados, quienes salieron juntos en un avión, desde el aeropuerto de Toluca. Ricardo Aguilar Padilla, el presidente del PRI mexiquense y uno de los operadores más eficaces de Peña Nieto, era el coordinador del grupo, que completaban los alcaldes Eruviel Ávila, de Ecatepec y Alfredo del Mazo, de Huixquilucan; el líder del Congreso local, Ernesto Nemer, y el diputado federal Luis Videgaray. Allí, se comprometieron a aceptar una candidatura de unidad.