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Anhelo realizar obras grandes nobles, pero mi principal tarea
y mi júbilo es realizar obras humildes como si fueran grandes y nobles
(Helen Keller)
Mientras los segundos y las horas transcurren, se transforma nuestra forma de ser y actuar. Hay cambios que cada uno de nosotros hemos programado en la agenda de la vida, por ejemplo, cuando estudiamos una carrera profesional, desde nuestra etapa de estudiantes, soñamos conseguir ese objetivo: ser doctor, enfermera, ingeniero o maestro. Otras personas desean experimentar cambios en sus vidas, desde cosas materiales, como el hecho de adquirir un vehículo, una casa o llegar a ser alguien sobresaliente en la comunidad.
Sea cual fuere nuestro objetivo -decía mi abuela-, no debemos perder de vista que, al final, nuestra humilde morada en este mundo es el cementerio, donde nuestros restos físicos se integrarán a la tierra nuevamente. Esas cosas que hemos adquirido y presumido ante los demás, al morir no podremos llevárnoslas. Y finalmente, lo único que quedará de nuestro paso en la tierra será aquello que hicimos y construimos.
Cuando percibas los aplausos del triunfo, que suenen también
en tus oídos las risas que provocaste con tus fracasos
(San Josemaría Escrivá de Balaguer)
Es claro entonces porqué brillan los nombres de Jesús, Mahatma Gandhi o Buda, entre tantos otros que han escrito la historia de la humanidad, conforme pasan los años ¿A qué se debió esta trascendencia después de más 2,000 años?
Tira la primera piedra si estás libre de pecado- nos recuerda Jesús, en el momento en que la masa estaba dispuesta a matar a María Magdalena-, pero los pasajes bíblicos no terminan ahí. Ahora que estamos en tiempos cercanos a la Semana Santa es interesante recapitular algunas pasajes del Evangelio que relatan la vida del gran Maestro, por ejemplo aquel que muestra el Domingo de Ramos, cuando fue recibido por su gente, como el Rey de Reyes, y al cabo de poco tiempo, tal vez estas mismas personas fueron los que dijeron ¡Crucifíquenlo! ¡Crucifíquelo!, seguramente fueron los momentos más cruciales de cualquier ser humano, porque es cuando tienes la oportunidad de ver la realidad. Incluso, Pedro, su fiel discípulo, terminó negando esa relación que tenía con Jesús, en tres ocasiones.
Cuando somos grandes en humildad, estamos más cerca de lo grande
(Rabindranath Tagore)
Pero en la realidad ¿Qué hizo trascender a Jesús? Unos dicen, que aunque es el Rey de Reyes, decidió nacer en el espacio menos indicado; no fue en un lujoso hospital, atendido por los mejores doctores de aquellos años, para luego morir en la cruz. Entonces ¿Cuál fue el legado de Jesús, Buda o Mahoma, que nuestra memoria debe mantener vigente? Y estas palabras siguen siendo guía y esperanza de miles de personas en el mundo.
Pareciera que las enseñanzas de los hombres ilustres que han dejado huella en la humanidad no se asimilann,porque la historia sigue recopilando hechos y actos que dan fe que aún seguimos atrapados en el mundo materialista, que cada vez nos aleja más de nuestra condición de humanos.
¿Dónde está la humildad que tanto nos dijo Jesús? parece, hoy día, que hablar de humildad para el dirigente de empresas es casi tan absurdo, como hablar de un círculo cuadrado, pues parece que dirigir una institución y ser humilde es una contradicción interna.
Los gobernantes del mundo cada vez más demuestran que están enfermos de podery cuando no lo tienen, sienten que el mundo los ha traicionado, y quieren construir enormes edificios o escribir libros para dar a conocer su labor. Lo cierto es que, al ser cuestionadas estas obras, terminan por sucumbir al paso de los años.
Dime cuánto tienes y te diré cuantos vales, es uno de los mensajes que rigen nuestras vidas, porque se le rinde culto a la falta de valores, al egoísmo, la hipocresía. El resultado ha sido desastroso en nuestras relaciones humanas, se ha traducido en un aumento en la tasa de divorcios, la falta de cohesión en las familias y jóvenes que no visualizan el futuro con optimismo...
Cuanto más callados estamos, mejor escuchamos. Si gritamos
al mismo tiempo que otros, perdemos la facultad de oír
(Bárbara Larmoyer)
Lo cierto es que gracias a la humildad conocemos el límite de nuestras fuerzas. Este conocimiento nos ayuda a conocer aquellos obstáculos que nos impiden ser verdaderos dirigentes. La humildad nos dice que no hay competidor pequeño, es decir, los demás no son inferiores a nosotros. De esta actitud se desprende otra que la fortalece: la disposición constante de pedir consejo.
Entonces, es de sabios pedir consejos. Así que a partir de hoy, la vanidad y todos esos valores que impiden que seamos más humanos, debe ser desplazada por la humildad, para ser grandes en la vida.