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En materia de política pública hay estados en el país que progresan y le dan excelentes resultados a la ciudadanía y otros que, simplemente, se estancan. Todo depende de la visión que tengan los gobernantes en turno.
Para lograr el desarrollo real de una entidad federativa, el gobernante debe reunir dos características fundamentales: la política y la administración.
Esto significa que debe llevar impregnado en el alma el "sentido político" que lo hará sensible ante las demandas sociales y el "oficio administrativo" que lo hará tomar las mejores decisiones.
Sin alguna de estas características, el gobernante estaría incompleto, mocho, trunco y difícilmente podrá cumplir cabalmente con la gran responsabilidad que la misma sociedad le ha conferido: conducirla a un mejor estadio de vida, lleno de bienestar.
Partiendo de este postulado veo que Yucatán carece de políticos y gobernantes "completos" que respondan de manera seria y profesional a sus electores, a su gente, a su comunidad. Sufre de burocratismo y eso es lamentable.
Yucatán es un estado gobernado y dirigido por políticos que gustan más de la "grilla", del "marketing", de la frivolidad, de lo vano y pasajero, del "Twitter" y el "Facebook", y no por aquellas políticas públicas de altura y bien sustentadas que le den rumbo seguro.
En pocas palabras, Yucatán parece ser gobernado por la demagogia y las falsas promesas. Una palabrería bastante cara, por cierto, asentada en el show mediático.
Yucatán tiene y ha tenido administraciones que únicamente ofrecen analgésicos a la gente más necesitada, a la más enferma y dolida por sus carencias, por sus múltiples necesidades, sin darle una cura definitiva. La razón: no hay políticas públicas de largo alcance, no hay gobernantes sensibles. Hay sólo paliativos.
Salir en la foto abrazando cada semana a un indigente o a un indígena no es algo "esencialmente humanista"; salir en la foto rodeado de actrices o conductores de televisión promoviendo al Estado, tampoco es un acto "esencialmente político". Hacen falta más cosas para alcanzar el nivel de un Estadista.
A diferencia de otros estados como Querétaro, Jalisco, Puebla o Nuevo León, por señalar algunos, Yucatán simplemente no levanta vuelo, y como veo el escenario político-preelectoral, no lo hará en los próximos dos años.
A Yucatán le hace falta "garra", "empuje", "fuerza de voluntad" e "ímpetu"; le hace falta ese "coraje" que debe ser manifestado y demostrado por sus gobernantes. Pero no lo hay.
El Estado ha estado "administrado" por simples burócratas que se olvidaron de sus promesas de campaña; por funcionarios públicos atornillados en sus escritorios poco dispuestos a cambiar la triste realidad que se vive en gran parte de la entidad.
Por eso es un Estado rezagado, porque no hay ganas de cambiar y de progresar. No importa el signo partidista que esté al frente de un gobierno; no importa si es el gobernante es del PRI, del PAN o del PRD. Lo que realmente importa es que ese gobernante tenga ganas de hacer algo real para trastocar y transformar la realidad de su comunidad.
En el estado de Puebla, por ejemplo, los ciudadanos literalmente corrieron a patadas a su gobernador Mario Marín Torres (el "gober precioso") que los dejó endeudados hasta las cachas. Terminaron votando por una mejor opción, por un gobierno de alternancia ideológica, por una coalición. Le dijeron adiós a la corrupción imperante, al endeudamiento.
¿Qué le hace falta a Yucatán? Desde mi perspectiva, tener mejores gobernantes. Gobernantes serios que cumplan con su palabra empeñada; gobernantes con miras de altura, no sujetos a los tiempos electorales, no sujetos a las campañas políticas entrantes. Le hace falta gobernantes incorruptibles.
Una ciudadanía con los ojos bien abiertos y dispuesta a no dejarse engañar más por los políticos que llegan con cantos de sirena prometiendo que, "ahora sí", van a cambiar la realidad del Estado.
Yucatán, a diferencia de Puebla y de otros estados, todavía está a tiempo para cambiar. Sus gobernantes en turno aún están a tiempo para cambiar. También los ciudadanos ¿Se atreverán?
elmerancona@hotmail.com