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Cuando alguien te dice que se quiere morir, no hay que tomarlo a la ligera porque los suicidas no chantajean, advierte el psicólogo y jefe del Departamento de Prevención al Suicidio de la Dirección de Salud Mental de la Secretaría de Salud de Yucatán (SSY), Mario Bacelis Centeno.
—Así que si una persona lo dice y no lo hace no es porque esté mintiendo, es porque todavía no ha definido la parte final de su plan. Es una gran llamada de atención porque desde que alguien lo piense es que algo está pasando; porque no nos pasamos la vida diciendo "si no consigo tal cosa, me mato".
Agregó que en ocasiones la persona no dice literalmente me quiero matar, pero sí puede decir: últimamente he estado pensando que a lo mejor ya no merezco vivir. En otras ocasiones, cuando no expresan verbalmente lo que piensan, la familia o los amigos pueden notar ciertos indicadores; por ejemplo, agresividad en niños y adolescentes y aislamiento en adultos. Además, se presenta el llanto y se dan despedidas. En adolescentes y en menor medida en adultos, es común la redacción de cartas.
Comentó que el regalar objetos que son de gran valor personal, la depresión y el descuido en la apariencia pueden ser señales de personas que todavía están en la ambivalencia en cuanto al suicidio, por lo que también se vuelven ansiosas, duermen mucho, faltan a sus trabajos o duermen poco, etc.
Opinó que lo más triste de esta situación es que a veces las personas cercanas al potencial suicida ven estos síntomas, pero no se atreven a preguntar si le pasa algo, si está deprimido o si tiene ideas de muerte. Son situaciones que, a veces, se subestiman.
—¿Qué se puede cuando uno nota que un familiar o un amigo está presentando estos indicadores o está diciendo que se siente cansado de vivir? No se puede saber si una persona está en riesgo si no lo dice. Es necesario saber qué está pensado. Si la respuesta es positiva, entonces, lo más importante es saber escuchar. Muchas veces se juzga y al sentirse criticada, la persona se cierra porque siente que no le permiten expresarse. Lo importante es escuchar, no juzgar. Y después, antes de hacer un juicio o dar un consejo, buscar ayuda.
Si queremos hacer sentir mejor a la persona, lo más adecuado sería decir: te entiendo, ¿has pensado en ayuda? ¿Qué necesitas? Te acompaño.
Destacó que si se trata de un paciente con un plan suicida que está en tratamiento psicológico o psiquiátrico, entonces los médicos tienen la obligación de decirle a la familia sobre esto porque su vida está en peligro.
Admitió que hay casos en los que los familiares llevan a la fuerza a las personas con tendencias suicidas con los especialistas porque están en crisis y no toman una decisión consciente; pero al final terminan agradeciendo a su familia por haberlos llevado en esa forma.
El especialista señaló que hay que educar a la población para desmitificar el suicidio como, por ejemplo, el dejar claro que en el suicidio no hay chantaje porque la mayoría de las veces se cumple; que el suicida no es alguien que ame la muerte, si no que realmente es una persona que quiere dejar de sufrir, pero que no ha encontrado la forma de lograrlo; y en tercer lugar, que la ayuda profesional no es para las personas que están locas sino para todas aquellas que tengan un problema de salud mental.
—Es algo que debe preocupar, no sólo a quienes están a punto del suicidio, sino a todos, porque los demás no estamos exentos de tener ideas como esas. Por eso mismo tenemos que pensar en cómo evitar llegar a ese punto porque cualquiera puede llegar a pensar en el suicidio, ya sea por un problema grave o por a una crisis. Así que debemos estar preparados.
El jefe del Departamento de Prevención al Suicidio de la Dirección de Salud Mental de la Secretaría de Salud de Yucatán (SSY), Mario Bacelis Centeno.
Al respecto, el director del Hospital Psiquiátrico de Yucatán,Dr. Arsenio Rosado Franco,dijo que la gente que se quiere suicidar es porque sufre y se da cuenta. Nadie se mata en un momento de razón. Cuando la persona cree que no tiene alternativas es que decide quitarse la vida.
—Aunque el suicidio se define como el acto de quitarse la vida por uno mismo y en plena consciencia, no quiere decir que se haga en un momento de razón porque casi todos los suicidios se relacionan con un trastorno mental, aunque sea transitorio. El más constante es la depresión mayor; los cuadros depresivos son los más comunes en la gente que se suicida o tiende a ellos.
Agregó que la depresión puede pasar enmascarada porque muchas veces gente con depresión nunca fue diagnosticada; por ello no tuvo manejo médico; así que está en mayor riesgo de suicidarse porque no lleva atención adecuada.
Precisó que 70% de los suicidios se asocian con depresión. Un nivel alto de suicidios también se relaciona con adicciones: alcohol y/o drogas.
A una pregunta, manifestó que cuando se da el suicidio y la familia dice desconocer las causas del mismo, se hace una autopsia psicológica, una reconstrucción de su vida a través de los familiares. Habitualmente da como resultado que había algún trastorno mental no detectado o a veces detectado, pero no atendido. Entre esos casos pueden figurar los pacientes con trastorno bipolar; 15% de ellos se suicida. En el caso de los pacientes con esquizofrenia, el porcentaje de suicidio es 10. Por este motivo son enfermedades que realmente tienen que considerarse.
Destacó que otro factor que se asocia con el suicidio es la desesperanza, una alteración en el pensamiento que hace que la persona tenga una cortina negra en los ojos y no vea salida. Generalmente, esto puede controlarse a través de una terapia y evitarse. El suicidio es evitable.
Admitió que en algunas ocasiones los médicos o colegas que ven pacientes con ideación suicida no hacen nada porque consideran que el intento suicida es resultado de una crisis personal o de un problema. Pero este intento, que se da en un contexto de crisis, ya sea personal, de pareja, de identidad sexual, económica, médica o durante la exacerbación de algún padecimiento psiquiátrico, si se atiende, puede detener la crisis y salvarle la vida a la persona.
—Muchas veces tenemos temor a preguntar si la persona tiene ideas de muerte, pero es necesario hacerlo cuando hay un dato de depresión de ánimo, de ansiedad. Los médicos siempre tenemos que preguntar si hay ideas de muerte, y si las hay, es una señal de alarma. Las ideas de muerte se pueden convertir después en una idea suicida.
Sobre las etapas del suicidio el Dr. Rosado Franco explicó que la primera sería las ideas de muerte; la segunda, la ideación suicida, que es donde los especialistas pueden detectar el problema porque aparece en el contexto de una depresión; pero también puede aparecer por otras causas, como la esquizofrenia, que ocasiona que el paciente escuche voces que le digan que se mate porque su mente está distorsionada. Por lo general, esta segunda fase puede llevar semanas; por eso es importante detectar el potencial suicidio: para evitarlo. La tercera etapa es la la planificación suicida, en la que la persona deja una carta, hace un testamento, hace cambios en su economía, empieza a despedirse de los amigos, planificar el día para hacerlo y buscar el "mejor" método para privarse la vida . Posteriormente, se da el intento suicida. Si no es exitoso, hay que intervenir con apoyo psiquiátrico o psicológico porque si una persona ha tenido un intento suicida, tiene más de 50% probabilidad de volverlo a intentar en el siguiente año. Por eso es importante que esta persona sea atendida de largo plazo.
Manifestó que la peor situación se da cuando hay una combinación de depresión y alcoholismo porque estando intoxicado con alcohol, la defensa psicológica disminuye, la resistencia ante la frustración baja y la impulsividad aumenta. Entonces, cuando hay una persona que tiene depresión y está intoxicada con alcohol, el riesgo aumenta exponencialmente.
Dr. Arsenio Rosado Franco, director del Hospital Psiquiátrico de Yucatán.
Afirmó que el intento suicida es 20 o 30 veces más frecuente que el suicidio consumado. Además, es más frecuente en mujeres jóvenes, mientras que el suicidio consumado es más común en varones.
Al respecto, el Psic. Bacelis Centeno explicó que la edad en la que más se presentan los suicidios en Yucatán es entre 20 y 40 años. La ocupación que presentan estas personas es de obreros, empleados de maquiladoras, fábricas o de negocios pequeños o medianos. La mayoría de los suicidas son hombres, de los cuales, muchos han padecido depresión en algún momento de su vida. Aunque se observan casos de suicidio en todos los niveles socioeconómicos, en cuestión de geografía, la zona más afectada por este problemas es el sur-oriente de Mérida. En los últimos años, la zona centro-sur del estado, como Cuzamá y Homún, también se ha visto afectada.
El método más común utilizado en Yucatán —comentó— es el ahorcamiento, por la facilidad que representa acceder a una soga o a un brazo de hamaca. Más de 90% de los suicidios en el estado es de esta forma. El segundo método más común es el envenenamiento con químicos, medicamentos u otras sustancias, como fertilizantes, que representa 5%. Otros métodos menos comunes son heridas por arma blanca, de fuego, caída libre (aventarse al vacío) o prenderse fuego.
Opinó que con la socialización del método de ahorcamiento, la gente ya no le llama suicida al suicida, sino que le llama ahorcado. Está como implícito. Es como en automático.
Dijo que el mito de que las mujeres se suicidan con pastillas es falso, pues en Yucatán las mujeres también se ahorcan.
—Cuando el varón se intenta suicidar, generalmente lo hace bajo el influjo del alcohol: es un acto más impulsivo y determinante. En el caso de las mujeres, no está asociado generalmente al consumo de alcohol y muchas veces no se consuma, pero no es porque sean otros métodos sino porque los intentos fallan al no haber consumo de alcohol. La ausencia de este disminuye la "rudeza" del acto de querer quitarse la vida. Además, la falta de consumo de alcohol genera una mayor consciencia y la persona está más pendiente de que va a dejar a su familia o a sus hijos . Esta situación crea más ambivalencia. En cambio el hombre, por cuestión de género o de educación, no toma en cuenta estas cuestiones y es más determinante.
Mencionó que los estudiosos del suicidio creen que hay en el acto una fantasía de "querer ser salvado".
Manifestó que cuando una persona se suicida deja vulnerables, en primer lugar, a la familia; en segundo lugar,a los amigos; y en tercer lugar, a la comunidad,porque puede ser que algunas personas que no sean del círculo de la persona fallecida se sientan impactadas por el suicidio. Por eso es muy importante, cuando esto ocurre, que el equipo de salud de la dependencia de Salud Mental de la SSY vaya a verificar si los familiares necesitan apoyo, qué tan afectados están y darles toda la asesoría posible. Así se trabaja actualmente, especialmente en los casos de suicidios de niños o adolescentes, por el gran impacto que estos generan.
Sobre las estadísticas, dio a conocer que la tasa de suicidios —por cada 100000 habitantes— en 2008 fue de 7.5, un poco menos que el porcentaje nacional que es de 8. Pero, en 2009, está cifra subió a 11.1. Ese último año también aumentó el porcentaje de mujeres que se suicida al pasar de 6 a 1 a 5 a 1 —5 hombres por una mujer. Además, en 2009 se registraron dos suicidios de niños, razón por la cual fue considerado un año difícil.
Mencionó que hasta mayo de 2011 la tasa de suicidios en Yucatán era de 6.3%, pero esta cantidad podría aumentar con el paso de los meses, ya que el suicidio es multifactorial y pueden darse diversos disparadores, como la economía o a veces un huracán, que hacen que el número aumente, especialmente entre la gente que tiene predisposición por depresión o por adicciones.
Ambos entrevistados, señalaron que sus instituciones están trabajando a favor no sólo de la atención de los suicidas potenciales sino también con los sobrevivientes de quienes si lograron suicidarse.
La jefatura del Departamento de Prevención al Suicidio de la Dirección de Salud Mental de la Secretaría de Salud de Yucatán cuenta con un comité insterinstitucional en el que se encuentran diversas dependencias y asociaciones que difunden a través de la campaña "Celebremos juntos la Vida" acciones de prevención contra el suicidio. Además, este departamento ya capacito a un 40% de enfermeras, médicos , promotores y trabajadores sociales de las clínicas y hospitales del sector salud del estado para lograr que detecten a un posible suicida entre los pacientes que atienden y lo canalicen con el especialista. También dan pláticas en escuelas, municipios y todo el lugar que se los solicite.
En cuanto al Hospital Psquiátrico, cuenta con un Programa Integral de Atención al Suicidio (PIAS), que maneja una línea roja en el que se atienden con asesoría y terapias, tanto a pacientes con ideas suicidas como a los familiares de los suicidas. El teléfono del programa PIAS, disponible las 24 horas, es el 945-15-02 y la línea especial 044-9993-103662.
Para mayor información, pláticas, capacitación o asesoría sobre el programa"Celebremos juntos la Vida",los interesados pueden llamar al 926-80-29o comunicarse al correo celebremosjuntoslavida@gmail.com. L.I.