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El príncipe Alberto II de Mónaco y la excampeona de natación sudafricana Charlene Wittstock se casaron ayer por lo civil, en una breve ceremonia en la Sala del Trono del Palacio monegasco.
Alberto II y Charlene salieron al balcón del palacio monegasco luego de su boda civil. Saludaron al pueblo y se besaron.
La joven rubia recibió el título de Alteza Serenísima princesa de Mónaco. Alberto II le lleva veinte años.
"Los declaro marido y mujer", dijo a la pareja Philippe Narmino, presidente del Consejo de Estado y director de los servicios judiciales de Mónaco, quien ofició la ceremonia a la que asistieron las hermanas del príncipe, Carolina y Estefanía, sus hijos, y la familia de Wittstock. Luego de dar el sí, el príncipe y la ahora princesa esbozaron sonrisas, y se dieron un brevísimo beso cariñoso pero no apasionado.
Las hermanas de Alberto, Carolina y Estefanía, en el balcón de palacio. Junto a ellas, sus hijas, sobrinas de Alberto: Alexandra de Hannover (primera por la izquierda), hija de Carolina y Ernesto de Hannover, y Pauline Ducruet, fruto de la relación de Estefanía con su guardaespaldas Daniel Ducruet.
La ceremonia, que empezó a las 17 horas y duró escasos quince minutos, puso fin a la incertidumbre que rodeaba desde hace unos días el enlace, a raíz de los reportes de prensa que revelaban que Wittstock estaba decidida a suspender todos los preparativos de la boda y tomar un vuelo "sin retorno" rumbo a Sudáfrica, a raíz de "revelaciones" sobre Alberto.
El 'show' de Jean Michel Jarre. AFP / VALERY HACHE
Luego de la ceremonia, la pareja salió al balcón del palacio a saludar a los varios miles de monegascos que fueron invitados a ser testigos del enlace civil.
La ceremonia religiosa será hoy sábado a las cinco de la tarde, no en la catedral donde se casaron los padres de Alberto, Rainiero y Grace Kelly, sino al aire libre, en el patio de honor del palacio. De esta manera, se terminará de sellar el enlace que en los últimos días mantuvo en vilo a los monagescos, quienes insisten por lo bajo que lo que les interesa es "un bonito bebé gateando en el Palacio real".
"Llevamos años esperando que el príncipe se case y nos dé por fin un heredero", dijo Raymonde, una monegasca de 81 años, quien admitió que Alberto, que ha tenido dos hijos fuera de matrimonio, es "un mujeriego". Y "Charlene lo sabe bien", agregó la anciana.
Tras la boda civil, Alberto y la princesa de Grimaldi se reunieron con sus súbditos en la plaza del palacio, para degustar una comida al aire libre, en la cual se ofrecieron platos sudafricanos, en honor al país de la novia, y también exquisiteces mediterráneas. Además, el músico Jean Michel Jarre ofreció un concierto por la noche.