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Marco Antonio Castillo, el humilde artesano vallisoletano que fue objeto de agresiones y amenazas de parte de Luis Hevia Jiménez, actual presidente del PRI estatal, expresó en plática sostenida con este semanario, que ante la insensibilidad de las autoridades, la lentitud de la justicia y la impunidad que prevalece en nuestro estado, en lo concerniente a la administración de sanciones a los responsables de la comisión de delitos, está dispuesto a inmolarse prendiéndose fuego, como muestra de protesta por lo que llamó el asesinato de su hijo.
Marco Antonio Castillo Castillo, destacó que ante la falta de voluntad de las autoridades para aclarar las circunstancias sospechosas de la muerte de su hijo, está dispuesto a inmolarse prendiéndose fuego
Castillo Castillo rememoró que su hijo menor José Felipe Castillo Tzec, murió en circunstancias muy sospechosas y contra lo que sostiene la Fiscalía del estado, no se suicidó, sino que su progenitor afirma que fue asesinado como represalia a su negativa de casarse con su novia, que estaba embarazada y a la que sorprendió engañándolo con otro joven vallisoletano.
Castillo Castillo culpó directamente al pastor protestante Gustavo May, progenitor de la que fuera novia de su hijo, Blanca Siloé May Ek, de ser el autor intelectual de lo que llamó el asesinato de su hijo José Felipe Castillo Tzec.
Castillo Castillo refirió que si bien su hijo embarazó a su novia, estaba dispuesto a contraer matrimonio con ella y a hacerse cargo del hijo que ésta esperaba, pero que al sorprenderla teniendo relaciones con Adrián Cohuó, decidió abandonarla, aunque manifestó que se haría responsable del bebe. Empero, la decisión de separarse de Blanca Siloé, a la postre, le costó la vida a su vástago.
Castillo Castillo expresó que Gustavo May, pastor protestante de la Sultana de Oriente, es un hombre que vive en condiciones desproporcionadas a su labor religiosa, pues utiliza en su provecho las limosnas que le entregan sus feligreses y afirma ser muy influyente, pues presume haberle dado en las elecciones todos los votos de su congregación a Ivonne Ortega y los candidatos del PRI.
Castillo Castillo comentó que a base de engaños, un falso amigo de su hijo, Julio Alejandro Álvarez Tun, hizo acudir a su vástago a una cueva de la localidad, donde lo privaron de la vida, aunque la versión oficial fue que se había suicidado ahorcándose.
Refirió que nunca vió que bajaran el cadaver de su hijo y que extrañamente este no presentaba amoratamiento en la cara, ni la lengua de fuera, ni los ojos saltados, ni un surco suficientemente profundo para hacer válida la tesis del suicidio, lo que lo lleva a concluir que lo colgaron ya muerto, para simular.
Destacó que cuando hizo notar todo lo anterior al comandante de la policía ministerial destacamentado en Valladolid, le ofreció este investigar, pero al cuestionarlo de los resultados de sus pesquisas, le empezaron a dar largas, hasta que de plano y de manera grosera, le pidieron no intervenir en lo que no era de su incumbencia.
Subrayó que su hijo presentaba un hueco enorme en la cabeza, como si hubiera sido golpeado con un objeto pesado y contundente, y que en ese boquete en el craneo habían gusanos que hacían evidente que su hijo llevaba tiempo de fallecido, contra lo que sostuvo el personal del ministerio público que se hizo cargo del asunto. Empero, hicieron caso omiso de estos señalamientos.
Asimismo, las manos de su hijo presentaban excoriaciones y lastimaduras, como si el muchacho hubiera intentado defender su vida, resaltó.
Lo que más le extrañó es que nunca le entregaron el protocolo de la necropsia de su hijo, que los informes ministeriales presentan contradicciones e inexactitudes y que nunca le permitieron como era su legítimo derecho, ser coadyuvante en la averiguación previa que de rigor debía iniciarse, lo que lo lleva a suponer que las autoridades, algo trataban de ocultar.
Afirmó que posteriormente pudo enterarse que el comandante de la judicial de Valladolid recibió dinero a cambio de ultimar a su hijo y por eso, como es lógico, las investigaciones nunca avanzaron.
Indicó que ha hecho la situación del conocimiento del Fiscal General, Héctor Cabrera, lo mismo que de Ivonne Ortega, titular del ejecutivo, que han permanecido impasibles ante sus demandas de justicia y de esclarecimiento de los puntos oscuros del caso. Agregó que ha recurrido a instancias nacionales y solicitado a personalidades de otros paises su intervención, sin que su solicitud encuentre eco, ante lo cual ha tomado la determinación de inmolarse, prendiéndose fuego con gasolina, en el zócalo de la capital de la república, en fecha que no accedió a revelar.