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Henry Kissinger no es un tipo que suela pedir clemencia. Al brazo ejecutor de la voluntad americana en el mundo nunca le tembló la mano para meterla en huertos ajenos, en los que no entraba pidiendo por favor.
Pero hay un momento en que sí imploró magnanimidad. Lo hizo delante de la cámara del fotógrafo Richard Avedon en 1976. "Sé bueno conmigo", dijo el hacedor de déspotas de Nixon, que no se fiaba del indiscreto objetivo capaz de dejarle en paños menores ante la opinión pública, poniendo un gran angular sobre su falta de escrúpulos.
Hay poderosos a los que la cámara les da una urticaria que no padecen frente al micrófono. Hasta Churchill maldijo el retrato que le hizo Graham Sutherland porque le hacía viejo.
Los mismos oradores carismáticos crecidos en la tribuna se encogen ante la lente que guarda los secretos de sus miserias e inseguridades, las arrugas de la piel y los poros del alma. En manos del fotógrafo, los hay incluso que acatan órdenes con sumisión corderil y ajena a su rango de comandantes en jefe.
Hace dos años, un buen número de mandamases internacionales pasaron por el improvisado estudio del fotógrafo Platon, de la revista The New Yorker, que se apostó a la puerta de salida de la Asamblea General de la ONU. El retratista compuso con sus rostros una instantánea del poder que dice mucho de quienes lo ostentan y ahora se exhibe en una exposición en Viena.
Algunas imágenes de la exposición "Platon.- Las caras del poder", en la galería WestLicht, de Viena. ¿A cuántos de estos gobernantes (o ex) conoces?
Mahmud Ahmadineyad, por ejemplo, queda lejos de su papel de 'Moriarty'’ iraní a punto de volar Occidente por los aires con su maletín nuclear. "Es como un niño", explica el propio Platon en la revista "Es bajito y se carcajea a menudo. Por eso no quería sacarle como la caricatura de un hombre duro y malvado, quería mostrar la ironía y la inocencia de sus ojos".
Otros en cambio, son fieles a su imagen pública. Silvio Berlusconi por ejemplo, que aparece con los ojos entornados y cara de haber roto muchísimos platos. "Es increíble, tiene tanto morro... Se metió en el estudio y no tuve que guiarlo en absoluto", señala el fotógrafo del entonces 'premier' italiano. "Puso la cara de medio lado y ese gesto travieso y sonriente. Estaba disfrutando de cada segundo del retrato".
Otra que parece estar en su salsa es Cristina Kirchner. Embutida en un traje rosado parece una colegiala a punto de sonrojarse. No era para menos. "Había mucha gente en esa sala y de repente se arrancaron a aplaudir", cuenta Platon. "La ropa que lleva es increíble. Todo el mundo estaba vestido de manera muy conservadora, sobre todo los hombres, que son muy aburridos".
Muy distinta era la actitud de otra de las reinas de la política europea, que también ha quedado fijada. "La presidenta finlandesa, Tarja Halonen, tiene una pose rara que yo quería mostrar, aunque la cara le cambió cuando grité:¡Al fin una mujer!".
No era la única dama que mostraba su incomodidad. "La presidenta chilena, Michele Bachelet, estaba tensa. No parecía segura de mí del todo y el cristal de las gafas magnificaba la mirada e intensificaba esa sensación de sospecha".
Chávez fue difícil de capturar, porque sus fans y su corte (unas 400 personas) sólo permitieron que se sentara ante la cámara ocho segundos. Y su archienemigo 'imperialista', Obama, no pudo ni sentarse. Aunque otra fotografía de Platon le muestra "no como el hombre de gran carisma, sino como el hombre que piensa".
Al israelí Netanyahu le salió la vena Kissinger y pidió mil veces al fotógrafo: "Por favor, sácame guapo".
En el apartado déspotas, el zimbabuense Robert Mugabe aparece "con una piel aceitosa, que parece brillar y otorga al retrato una cualidad helada". Otro jefe de Estado al que le tocaba el turno inmediatamente después se negó a sentarse en su silla. "Está manchada de sangre", argumentó.
Aunque la palma se la lleva una vez más, el difunto Muamar Gadafi: "No tenía ojos. Eran tan oscuros que no podía verlos. Me sentía como en un sueño extraño. Fue uno de los momentos más intimidatorios de mi vida". (Nota de Fátima Ruiz para El Mundo / Fotos de la Galería vienesa WestLicht / Enlace a la página de Platon)
1)Silvio Berlusconi, ex primer ministro de Italia, 2) Jacob Zuma, presidente de Sudáfrica, 3) Wen Jiabao, primer ministro de China, 4)Mahmoud Ahmadinejad, presidente de Irán, 5) Vladimir Putin, primer ministro de Rusia, 6) Hugo Chávez, presidente de Venezuela, 7) Recep Tayyip Erdoğan, primer ministro de Turquía, 8)George W. Bush, ex presidente de EE. UU., 9) Cristina Fernández viuda de Kirchner, presidenta de Argentina, 10) Heinz Fischer, presidente de Austria, 11) Muammar Gadafi, ex hombre fuerte de Libia, ya difunto, 12) Bibi Netanyahu, primer ministro de Israel, 13) Barack Obama, presidente de EE. UU., 14) Tony Blair, ex primer ministro de Gran Bretaña y 15) Robert Mugabe, presidente de Zimbabue.