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28 de marzo.- Después de sopesar los riesgos de viajar a México, los padres de una adolescente estadounidense decidieron permitirle unirse a un viaje escolar a Oaxaca, donde las estudiantes participaron como voluntarios en un orfanato, visitaron los sitios arqueológicos y bebieron batidos de vainilla en la plaza del pueblo de color miel.
El hecho de que los padres sean el presidente Obama y la primera dama, Michelle Obama, y que la joven es su hija Malia, emocionó a los funcionarios de turismo mexicanos, quienes están tratando de redefinir la imagen del país, por la violencia del narcotráfico que el gobierno enfrenta y combate.
"Es un halago que la hija del presidente Obama y sus amigos hayan decidido vivir la experiencia de Oaxaca", dijo José Zorrilla, el secretario de Estado para el turismo y el desarrollo económico, desde el punto de vista de la promoción.
En Oaxaca, Malia con sus condiscípulas.
Cada alerta de viaje actualizada del Departamento de Estado de EE. UU. se ve como una afrenta en México. Especialmente irritante para los mexicanos fue el warning emitido por el Departamento de Seguridad Pública de Texas, sugiriendo evitar todo México.
Un montón de americanos están ignorando las advertencias del gobierno. El año pasado, México reportó un récord para los visitantes extranjeros, 22.67 millones, y la mayoría de ellos eran estadounidenses.
Malia, de 13 años, va a la escuela Sidwell Friends en Washington, que ha organizado viajes a Oaxaca desde hace años, dice Ellis Turner, director asociado de la escuela, quien señaló que no había alerta de viaje del Departamento de Estado para Oaxaca.
Aunque la Casa Blanca pidió a los medios de habla inglesa eliminar artículos sobre la estadía de Malia en Oaxaca, la visita nunca fue un secreto en México. "La realidad es que Oaxaca no es tan grande y no es tan fácil ocultar a 10 niñas y personal de seguridad", dijo elfuncionario de turismo.
El lunes, el grupo se sentó a almorzar en Terranova, un restaurante familiar detrás de los pórticos de la plaza central de Oaxaca. El maître, José Victoria, dijo que el grupo pidió botellas de agua, batidos de vainilla, pizza y espaguetis. Malia optó por quesadillas, las que ordenó en español.
Además de su trabajo en el orfanato, que el Sr. Turner no identificó, las adolescentes recorrieron en tropel todos los puntos turísticos en Oaxaca, una hermosa ciudad colonial ubicada en un valle verde-azul impregnado de la cultura precolombina.
Conocieron los sitios arqueológicos zapotecas y visitaron los pueblos cercanos, famosos por la producción de cerámica de barro negro y tallas de madera de los fantásticos alebrijes.
Pero lo que es más probable que las escolares recuerden es el fuerte terremoto que llevó a la Casa Blanca a levantar el bloqueo informativo, reconocer el viaje de Malia y asegurar a todos que estaba a salvo.