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Fotos: Héctor Montaño (INAH)
Mérida, Yucatán, 26 de marzo de 2012.- El Museo del Pueblo Maya abrió de nuevo sus puertas en la Zona Arqueológica de Dzibilchaltún, en Yucatán, después de un trabajo de dos años de rehabilitación que permitió rescatar esta obra del reconocido arquitecto Fernando González Gortázar, y bajo cuyo techo se exhiben aproximadamente 700 piezas arqueológicas e históricas, algunas mostradas por primera vez, que resumen tres mil años de desarrollo de esta cultura.
Escultura de cabeza de serpiente en la nueva Sala de Interpretación de la Zona Arqueológica de Chichén Itzá.
Por otra parte, este fin de semana también se abrió al público la nueva Sala de Interpretación de la Zona Arqueológica de Chichén Itzá, dispuesta por los especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), como un medio para ayudar al público al mejor entendimiento de la antigua cultura maya en la ciudad de los itzaes. El espacio reúne el talento de arqueólogos y museógrafos del Instituto, para ofrecer una línea de tiempo acompañada de las piezas más emblemáticas halladas en el sitio.
En el caso del Museo del Pueblo Maya, en Dzibilchaltún, el INAH hizo una importante inversión para garantizar el funcionamiento de este espacio y la seguridad del visitante. Por medio de un sistema de tirantes estructurales que soporta las lozas del techo, fue posible corregir las fallas de origen que se incrementaron tras el paso de los huracanes "Isidoro" y "Wilma", en 2002 y 2005, respectivamente.
Sala de Arqueología del Museo del Pueblo Maya en la Zona Arqueológica de Dzibilchaltún.
Arturo Cortés Hernández, coordinador Nacional de Museos y Exposiciones del INAH, detalló que estos trabajos se efectuaron con el aval de su autor, González Gortázar (Premio América de Arquitectura 2009); de manera que tras dos años de permanecer cerrado, este museo —abierto en 1994— fue reinaugurado este fin de semana para recibir al público de Dzibilchaltún con un discurso actualizado.
El guión museográfico da a conocer los hallazgos recientes registrados en la zona arqueológica, entre ellos destaca la exhibición del entierro del gobernante mejor conocido de Dzibilchaltún, el señor Kalom ‘Uk'uw Chan Chaak, quien dirigió los destinos de esta ciudad maya a finales de 700 o inicios de 800 d.C.
Entre 1998 y 1999, el arqueólogo Rubén Maldonado excavó en la Estructura 42 —ubicada en el costado este de la plaza principal del sitio— una urna funeraria con un entierro cremado bajo el piso del cuarto central, con los restos de este importante personaje.
Detalle de hueso de venado hallado en el el entierro de Kalom ‘Uk'uw Chan Chaak.
La arqueóloga Diana Trejo Torres, directora del Museo del Pueblo Maya, destacó que además de una ofrenda abundante de vasijas y otros objetos precolombinos, se descubrió el fémur de una especie de venado local, conocida como yuk, con una inscripción grabada que hace referencia al nombre original de Dzilbilchaltún: Ch'iy Chan Ti' Ho', antecedente prehispánico de lo que hoy es la ciudad de Mérida.
El entierro de Kalom ‘Uk'uw Chan Chaak y su ofrenda mortuoria —que estaban bajo resguardo en el Museo Regional "Palacio Cantón"— además de una estela con la imagen del gobernante (600-900 d.C.), son algunas de las piezas estelares del recinto.
Un amplio corredor con palapa de techo de huano, el cual también fue sustituido dentro de los trabajos de renovación, lleva a la primera sección del museo, un espacio abierto de 735 m2, conocido como Pérgola de los Monolitos.
En convivencia con plantas endémicas, en ese lugar se distribuye una veintena de grandes esculturas en piedra, que alguna vez formaron parte de fachadas de templos y palacios; otras son estelas conmemorativas y altares que proceden de Dzibilchaltún y de otras urbes mayas de los estados aledaños como Quintana Roo y Campeche.
Espacio conocido como "Pérgola de los Monolitos" del recién remodelado Museo del Pueblo Maya.
El sendero que atraviesa la Pérgola de los Monolitos conduce a la Sala de Arqueología del Museo del Pueblo Maya, que a decir de su directora, Diana Trejo, sintetiza el objetivo mismo del recinto: ofrecer un recorrido por el mundo de los mayas, una civilización que se adaptó a distintos ecosistemas al abarcar un territorio de casi 350 mil kms2, ahora dividido entre México, Guatemala, Honduras, El Salvador y Belice.
Un incensario efigie, procedente del Templo de la Cruz de Palenque, en Chiapas, y que data de los siglos VII-VIII, abre esta primera sala para explicar la cosmovisión maya de cielo, tierra e inframundo. Piezas de cerámica, de lítica y madera, entre otros materiales, señalan las actividades domésticas y rituales que los mayas prehispánicos realizaron desde el periodo Preclásico (700-50 a.C.) hasta el Posclásico Temprano (900-1200 d.C.)
Ofrenda de las Siete Muñecas. Figurillas antropomorfas elaboradas en barro.
La segunda sala del Museo del Pueblo Maya es la denominada Histórica, donde además del citado entierro de Kalom ‘Uk'uw Chan Chaak, se exhibe la Ofrenda de las Siete Muñecas (hacia 1200 d.C.), compuesta por igual número de figuras antropomorfas hechas con barro. Ésta fue descubierta en los años 50 en el templo del mismo nombre, uno de los edificios más conocidos de Dzilbilchaltún, porque en él se observa un fenómeno solar durante los equinoccios.
En este mismo módulo sala también es posible admirar cascabeles, huesos labrados y una figura de jaguar, rescatados del cenote Xlacah, que se halla dentro del sitio arqueológico. Luego de esta introducción al devenir de Dzibilchaltún, el discurso museográfico da paso a una visión general del área maya durante la época colonial, y señala episodios significativos en la historia de Yucatán, como la Guerra de Castas y el culto a la Cruz Parlante.
Escultura de Chac Mool en piedra caliza hallada en el Templo Sur del Juego de Pelota de Chichén Itzá.
"Los mayas adaptaron los objetos y símbolos cristianos a su mundo religioso, no obstante la rebeldía de esta cultura ha sido un acontecimiento periódico desde la Colonia hasta nuestros días. Asimismo, cada grupo maya expresa a través de su arte, como por ejemplo el textil, su modo de entender el mundo", comentó Diana Trejo.
"Todas estas concepciones —añadió— que van del choque cultural con lo español y el sincretismo manifiesto en ritos religiosos, a la creación artesanal, las plasmamos en montajes que simulan un naufragio, altares católicos y mayas, así como un telar que hace referencia a las haciendas de henequén. La Sala Histórica termina con la exposición del Moro Muza, una escultura maya prehispánica que fue reutilizada en la Colonia como adorno de una casona meridana".
La recreación de una vivienda rural maya es la última sección del Museo del Pueblo Maya, se trata de un espacio vivo —anotó Diana Trejo—, que en conmemoraciones como Día de Muertos y Navidad, es utilizado por los propios mayas, quienes hacen montajes dentro del solar.
Vasijas de barro halladas en el entierro de Kalom ´Uk´Uw Chan Chaak.
"El solar maya del museo siempre ha funcionado como un área para atraer a la gente de los alrededores, convocamos a las personas y damos prioridad a lo que ellos piensan, a sus creencias. Estas acciones hacen del Museo del Pueblo Maya, aunque puede parecer pretencioso, un lugar realmente destinado a él", concluyó.
El Museo del Pueblo Maya se ubica dentro de la Zona Arqueológica de Dzibilchaltún, en Yucatán. Horario: lunes a domingo, de 8:00 a 16:00 horas. Entrada general: 55 pesos. Entrada libre a maestros, estudiantes, niños menores de 13 años, pensionados, jubilados, maestros y estudiantes con credencial vigente. Domingo: entrada libre a público nacional y extranjeros residentes.
Liga del video del Museo del Pueblo Maya renovado: http://youtu.be/BHcsEAfj0js
Boletín del INAH.