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KARACHI, 24 de marzo.- El ex presidente de Pakistán Pervez Musharraf regresó el domingo al país después de un exilio autoimpuesto de cuatro años para presentarse a las elecciones, a pesar de la posibilidad de ser arrestado y de la amenaza de matarlo por parte de los talibanes.
Musharraf espera recuperar influencia para que su partido consiga escaños en los comicios previstos para el 11 de mayo, en los que afronta una dura competencia, entre otros del hombre al que derrocó en un golpe de Estado.
El antiguo general, que llegó al poder en el golpe de 1999, dimitió nueve años después cuando sus aliados perdieron una votación y el nuevo gobierno amenazó con recusarlo. Al año siguiente dejó el país.
Unos 1,000 simpatizantes corearon lemas a su favor en el exterior del aeropuerto de Karachi. Musharraf ha permanecido lejos de los múltiples problemas de Pakistán, viviendo en Londres y en una zona lujosa del emirato de Dubái.
El expresidente de Pakistán general Pervez Musharraf llegó hoy al aeropuerto internacional de la ciudad paquistaní de Karachi (sur) procedente de Dubái para participar en las elecciones de mayo. En el aeropuerto lo esperaban miles de seguidores. (AFP)
El exmandatario aterrizó en el aeropuerto Quaid e Azam hacia las 12.20 hora local (7.20 GMT) en un vuelo de la aerolínea Emirates, donde esperaban su llegada miles de seguidores, según los medios locales Geo y Dawn. En el avión vino con sus partidarios, que gritaban: 'Larga vida a Musharraf, larga vida a Pakistán'!.(Getty Images)
Los seguidores de Musharraf desbordaban de júbilo en el avión. El político pakistaní es considerado como un dictador por sus detractores. Fue presidente de su país hasta 2008. (Getty Images)
El Partido del Pueblo de Pakistán (PPP) en el poder ha tenido poco éxito a la hora de afrontar la corrupción, los cortes de luz crónicos y la reconstrucción de las infraestructuras ruinosas. Y el ex presidente no ha ofrecido una alternativa propia.
Pakistán podría tener que acudir pronto al Fondo Monetario Internacional para mantener su economía a flote y evitar una crisis en la balanza de pagos.
Un gobierno provisional encabezado por el recién designado Hazar Khan Joso, un antiguo juez, se encargará de los preparativos para las elecciones.
Musharraf está acusado de no proporcionar la seguridad adecuada a la ex primera ministra Benazir Bhutto antes de su asesinato en 2007. Además, afronta cargos relacionados con la muerte de un líder separatista en la provincia de Beluchistán, en el suroeste del país. Él ha rechazado ambas acusaciones.
De momento ha recibido una libertad condicional para no ser arrestado nada más llegar, pero podría serlo posteriormente.
Los talibanes prometieron matar a Musharraf en cuanto regresara al país. Según el portavoz talibán Adnan Rasheed, "Los Muyaidines del Islam hemos preparado un escuadrón especial para enviar a Musharraf al infierno. Tenemos combatientes suicidas con explosivos, francotiradores, una unidad especial de asalto y un equipo de combate cuerpo a cuerpo".(AFP)
No está claro si conseguirá recuperar influencia en un país con armas nucleares y aliado de Estados Unidos. Es poco probable que derrote al ex primer ministro Nawaz Sharif, a quien apartó del poder en un golpe militar.
Otro contendiente destacado es el antiguo jugador de cricket convertido en político Imran Jan, que lleva meses dando discursos esperando aprovechar el descontento de los ciudadanos.
Aún así, la principal preocupación de Musharraf puede que sean los talibanes paquistaníes, que el sábado amenazaron en un vídeo con enviar atacantes suicidas y francotiradores para matarlo y enviarlo al "infierno".
Musharraf quitó importancia a las amenazas, pero el mitin que iba a celebrar el domingo por la tarde fue cancelado. Asesinos de Al Qaeda han intentado matarle en al menos tres ocasiones anteriores.
Los talibanes y otros grupos integristas no le perdonan haberse unido a la guerra de EE. UU. contra el terrorismo tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 ni haber lanzado varias operaciones contra ellos. (Reuters)