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El régimen de Muamar al Gadafi parece estar a punto de derrumbarse como un castillo de naipes tras la toma de Trípoli por parte de los rebeldes, quienes, tras seis meses de batalla, aseguran tener cercado el cuartel general del líder libio. Los rebeldes que ocupan la casi totalidad de la capital todavía tienen que hacer frente a los seguidores del coronel Muamar al Gadafi en "combates esporádicos".
Los rebeldes libios entraron en Trípoli desde el domingo y hoy lunes ya controlan gran parte de la capital.
La operación para liberar Trípoli ha comenzado: los opositores dentro de la capital se han levantado en armas contra el régimen de Muamar Gadafi y los rebeldes están avanzando desde el oeste sobre la capital. Se llama «amanecer de la sirena» o «novia del mar» (tal y como se conoce a la ciudad mediterránea) y sería una operación bien organizada, preparada desde hace mucho tiempo y en coordinación con las autoridades rebeldes de Bengasi.
Así lo confirmaba el portavoz del Ejército revolucionario desde la capital rebelde. Omar Ahmed Bany explicaba que en Trípoli se está poniendo en práctica una estrategia "barrio por barrio" y aseguraba ayer por la tarde que un "50% de Trípoli está ya liberado".
Según las informaciones que consiguen salir de allí, los enfrentamientos entre las células rebeldes y los fieles de Gadafi se desencadenaron en la noche del sábado y no han parado desde entonces, causando centenares de heridos y muertos, 1.300 según el Gobierno de Trípoli. El régimen habría desplegado francotiradores en los edificios públicos y las Fuerzas de Seguridad estarían reprimiendo las manifestaciones populares espontáneas antigubernamentales, tal y como ocurrió exactamente hace seis meses, cuando Trípoli intentó rebelarse junto a Bengasi y fue brutalmente silenciada.
Rebeldes libios celebran el avance de sus fuerzas en la ciudad de Maia, situada 25 kilómetros al oeste de Trípoli
Ahora algunos de los barrios de la capital estarían ya en manos de los revolucionarios, su bandera ondearía en ellos, mientras que los enfrentamientos siguen en otras áreas.
A las afueras de la misma, los rebeldes habrían tomado una de las bases militares más importantes del régimen, simbólica por ser la de Jamis al Gadafi, hijo del coronel, que dirigía la Brigada 32 o «Brigada Jamis», uno de los cuerpos de élite más potentes y sanguinarios de Libia. Los rebeldes que han ido avanzando en las últimas semanas desde las montañas de Nafusa ya han entrado a Trípoli desde el oeste, según la cadena árabe Al Yazira, que también mostró a los insurgentes celebrándolo en la simbólica Plaza Verde, en el corazón de la capital libia.
Por su parte, Gadafi, asediado y desesperado, ofreció un discurso en la televisión pública por segunda vez en menos de 24 horas, pidiendo refuerzos a las tribus de toda Libia para defender la capital y asegurando que "luchará hasta la última gota de sangre".
Más tarde volvió a hacer un llamamiento, a través de un mensaje de audio difundido por televisión, en el que instó a los libios a que "salvaran el país. Es una cuestión de vida o muerte".
Edificio bombardeado en Trípoli.
El dictador indicó que está en Trípoli, donde permanecerá hasta ganar.
Su portavoz, Musa Ibrahim, lo aseguraba anoche en rueda de prensa en la capital, en la que culpaba a la OTAN de ayudar a los rebeldes a asaltar y destruir la capital, y a matar a su gente. Mientras, el gobierno rebelde anunciaba que el hijo de Gadafi, Seif al Islam, había sido capturado en Trípoli, donde la familia que ha gobernado Libia durante más de 40 años estaría en control exclusivamente de su complejo residencial fortificado, Bab al Azaziya. Hasta el batallón del Ejército encargado de la seguridad personal de Gadafi, se habría rendido y entregado las armas.
"La pacífica ciudad de Trípoli se ha transformado en un infierno por causa del apoyo de la OTAN a los grupos de terroristas. Los bombardeos de la alianza han permitido el avance de los rebeldes, y los decesos se han producido en esos ataques o en los combates", señaló.