973 palabras
Para Héctor Villanueva Molina, quien fuera de 2001 a 2007 coordinador de la campaña de prevención de adicciones del Colegio de Bachilleres del Estado de Yucatán, la familia es el medio más eficaz para prevenir los males de nuestro tiempo, llámense alcoholismo, drogadicción, ejercicio inadecuado de la sexualidad o cualquier otro semejante y la existencia de estos flagelos sociales tiene su origen precisamente en la desintegración familiar
Villanueva Molina comentó que el apoyo de la familia es medular para poder superar cualquier contingencia en la vida personal, tanto de jóvenes como de adultos, si bien en el caso de los primeros es más marcada su importancia.
Destacó que las adicciones que son más abundantes en la vida moderna y a las que es más fácil acceder a temprana edad, son las que propician que el ser humano se pierda, se enajene y se aleje de los valores fundamentales a la unión familiar.
Para muchos el tema de los valores puede parecer anticuado y propio de gente conservadora, pero no es así. Sinceramente los padres deben estar siempre cerca de sus hijos para ayudarlos en la vida. Para esto la comunicación es indispensable, dadas las evidentes distancias generacionales, manifestó.
Las drogas legales como el alcohol son las que causan mayores problemas. Desgraciadamente por ser legales, se llega muy fácilmente a ellas e incluso llegan a hacerse parte de nuestra cultura, de nuestras tradiciones y hasta de nuestra vida diaria, tal cual sucede con el alcohol, que a través de las diferentes firmas cerveceras o licoreras patrocina de todo: desde los toros y el futbol, hasta los carnavales o las fiestas tradicionales de cada región o municipio.
Es un hecho: si hay un bautizo, hay alcohol, si un funeral, también, si una fiesta de cumpleaños, no puede faltar, si es una fiesta de escuela, menos y cuando se carece de él, se dice: no había ambiente y cuando hay de sobra, se comenta: se puso buenísima, hasta trancazos hubo o hasta tomó el padrecito...
Desafortunadamente el alcohol nos desinhibe y hace aflorar nuestros peores instintos. No es cierto lo que se dice usualmente: cuando esta sobrio es un caballero, pero cuando bebe, cambia. No, la realidad es que cuando la persona bebe, aflora quien es realmente y es capaz de faltarle al respeto a cualquiera, de agredir incluso por minucias como cuando el marido llega borracho y la esposa le pide para el gasto y lo único que recibe son golpes o hasta de atacar sexualmente a alguien, como suele ocurrir con mucha frecuencia en el medio rural, donde al llegar bebidos abuelos, padres y hermanos abusan sexualmente de hijas, hermanas, nietas o sobrinas por vivir en el hacinamiento.
Y es importante por lo mismo ser conscientes de que la familia es importantísima para ayudar a un enfermo alcohólico a superar su adicción, si bien el adicto causa mucho daño a quienes tiene a su alrededor. No perdiendo de vista además, que una familia bien integrada lo supera todo o hasta en un caso extremo, que es medular reconocer el papel que la mujer desempeña en la familia como elemento de cohesión, puesto que el padre puede ser alcohólico y no pasa nada si la mujer tiene firmes sus valores, porque es capaz de sacar adelante a la familia, pero cuando es el caso que sea la mujer la que tenga el problema, entonces es muy complicado, porque no es lo mismo ser el hijo o la hija del borracho, que de la borracha, amén que en el caso de la mujer, el alcoholismo conduce a otro tipo de problemas desde la óptica social, como puede ser la prostitución o la promiscuidad. Desafortunadamente es un hecho que por patrones culturales se es más exigente con la mujer y más laxo con el hombre.
Los jóvenes por inexperiencia o curiosidad empiezan a experimentar a edades cada vez más tempranas con alcohol o drogas y esto se refleja de alguna forma, en la exacerbada necesidad que adquieren de sentir placer y sensaciones y conlleva de algun modo a tener relaciones sexuales también a edades cada vez más tempranas, en las que se dan prácticas que muchas veces resultan inusitadas hasta para nosotros los adultos, como puede ser el sexting, las prácticas sexuales grupales, el hostigamiento y muchas cosas más.
En lo personal creo que la solución no es repartir condones a diestra y siniestra como hace el sector salud, pues esto equivale a darle las llaves de un poderoso deportivo a un adolescente ebrio. Los jóvenes pierden de vista que quizá puedan tener capacidad sexual para el placer y la procreación pero esto no significa que tengan la madurez sicológica para afrontar las responsabilidades inherentes a la paternidad y menos la debida independencia económica, por ello ante la falta de comunicación y el temor al castigo de los padres, arriesgan su salud y su vida, consumiendo anticonceptivos sin control médico, lo que a la larga tiene consecuencias diversas o sometiéndose a abortos, que inevitablemente dejan consecuencias sicológicas en quien toma la decisión de abortar.
Las familias bien avenidas, que inculcan a sus hios una sana disciplina, están pendientes de ellos y les proporcionan una educación con valores, son las que son capaces de sortear y superar cualquier adversidad, en las que lógicamente cualquiera de nosotros puede caer, dada nuestra condición falible de seres humanos, finalizó.