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¡Bienvenidas putas, furcias, rameras, falenas, voces que no van a ser silenciadas! El saludo fue recibido el sábado en Washington, D.C. con un furibundo aplauso por las más de mil personas que desafiaron la lluvia que inundó Washington para marchar en contra de la violencia sexual y el hábito de echar la culpa de ella a las víctimas en el 'Slutwalk', la 'marcha de las putas' que ya se convirtió en un fenómeno mundial.
El 'Slutwalk' o 'marcha de las putas' "es un buen mensaje a enviar diciendo que sólo por el hecho de que quizás nos vistamos de esta manera por diversión, eso no nos convierte en objetos para que alguien venga y nos arrebate nuestra voluntad", afirmó una activista.
Una mujer en ropa interior y con la palabra "Slut" (puta) escrita en el pecho (AFP)
La heterogeneidad de los manifestantes que marcharon desde el parque situado frente a la Casa Blanca hasta un escenario próximo al Obelisco que domina la capital de Estados Unidos contrastaba fuertemente con el mensaje unificado que lanzaron: NO, es NO y no hay excusa alguna para una agresión sexual.
"Ms. Tracy. Soy profesora, no una puta". Tracy Regal desfilaba portando el pequeño cartelito, de formato similar al que usa al comienzo del año escolar para presentarse ante sus alumnos, prendido a su estrecho, super corto y escotado vestido negro, acompañado de unas medias de rejilla, botas de alto tacón y mucho, mucho maquillaje.
Los 'Slutwalks' empezaron este año y se han estado efectuando "en más de 30 ciudades de Estados Unidos, en Amsterdam, Australia, Hong Kong, Alemania, Nueva Dehli, Reino Unido y Ciudad de México.
"Estamos aquí para demostrar que no importa lo que vistamos, no estamos pidiendo ser víctimas", dijo a la agencia dpa.
Madres y padres también desfilaban con sus bebés en carritos con lemas como "hasta yo sé que NO, es NO".
"Vine porque quería demostrar que hay padres que también apoyan esto ('los Slutwalks') y que van a educar a sus hijos de esa manera", explicó Sam Freund, un residente en la capital que trajo a su hijo.
'Esto no es consentimiento para una violación', dice el cartel. Se vio a jóvenes, mayores, mujeres, hombres, padres y madres con sus bebés, heterosexuales y homosexuales.
Muchos hombres acudieron a una convocatoria en la que se quiso demostrar que la violencia sexual no es sólo un problema de las mujeres. De hecho, según algunos estudios, uno de cada seis hombres en Estados Unidos han sido víctimas de algún tipo de abuso sexual antes de los 16 años, si bien es un tema poco tratado por los tabúes que rigen en esta materia.
"Resulta muy engañoso cuando se habla siempre sobre hombres victimizando a las mujeres. Pasa en los dos sentidos y es esencial que los hombres se impliquen" en este tipo de movimientos.
Los 'Slutwalks' se efectúan en decenas de ciudades de todo el mundo con organización vía redes sociales.
"El nombre es un tanto provocador y tiene que serlo para que la gente despierte y se dé cuenta de que sólo porque etiquetes a alguien de una manera particular no te da el derecho a violarla", sostuvo.
Desde el podio donde víctimas de agresiones sexuales y activistas tomaron la palabra para denunciar la "cultura de la violación" existente en la sociedad, Andrea Bredbeck, escritora y realizadora, además de víctima de violación, celebró los "Slutwalks" como un primer paso contra ideas preconcebidas sobre este tipo de violencia.
"Hoy estamos dando un primer paso para deconstruir la cultura de la violación", celebró Bredbeck, quien está filmando un documental titulado 'La vida después de una violación'".
"Cada uno de nosotros, en nuestra propia forma idiosincrática, estamos decididos a acabar con la forma de pensar globalmente aceptada sobre el asalto sexual y la violación", prometió.