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¿Se acabó la Revolución Cubana? Nada es inamovible, pero lamentablemente, esa es una pregunta difícil de responder, y no precisamente porque no exista la respuesta, sino por las consecuencias que para mí presupone pronunciarla. La Revolución en Cuba tuvo un apogeo innegable que sobre todas las cosas dio bienestar y esperanzas a muchos seres humanos. Pero cada obra tiene el resultado que le imprime al papel que juegan los individuos, en este caso su guía. El líder de la Revolución Cubana se consagró a hacerla florecer y a cuidarla, y desafortunadamente en ese mismo camino se perdió en un rumbo donde un caprichoso voluntarismo fue marcando todos los derroteros. Nadie sabe aún qué cosa es el comunismo, él creyó que lo sabían, al menos, eso le hizo creer a los cubanos. Pero las leyes de ese tipo de sociedad existen, están escritas hace mucho tiempo, igual que las leyes del socialismo, y en Cuba todas esas leyes se han vulnerado y se vulneran a cada instante. Entonces cabría preguntarse. ¿Es la sociedad cubana, una sociedad socialista? Para mí la respuesta queda en entredicho. Pero queda claro que el socialismo en mi país ha sucumbido a las acciones de sus enemigos, a las penurias económicas que sufre el mundo actual y sobre todo a la acción antojadiza de su guía. No creo que un país pueda dirigirse como se dirige un equipo de fooball, porque en primer lugar, todos los habitantes no son jugadores, ni les interesa jugar. Sin embargo, todos intervienen e interactúan. Si bien en Cuba salud y educación han sido dos incalculables logros, en ambos sectores ha habido históricamente crisis repetidas, que nada tienen que ver con la acción de sus enemigos, ni con la situación económica del país, sino con el voluntarismo y el capricho de una visión unipersonal de ese fenómeno. Y qué decir de la economía, desde los tiempos de la llamada Ofensiva Revolucionaria del año 1968, que desmotó toda la sociedad bajo la visión de que lo que existía, desde los pequeños negocios hasta los centros de diversiones, las fiestas y muchas costumbres eran vestigios de la sociedad pequeño burguesa y había que acabar con ellas arrancándolas de raíz. Ahora, los mismos ideólogos de aquel descalabro que golpeó a la economía y a la sociedad en lo más hondo, están defendiendo la refundación de lo que destruyeron. ¿Entonces? No estoy en contra de los negocios privados, en verdad, creo que un estado que quiera ocuparse de los asuntos fundamentales de un país debe dejar espacio a la iniciativa privada para los negocios, el comercio y otros asuntos de menor cuantía. En la Cuba actual, el estado administra negocios y comercios de tanta insignificancia que las ganancias representan pérdidas. Desgraciadamente, hoy somos espectadores de un proceso de reconversión que nos tiene agobiados por las dudas, la incertidumbre y negatividad de los pronósticos del propio jefe de estado y los resultados del 6to. Congreso del Partido, evento que trazó la salida del actual atolladero. Primero nos llaman a un debate abierto para un análisis colectivo sobre los cambios que debían producirse, y luego aparecen medidas y pronunciamientos que poco tienen que ver con esas discusiones. Se nos dice que vamos a perfeccionar nuestro socialismo, y se nos propone el despido de medio millón de trabajadores, el regreso a los negocios privados, se planea abrir nuevos campos de golf para millonarios, se reabre la venta de propiedades a extranjeros etc, etc, pero por ningún lado aparecen reflejados los requerimientos y exigencias de los ciudadanos que abiertamente fueron planteadas en público, que misteriosamente nunca aparecieron reflejadas por la prensa. Silencio total, eso pudiera utilizarlo el enemigo, dicen para justificarse. Como si los enemigos no estuviesen al tanto de todo lo que le ocurre a su vecino. En Cuba hace muchos años que la pirámide social se ha invertido, un barman goza de mayores privilegios económicos y hasta sociales que un cirujano, por poner un solo ejemplo y no estoy descalificando al barman, me parece un empleo digno y muy divertido. Pero léase correctamente el significado de una situación de tal índole socialmente hablando, y compárela con el precepto socialista “de cada cual según su capacidad, a cada cual según su trabajo”. Un agudo compositor cubano resumió el precepto de manera brillante tal y como ocurre en el país: …de cada cual según su trabajo, a cada cual según su picardía. Ojo. Cuando en un país un médico-cirujano debe criar puercos para sobrevivir, es porque muchas cosas huelen mal. Y esto no es una metáfora, ni una exageración. Y parecería muy simple este pronunciamiento, si la sociedad no estuviese pagando todo esto en pérdida de valores, con la consiguiente corrupción de todos sus estadios. Cabría preguntarse, cuántos jóvenes en Cuba y no tan jóvenes sueñan con abandonar el país. Cabría preguntarse si en el país no existe entre muchos una mentalidad consumista a pesar de la escasez de recursos. Quizás alguien me responda que eso ocurre en muchos países. Claro que sí. Pero entonces ahí comienza a derrumbarse el paradigma. Nadie quisiera abandonar un paraíso. Alguien, refiriéndose a la dignidad que respira el cubano me dijo, que Cuba era el último bastión del socialismo. Estoy seguro de que eso no es cierto. Que los cubanos constituyamos un pueblo digno sólo se debe a su propia historia, y no al sistema en que vivimos. En Cuba no habrá cambios, lo han afirmado muchas veces los que tiene el poder. Y han preparado el terreno para que las cosas ocurran cuando provengan de su voluntad. ¿Quién podría contradecir una decisión del gobierno, sea cual fuere? Lo mismo la prohibición a disfrutar de una habitación en un hotel destinado a extranjeros, la utilización de teléfonos celulares o recibir servicios de internet, la decisión de no permitir a cualquier ciudadano viajar fuera del país y en caso de conseguirlo, pagar en una moneda foránea el permiso para visitar a tus familiares en Europa, América Latina o cualquier lugar de la tierra, aunque este sea la República Popular de Angola, donde tantos cubanos fueron a colaborar de manera desinteresada durante años. Los ciudadanos cubanos nada podemos hacer contra la carestía, los bajos salarios, la doble moral y la doble moneda ¿Quién inventó el llamado paternalismo de que tanto se habla? ¿De donde surge la disfunción de los consultorios del médico de la familia, y el desorden de la gastronomía? ¿Quiénes permitieron tanto marabú en los terrenos agrícolas? ¿Quiénes convirtieron las montañas en lugares deshabitados e improductivos? Cabrían muchas preguntas más, pero esas son suficientes. Hace sólo algunas semanas se ha publicado un documento en el país, a la usanza de otros tiempos, ahora con el nombre de “Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución”, que en mi opinión tiene muy poco de novedoso, pero que sirve muy bien para manejar a una buena parte de los trabajadores. Recientemente, leí un discurso de uno de los llamados “dirigentes históricos de la Revolución Cubana” donde luego de un astuto análisis de la situación existente, llamaba a refundar. Los líderes históricos de Cuba son ya todos ancianos que han vivido por más de 50 años a la sombra de los privilegios y libando las mieles del poder, y no creo que a estas alturas por sus venas este corriendo sangre de redención, y mucho menos que les quede el deseo de comenzarlo todo de nuevo. Ni tampoco creo que están o vayan a arrepentirse de nada. ¿Pero hacia dónde vamos? ¿Por qué tanto silencio sobre lo que ha de venir en el futuro? ¿Por qué se repite no sólo el mismo patrón y los mismos discursos, sabiendo que ya están agotados y que no darán más frutos? ¿Por qué mientras en los centros de trabajos, en la intimidad de los hogares, en el rincón de cualquier esquina se debate sobre la incertidumbre de los ciudadanos, los líderes siguen aburriendo a los auditorios con los mismos pronunciamientos, y los análisis oficiales se centran en las posibles guerras nucleares, y a pesar de que lo saben todo, actúan como otra fuerza opositora, que ahora llaman burocracia estuviese actuando en contra de las soluciones. Recientemente Raúl Castro se dirigió al pueblo y entre otras cosas dijo que los responsables de la lentitud de las soluciones actuales eran los burócratas y muchos dirigentes con mentalidad burocrática. Durante años he visto sustituir a grandes dirigentes por cometer errores en la conducción de su actividad. Pero aquí estamos hablando de errores que ha llevado al país a una catástrofe. Sin embargo, nunca ha sido posible criticar en lo más mínimo a los principales líderes del país, quienes han sido responsable de las repetidas crisis cíclicas de la economía y de la sociedad durante estos más de 50 años. Y aunque todo es ya tan evidente, ninguno de ellos ha expresado la más leve disculpa a ese pueblo que los ha seguido de manera incondicional, a pesar de que durante todos estos años se han auto titulado como muy críticos. Esperaremos, ya sin ese voto de confianza que otorgamos muchas veces. Si las soluciones de la sociedad cubana están en la refundación del capitalismo, ok. Pero, me pregunto si habrá dentro de ese plan, que ya es evidente porque está escrito y reafirmado, espacio para los que por tantos años destruyeron el país a base de inventos. ¿Cuál será el próximo paso? Creo que habrá que ponerle obligatoriamente el famoso cascabel al gato.