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Este informe trata de demostrar que no. Sólo el 12% del equipo criminal de los carteles provendría de Estados Unidos. Aunque parece que el propósito del autor es exculpar a su país e incriminar al nuestro.
Del total de armas requisadas a los carteles de narcotraficantes en México, va en naranja la cantidad que el gobierno federal no mandó a Estados Unidos, según la Stratfor Global Intelligence. En rojo, aquéllas cuyo origen estadounidense sí se demostró.
La Stratfor Global Intelligence, en informe de Scott Stewart del 10 de febrero de este año, afirma que en México se libran tres guerras: cartel contra cartel, gobierno frente a carteles y delincuentes contra ciudadanos.
Stewart pasa a considerar que el Gobierno de la República Mexicana intenta echarle la culpa de la violencia en México a los insaciables drogadictos estadounidenses y a sus codiciosos vendedores de armas, en vez de asumir la responsabilidad por la pobreza y corrupción consustanciales a nuestro espíritu patrio (According to the Mexican government, the cartel wars are not a result of corruption in Mexico or of economic and societal dynamics that leave many Mexicans marginalized and desperate to find a way to make a living. Instead, the cartel wars are due to the insatiable American appetite for narcotics and the endless stream of guns that flows from the United States into Mexico and that results in Mexican violence.)
Cabe aclarar que la firma de inteligencia Stratfor tiene su sede en Austin, Texas, por lo cual es prudente tomar su informe como de quien viene. No ha empezado a informar y ya le lanzó una pulla al gobierno federal.
Le parece interesante a Stewart que los políticos estadounidenses repitan que el 90% de las armas que usan los carteles de los narcotraficantes son estadounidenses cuando la cifra es 'más retórica que un hecho'.
Luego, Stewart afirma que eso de 'el 90%' 'es un error de interpretación de un informe de junio de 2009 al Capitolio.
La GAO (U.S. Government Accountability Office) reportó que, en 2008, el gobierno mexicano logró quitarles a los sicarios 30,000 armas.
De esas 30,000, el Gobierno de México sólo mandó información de 7,200 (24%) a la ATF (U.S. Bureau of Alcohol, Tobacco, Firearms and Explosives), instancia encargada de rastrearlas.
De estas 7,200, la ATF sólo consiguió identificar 4,000.
De estas 4,000 (aquí está el detalle), 3,480 (el 87%) eran armas estadounidenses.
Sorprendente. Si Scott Stewart dice la verdad, hemos vivido engañados desde 2009 por culpa de los congresistas estadounidenses que, por lo visto, no terminaron el quinto año de primaria.
Para que todos lo entiendan, el tejano dice: 'Esto significa que el porcentaje de 87 corresponde al número de armas enviadas por el gobierno mexicano que la ATF pudo rastrear.
'El porcentaje de 87 no corresponde al número total de armas requisadas por el gobierno de México.
'El porcentaje de 87% ni siquiera corresponde al número de armas enviadas por México a la ATF.
'Las 3,480 armas cuyo origen estadounidense se probó, constituyen el 12% de todas las armas requisadas por el gobierno mexicano en 2008.
'Esto significa que no se pudo probar el origen estadounidense de casi el 90% de las armas requisadas en 2008'.
Las otras 22,800 armas de fuego, precisa Stewart, no las mandó el gobierno mexicano a EE. UU. por 'trabas burocráticas', 'negligencia' o falta de número de serie.
'También es importante entender que las autoridades mexicanas simplemente no se toman el trabajo de enviar algunas categorías de armas a la ATF': las arrebatadas a las policías o el Ejército, o las que vende la SEDENA. El gobierno mexicano tampoco pide a la ATF que rastree armas de un tercer país, cuando en los ataques de la delincuencia organizada es frecuente el uso de granadas de fragmentación hechas en Corea del Sur.
Por supuesto —admite Stewart— algunas, o muchas de las 22,800 armas que México no envió a la ATF pueden ser de origen estadounidense, pero no hay evidencia que sustente la suposición, especialmente cuando ni siquiera se pudo demostrar la procedencia estadounidense del 50% de las enviadas.
Así, de ser verdaderos los datos de la Stratfor, sólo el 12% de las armas de los sicarios de nuestro país están 'certificadas de origen'. El origen del resto aún se desconoce aunque bien podría ser, también, de los Estados Unidos (o de cualquier otro grupo de orígenes). El asunto está aún en suspenso. Sería conveniente que el gobierno mexicano tome las medidas pertinentes para que este punto quede claro.