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Aunque sólo tres de cada cien recién nacidos pueden presentar la falta del descenso de uno o de los dos testículos, lo mejor es siempre revisar a los bebés para evitar que la condición pase inadvertida, ya que la falta de atención puede derivar en cáncer testicular, advirtió el Dr. Juan Buenaventura Xequé Alamilla, especialista de Cirugía Pediátrica del hospital "Ignacio García Téllez" del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Este problema congénito, llamado criptorquidia —agregó— puede ser en ambos testículos, pero en un 80% de los casos se da de un solo lado. El porcentaje de aparición de esta condición aumenta en bebés prematuros, ya que al no concluir con el periodo de gestación, el testículo tampoco completa su tiempo de descenso. Sin embargo, luego de nacido, el o los testículos pueden descender. El tiempo máximo para hacerlo es un año.
Dio a conocer que los factores que predisponen la criptorquidia son de tres tipos: mecánicos, porque el testículo se forma en el abdomen y necesita un proceso en el cual hay una tracción mecánica de un ligamento que lo lleva hacia la bolsa escrotal. También hay factores endocrinos, porque la acción de la testosterona facilita el descenso; y en tercer lugar, los factores neuroendocrinos que por acción de una sustancia que libera un nervio que pasa en el canal inginal para liberar una sustancia que estimula el descenso de los testículos. Cuando falla cualquiera de estos tres componentes se da la criptorquidia.
La falta de descenso —advirtió— de uno o ambos testículos es visible desde que nace el bebé; no se detecta por la falta de cultura de los padres: deben revisar a los niños.
Pese a esa situación —aclaró— la criptorquidia no debe pasar inadvertida si el bebé nace en una unidad hospitalaria; el pediatra debe detectar el problema con solo la revisión física. Si esto no se da, el problema puede detectarse en las consultas mensuales y rutinarias que se le hacen al niño.
Dr. Juan Buenaventura Xequé Alamilla, especialista de Cirugía Pediátrica del hospital "Ignacio García Téllez" del (IMSS).
El galeno explicó que el problema de que el testículo no descienda es que la temperatura abdominal es mayor que la de la bolsa escrotal; así, al permanecer más tiempo del que debería, daña la estructura. Después de ocho meses empiezan ciertos daños en células del testículo, y al año y medio ya se muestra que hay daño testicular. Los testículos que no están en su lugar deben ser operados al año y medio, máximo.
—A los seis meses, si se ve que un testículo no está en su bolsita escrotal se le puede administrar gonadotropina coriónica para estimular su crecimiento; al crecer, la gravedad puede hacer que descienda. Además, estimula el crecimiento del ligamento que lo fija a la bolsa. Si esto falla, se puede operar. Este método generalmente se usa para detectar si el testículo está presente o no, porque el efecto hormonal puede ser temporal. Una vez que ceda el efecto de la hormona, el testículo se puede retraer otra vez y subir de nuevo.
—Si el testículo —continuó— pasa más tiempo en el abdomen y no baja, entonces no va a tener función reproductora ni tampoco hormonal. El niño sería infértil en ese testículo. Sin embargo, será fértil en el que sí haya bajado. El problema será más en apariencia; la bolsita escrotal se queda más pequeña del lado donde no tiene testículo.
La consecuencia más grave —señaló— es que la criptorquidia puede degenerar en cáncer testicular; por eso es que, aunque no se logre salvar el testículo para sus funciones, se tiene que operar en algún momento para evitar el riesgo de cáncer. El cáncer no se presenta inmediatamente; puede manifestarse a los 16 o 20 años.
—Otro gran problema es que la falta de un testículo afecta el psicológicamente al paciente; los niños, en una etapa de la vida, ya sea escolar o en la adolescencia, siempre andan comparándose con los demás; el verse y sentirse diferente o incompletos puede ocasionar llevarlos hasta al suicidio. Lo importante es saber que hay opciones; en el caso de que el testículo sea retirado, el niño puede usar prótesis testicular. El IMSS coloca prótesis de silicón a los 12 o 14 años porque además de que los pacientes han crecido, es cuando la condición tiene mas repercusiones psicológicas.
—La prótesis —continuó— ayudará en el aspecto psicológico y estético, pero no será funcional hormonal y reproductivamente. Los padres no deben preocuparse por la posible infertilidad. Si el niño tiene el otro testículo sano, tendrá una vida reproductiva normal. El problema de infertilidad se da cuando son los dos testículos los afectados por la criptorquidia.
El especialista, finalmente, pidió a los padres que soliciten a los médicos que les enseñen a revisar los genitales de sus bebés evitando que la criptorquidia pase inadvertida. O, dado el caso, pedirle al doctor que realice la revisión cuando el bebé sea llevado a sus consultas mensuales. L.I.