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Irritación, alegría, tristeza... Las caras muestran una gran cantidad de emociones en forma de cambios en la expresión o del flujo sanguíneo, y eso escapa al control de cada individuo. También cuando estamos mintiendo. Un grupo de científicos británicos ha creado un sistema que, a través de un moderno escáner facial, es capaz de saber cuándo una persona no está diciendo la verdad, según informa la BBC.
'Trabajaré a favor de la generación de 35 mil empleos durante mi gobierno y realizaré 5 mil acciones de vivienda en los primeros seis meses de administración municipal'.
El aparato podrá ser colocado frente a la cara de los candidatos a puestos de elección popular, para que los eventuales votantes sepan de inmediato el grado de verdad de sus promesas.
El útil invento fue desarrollado por investigadores de la Universidad de Bradford y Aberystwyth. Consta de una cámara de vídeo y un sensor térmico de alta definición que leen los cambios de temperatura y de presión sanguínea en los músculos de la cara -el movimiento de los ojos, si se dilatan las pupilas, si uno muerde o junta los labios, arruga la nariz, respira hondo, traga...- que pueden indicar una mentira.
A continuación, un programa informático interpreta esos datos. En dos tercios de los casos analizados, la máquina acierta, ha señalado Hassan Ugail, encargado de liderar la investigación, a la cadena pública británica.
Los expertos aseguran que este detector de mentiras podría ser utilizado también para cuestiones de seguridad, como, por ejemplo, en los aeropuertos para identificar a potenciales criminales o terroristas. Hasta el momento, no obstante, solo ha sido probado con voluntarios, y sus creadores esperan que pueda ser utilizado en unos meses en un aeropuerto británico, donde sería usado por el personal de inmigración mientras investiga a sospechosos. El veredicto de la máquina sería cotejado entonces con el de los agentes de seguridad.
"En una situación real de alto estrés, podemos tener más éxito", según Ugail, que considera que el sistema será capaz de coger al 90% de los que mienten, porcentaje similar al obtenido por el polígrafo, el instrumentno más utilizado hasta el momento como detector de mentiras, que data de 1921. Los científicos británicos defienden que su invento es menos invasivo -no hay que conectar cables al sospechoso- y sus resultados se obtienen en tiempo real. Además, es más fácil escanear la cara de un político que sujetarlo para que se deje poner un polígrafo.