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1. Campa-Ana Rosa. "Oiga padre Guardiano" me dijo Guillo -mi monaguillo- que no es bolada, se llama Guillermo el chamaco ensotanado. "Aver, dígame padre Delatorre, por qué cree que Ana Rosa, que ya fue presidenta del PAN y mil veces candidata a casi todo en Yucatán, no sabía de lo de las firmas y se inscribió de última hora exponiéndose a que la descalificaran. ¿Tanto tiempo de marquesa y sin saber mover el abanico? Yo no me la trago Páter"
-Mira Guillo, lo que pasa es que para la señorita Payán, lo de inscribirse a la contienda interna de los panuchos era su plan B, o C o quizá su plan Z. Ella -según me dicen informadas fuentes eclesiásticas de la metrópoli que captan filtraciones provenientes del MURO y el Yunque y hasta del partido del Peje- no pensaba inscribirse.
"¿Cómo padre, me está usted vacilando? ¿Y espera que yo le crea?" me dijo el monaguillo desafiante, con un rostro retador que no le había yo visto a Guillermito desde que hace un par de años se portó mal en la clase de Doctrina, y no me quedó otra que mandarlo a escribir quinientas líneas de castigo en su cuaderno.
2. Campa-Ana sobre campana. "Así es Guillo, no me tires a loco", acoté. "Ana no esperaba inscribirse" dije inspirando lentamente. "Ella apostó todo a que en México le iban a arreglar las cosas. Su amiga Cecilia Romero le prometió plancharle todo (tal como lo prometió hace 5 años Manuel Espino). La profesora Romero, ex compañera de Ana en la derechista ANCIFEM y actual secretaria general del Comité Nacional panista, operó para citar en México a los demás contendientes: Alfredo Rodríguez (que ya estaba amarrado) y a Huacho Díaz Mena junto con Sofía Castro Romero, que no estaba amarrada, por lo visto después. Los anarrosistas se encargaron en Mérida de difundir la inminente e "inevitable" declinación de Sofi y Joaquín, para que Rosita tuviese el paso libre. Era seguro, decían, "ya está cocinado, amarrado, totalmente cinchado", mientras esto yo contaba, los ojos semicerrados y desafiantes de Guillo se iban quedando cada vez más abiertos, como platos.
3. El susto. "Entonces vino lo inesperado para la señorita Payán" seguí revelando a Guillo, que se sentó en un taburete de mi sacristía para que no caer desmayado en el desgastado suelo de mi céntrica iglesia. "Sofía no quiso bajarse. Y Huacho que ya casi había accedido a la petición del CEN dijo, pues que si la psicóloga Castro Romero no declinaba, pos tampoco él lo haría"
—¿Neta Padre?
—Sí... así como lo oyes Guillo
—Mmmmm... entonces sí que cundió la desesperación en el equipo de Ana Rosa, ¿verdad padre?
—¿Qué comes que adivinas monaguillo? —le contrapregunté y proseguí. "Por eso, mi querido monaguillo, tuvieron que salir a buscar firmas a la carrera los colaboradores de la señorita Payán, sin importar que estuviesen repetidas. Y por eso presentó la contadora como constancia de residencia los testimoniales de dos vecinos, sin caer en la cuenta que una de las credenciales de elector presentadas como documental de residencia de sus testigos no correspondían a la sección". No era lo planeado contender en la elección interna del PAN. Fue una situación de emergencia.
4. El engorroso "endoso" de las firmas. "Entonces padre ¿Ana Rosa ya sabía que su documentación para la inscripción estaba incompleta?"
—Pues claro monaguillo, se ve que te hizo bien hace dos años cuando te mandé de castigo hacer quinientas líneas en tu cuaderno. Se te va desarrollando el cacumen, Memito. Si te fijaste, al registro de Ana Rosa sólo fueron unos pocos militantes o simpatizantes, y el capital político de la señorita, si bien ha mermado por su cercanía con Ivonne, sigue teniendo su clientela panista. Fueron muy pocos porque no hubo casi tiempo de organizar algo más decoroso o numeroso, que para el caso es lo mismo. No fue por falta de voluntad, sino de tiempo, Memo.
"Entonces la Comisión Electoral del PAN de Yucatán quedó en un brete. No les quedó de otra que dictaminar en contra del Registro de Ana Rosa. Ellos hubieran querido aprobarlo si hubiese estado en regla, menos bronca, y que los panistas decidieran en las urnas, pero no les quedó de otra. Hasta el "endoso" de las firmas del senador Alfredo Rodríguez hacia Ana Rosa era imposible de "procesar": también hubiese sido ilegal aceptarlo y sería plenamente recurrible ante el TRIFE por cualquier ciudadano; el PRI se hubiese frotado las manos. Aún así, Cecilia Romero llamó a la Comisión Electoral del PAN yucateco para que no diera a conocer el fallo adverso a Ana Rosa. El presidente de la comisión yucateca Sergio Angulo no la obedeció: notificó a la prensa y a la interesada que los requisitos de la convocatoria no habían sido cumplidos."
5. La bombera Cecilia. "Vaya lío en el que sigue poniendo la contadora Payán al PAN, ¿no padre?"
—Pues sí, Guillo. Pero Ana Rosa está muy confiada en que en México, su amiga Cecilia Romero intercederá con "buenos oficios" para convencer a la Comisión Nacional de Elecciones de dejar pasar a la señorita. Mientras tanto, la dama ha captado durante dos semanas la atención de los medios. El problema será la fragilidad legal en la que quedará todo el proceso interno del PAN ante los tribunales electorales si a alguien se le ocurre impugnar. Y de seguro, monaguillo, que a alguien se le ocurrirá. Ahora, si le autorizan a Ana Rosa jugar y competir contra Huacho y Sofía Castro, pues a ver qué va a pasar, pues es un proceso interno electivo para el que la ex alcaldesa Payán no estaba preparada y ya le llevan algo de ventaja Joaquín Díaz y la señora Castro Romero. La moneda, Guillo, está en el aire. Ana Rosa, mientras tanto, confía y asegura que esto "Cecilia lo arregla".
6. Pedorristas. Que en el PRD andan desesperados por dar la imagen de ser muy incluyentes y de que se crea, que pugnan por la participación de diferentes liderazgos sociales, contrariamente al aspecto sectario que López Obrador había impostado al partido del sol azteca. De tal suerte, Huayo Sobrino ha institucionalizado el dedazo y ordenado a su testaferro, David Barrera Zavala, que reserve los distritos I, II, V, VI y VII para acomodar a quienes el dedo del verdadero mandamás del partido se sirva señalar, amén de haberle encargado a otro de sus incondicionales, Alejandro Cuevas Mena, que busque a Yamili Calderón Sabido para ofrecerle ser la candidata del Partido de la Revolución Democrática al gobierno del estado, habida cuenta que con Gilberto Balam Pereira y Carlos Carvajal Borges, se aseguraría que nadie votara por los amarillos.
7. El notario trácala. Truculenta historia de infamias, prepotencia, influyentismo y abuso de poder, la protagonizada por el notorio Carlos Alfredo Evia Salazar, enemigo público, perdón, notario público número 16 contra su aun esposa, Rocío Rodríguez Alayola, a la que ha despojado de todos sus bienes, dejándola literalmente en la calle, sin poder tomar ni sus efectos personales siquiera y sin un centavo; circunstancia que ha orillado a su consorte y a su hija menor, a tener que ocupar la habitación de servicio de la residencia de una de sus amistades, para no tener que verse forzadas a vivir en el arroyo. Se dice que la verdadera razón de la actitud de Evia es su sexualidad equívoca, que hace que no deje pasar hombre, mujer o quimera, sin írsele encima.