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Fotos: INAH
Puebla, Puebla, 20 de diciembre de 2011.- Después de seis años de arduos trabajos de restauración y actualización, el Museo de Arte Religioso de Puebla (MARP) reabrió sus puertas para mostrar, mediante 1,300 obras de los siglos del XVII al XIX, la historia de la fundación de ese estado y recrear episodios de la vida conventual femenina de la Nueva España.
El recinto museístico, que se alberga en el Ex Convento de Santa Mónica, ahora presenta 27 salas renovadas, seis de ellas de reciente creación, así como 50 piezas que estaban en bodega, y que por primera vez son expuestas para el goce de poblanos y visitantes. De esta manera, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta) pone al día la museografía de este museo —el más importante de arte novohispano en el país—, que había permanecido intacta desde 1936, cuando se inauguró.
Durante la reapertura de este recinto, Alfonso de Maria y Campos, director general del INAH, destacó el trabajo realizado a lo largo de más de un lustro en este museo, para mejorar la infraestructura, actualizar el guión museográfico, y restaurar el ex convento y piezas bajo su resguardo; labores en las que se invirtieron 35 millones de pesos, "con la intención de exponer la belleza de su colección que es única en México, pues es una de las más completas en su tipo con más de 3,500 objetos religiosos".
"Hoy entregamos a los poblanos este recinto, joya del Centro Histórico de Puebla, para que disfruten y conozcan a través de una mejor lectura museográfica, cómo y cuándo fue la fundación de este estado y de la orden de las monjas agustinas recoletas que habitaron el convento de Santa Mónica, cómo vivían las religiosas de esta ciudad, cuáles eran sus actividades diarias, sus quehaceres y los trabajos artísticos que realizaban; además los visitantes podrán observar obras pictóricas de gran calado que representan el concepto de la vida religiosa de estas monjas".
Por su parte, Rafael Moreno Valle, gobernador del estado de Puebla, agradeció al INAH por su entrega y constancia en el rescate y promoción de la riqueza cultural de esta entidad, mediante el "arduo trabajo que realizó para la mejora del Museo de Arte Religioso de Puebla, y la investigación que han hecho sobre la historia prehispánica poblana que se reflejará en el proyecto para crear el Museo de Sitio de la Zona Arqueológica de Cantona".
Tras la reapertura del recinto, el titular del INAH y el gobernador de Puebla, se trasladaron al San Pedro Museo de Arte, donde inauguraron la exposición Veracruz: antiguas culturas del Golfo integrada por 218 piezas arqueológicas de las culturas olmeca, totonaca, huasteca y remojadas.
Coronas de profesión, documentos, libros y textiles, además de ornamentos ceremoniales, como casullas, túnicas y estolas, así como una amplia colección de óleos, forman parte del rico acervo de objetos que de nueva cuenta presenta el museo poblano. Las seis salas que se integraron a la nueva museografía del Museo de Arte Religioso de Puebla (MARP) son: Introductoria, donde se habla brevemente de la fundación del museo; La Virreinal Puebla de los Ángeles, que expone el origen de la ciudad de Puebla en el siglo XVI y la evangelización.
Asimismo, se creó la Sala Ciudad de conventos y vida conventual, donde se explica el establecimiento de conventos femeninos y masculinos en Puebla, incluido el de Santa Mónica; y Pintores, que habla de la colección pictórica del museo, con la exposición de obras de gran formato firmadas por artistas novohispanos, como Pascual Pérez, Juan de Villalobos, los hermanos José y Francisco del Castillo, Juan Tinoco, Miguel Cabrera, José Ortiz, Juan Correa, Luis Berrueco, o el creador poblano Miguel Jerónimo de Zendeja, y su sobrino Lorenzo de Zendeja.
Además de las salas Pasajes Hagiográficos y Tradición de la pintura poblana virreinal, en la primera se narran episodios de algunos santos, a través de óleos como los de Santo Tomás de Villanueva y San Nicolás de Tolentino, hechas en 1700 por el pintor Juan de Villalobos; en la segunda se muestran obras pictóricas que representan patrocinios, tal es el caso del de Nuestra Señora de la Merced a las monjas capuchinas, de la cual se desconoce el autor y año de elaboración.
Otras de las piezas que sobresalen en las salas de reciente creación destacan: la pintura de Nuestra Señora de los Gozos, hecha por el pintor mixteco Pascual Pérez, en el siglo XVII, además del óleo sobre tela Indumentaria de las monjas novohispanas, de autor anónimo y que data del siglo XVIII. También, se muestra un mapa sobre la comandancia de las Malvinas, y un plano de la ciudad de Puebla y sus conventos, que data de 1754. Además, se incluyen imágenes de algunos obispos de Puebla, como Manuel Fernández de Santa Cruz, Francisco Pablo Vázquez y Victoriano López Gonzalo.
El Museo de Arte Religioso de Puebla es el más importante en su tipo bajo custodia del INAH, con una de las colecciones más grandes, conformada por de 3,500 piezas de los acervos de las órdenes capuchinas, dominicas y agustinas, que se establecieron en ese estado durante la época colonial y hasta finales del siglo XIX.
Además, el Ex Convento de Santa Mónica —perteneciente a la orden agustina recoleta— fue uno de los primeros espacios religiosos creados en Puebla (en 1688), de los pocos que han sobrevivido hasta hoy, de los 11 que hubo en esa entidad durante los siglos XVII y XVIII. Puebla de los Ángeles fue una villa habitada únicamente por españoles, albergó desde 1543 la sede del obispado y fue un punto estratégico para el desarrollo económico, al encontrarse en el cruce de los caminos a Oaxaca, el puerto de Veracruz y la Ciudad de México.
La veintena de salas restantes —a las que por primera vez se les asignó un nombre—, versan sobre el arte virreinal del museo y recrea la vida cotidiana del convento de Santa Mónica; los módulos temáticos se titulan: Placeres (enfermería), Un día en el convento: espacios y significados, Cocina, despensa y horno, Refectorio, Biblioteca, Ante Coro, Coro bajo, Ante coro alto, Celdas, Despacho de la Priora, Patios de profesas y de novicias, etc., en las cuales se da cuenta de las labores de las monjas día tras día, desde las oraciones que hacían en el Coro Alto para recibir la aurora, hasta la medianoche en que volvían ahí mismo para cantar los maitines.
Algunas de las piezas emblemáticas que se muestran en estos espacios son la escultura en madera policromada y estofada Santa Ana Triplex, de autor anónimo, en la que se ve a Santa Ana cargando a su hija la Virgen María, quien a su vez sostiene al Niño Jesús; así como la pequeña pieza de 40 cm San Pascual Bailón —santo de los cocineros—, que se localiza en un nicho de la cocina conventual.
Sobresale también una serie de cinco óleos aterciopelados del siglo XIX, hechos por el pintor indígena —oriundo de Cholula— Rafael Morante, que representa diversas escenas de la vida de Jesús, y cuyas características dan nombre a una a la Sala de Terciopelos. Los cuadros, que oscilan entre 3.4 m de altura y 3.2 de ancho, se titulan: La samaritana y Jesús, Jesús entrando a Jerusalén, Jesús curando al ciego, María Magdalena a los pies de Jesús y La oración del huerto.
Por primera vez, después de 75 años de la fundación del museo, se efectuó una restructuración integral y minuciosa, que incluyó la restauración de 285 piezas, a cargo de especialistas del INAH, de las cuales 235 obras que ya estaban en exhibición —entre esculturas, pinturas, objetos personales de las monjas e instrumentos litúrgicos—, y las 50 restantes que estaban en bodega, con la finalidad de que recuperaran su estabilidad y belleza artística originales, y así mostrarlas dentro del nuevo guión museográfico.
El conjunto conventual también fue sometido —desde 2005 a la fecha— a trabajos de restructuración integral arquitectónica, que incluyeron remplazo de vigas carcomidas, cambio de los sistemas eléctrico e hidráulico, remodelación de baños y del vestíbulo, sustitución de ventanas y de puertas apolilladas, construcción de una cisterna para acumulación de agua pluvial, resanes y reintegración de muros, así como limpieza exhaustiva.
Además, por primera ocasión el Museo de Arte Religioso de Puebla tiene un Área de Servicios Educativos y una Sala Interactiva a disposición del público, donde se informará, a través de videos y computadoras, sobre la historia de los artistas novohispanos y de sus obras resguardadas en el recinto, la vida conventual y la exclaustración de las religiosas a partir del siglo XIX.
También se habilitó un depósito para bienes muebles con mobiliario especializado, para conservar de manera más efectiva cada una de las obras y objetos litúrgicos y personales, que conforman la gran colección del museo.
Cabe señalar que durante las labores de reestructuración integral se hallaron los arranques de los lavaderos y letrinas coloniales (siglo XVII) hechos de ladrillos y azulejos, que estaban debajo de un piso del siglo XX. Estos vestigios pueden ser admirados por los visitantes a través de de dos ventanas arqueológicas que también fueron creadas, mismas que también permiten ver los antiguos sistemas de desagüe.
El Museo de Arte Religioso de Puebla se ubica en calle 18 Poniente N° 103, en el Centro Histórico de Puebla; Horario: martes a domingo de 10:00 a 17:00 horas. Costo 31.00 pesos. Entrada gratuita para mayores de 60 años de edad, menores de 13, pensionados, jubilados, profesores y estudiantes con credencial vigente. Domingos entrada libre a visitantes nacionales y extranjeros residentes. Boletín del INAH.