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El renombrado escritor británico Christopher Hitchens, famoso por polemizar sobre diversos temas y personas, desde Dios y la Madre Teresa hasta el papel de Henry Kissinger en la política mundial, murió en Estados Unidos a los 62 años tras una batalla de 18 meses contra el cáncer.
Hitchens, quien comenzó su carrera en Londres y se mudó a Estados Unidos en 1981, alcanzó gran éxito con su prosa elegante y sus puntos de vista directos y categóricos, aunque por momentos también arrogantes.
La revista Vanity Fair, para la que Hitchens trabajó durante los últimos 19 años, anunció que el escritor murió el jueves, rodeado de sus amigos, en un centro oncológico en Houston, Texas, a consecuencia de una neumonía derivada de una complicación del cáncer de esófago que padecía.
Panfletario, polémico y ateo, el escritor, crítico literario y periodista británico Christopher Hitchens fue descrito como una mezcla de Voltaire y Orwell.
Al anunciar su muerte en su sitio web, la revista lo describió como "un crítico incomparable, un retórico magistral, un exaltado sabio, y un bon vivant sin culpas".
"Que sus 62 años de vida vividos tan vivamente nos consuelen a muchos de nosotros que lo vamos a extrañar entrañablemente".
Hitchens se enteró de su enfermedad poco después de la publicación de "Hitch-22", un libro de memorias que registra su prolífica carrera, en la que se hizo famoso por fumar y beber en exceso mientras producía innumerables artículos y libros.
El cáncer de Hitchens le robó voz y pelo, pero no las ganas de escribir, por lo que su columna de Vanity Fair le sirvió para contar su deterioro.
"Mi mayor consuelo en este año de vivir muriendo ha sido la presencia de los amigos", escribió el pasado junio.
Luego de que se le diagnosticara cáncer de esófago, Hitchens reiteró su profundo ateísmo y llegó a decir: "No se ha presentado aún una prueba o un argumento que pueda cambiar mi forma de pensar. Pero me gustan las sorpresas".
Salman Rushdie, a quien Hitchens apoyó cuando el líder supremo de Irán, el ayatolá Jomeini, lo sentenció a muerte por insultar al Islam con su novela "Los versos satánicos", le rindió homenaje en Twitter.
"Adiós, mi querido amigo. Una gran voz calla. Un gran corazón deja de latir. Christopher Hitchens, 13 de abril de 1949 - 15 de diciembre de 2011", escribió.
El viceprimer ministro británico Nick Clegg, que una vez trabajó para Hitchens como pasante, dijo que el escritor era "todo lo que un gran ensayista debe ser: exasperante, brillante, muy provocativo y, sin embargo, sumamente serio".
A propósito de su enfermedad, reconoció: "Tenía mucho miedo de que eso detuviera mi escritura. Me quedé realmente petrificado de miedo ya que pensé que, además de otras cosas, podía disminuir mi deseo de vivir".
"Va a ser enormemente extrañado por todo el que valore las opiniones fuertes y la buena escritura", agregó Clegg.
La orden católica de las Misioneras de la Caridad de la India recordó que Hitchens, un ateo declarado, ofendió posiblemente a tanta gente como a la que cautivó, pero dijo que rezaría por su alma a pesar de la agresiva postura del escritor contra la Madre Teresa de Calcuta, fundadora de la congregación y ganadora del premio Nobel.
En un libro de 1995 y un documental de 1994, Hitchens acusó a la Madre Teresa de ser una oportunista política, amiga de dictadores y ricos corruptos a cambio de donaciones. También dijo que la monja había contribuido a la miseria de los pobres con su enérgica oposición a la anticoncepción y el aborto. Además, la definió como "enana albanesa fanática".
Entre sus obras, destacan "Dios no existe", "Cartas a un joven disidente", "La victoria de Orwell" y "Amor, belleza y guerra".
Hitchens, quien escribió un total de 25 libros, no sólo es conocido por sus obras en contra de la religión, sino también de políticos, como el jefe de la diplomacia del presidente estadounidense Richard Nixon, Henry Kissinger, a quien calificó de criminal de guerra por su política asesina en Vietnam, Chile y Bangladesh.
Aunque terminó su vida en la derecha, Hitchens empezó en filas de izquierda, trabajando para la revista Internacional Socialista y más tarde en el New Statesman, donde se opuso ferozmente a la guerra de Vietnam.
Pero tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, el escritor respaldó una política exterior intervencionista y apoyó la guerra de Irak, denunciando lo que llamó "fascismo con rostro islámico".
Le sobreviven su esposa, la escritora estadounidense Carol Blue, y sus tres hijos, dos de los cuales son de un matrimonio anterior.